viernes, 16 de noviembre de 2012

Capitulo 37.

Pasaron tres días, en los que me acercaba a la habitación y le decía que me abriese, pero lo único que recibía era un golpe en la puerta y un '¡lárgate!', lo que me hacía llorar. Me quedaba sentada al lado de la puerta, esperando a que saliese, pero cuando lo hacía ni me miraba y desaparecía por la puerta principal hasta pasada la madrugada... Y aún así me quedaba a esperarlo, entrando en la habitación e intentando sentirlo de algún modo, con su olor, con las sábanas arrugadas... Pero en cuanto llegaba, me echaba con rabia, sin mirarme...
Así que el tercer día por la noche, la tercera noche que pasaba por su habitación, le deje una carta, donde le decía todo lo que sentía por él, algo que nunca me había dignado a hacer... Cogí mi maleta, y me despedía de la madre de Maura, Niall se ofreció a llevarme, así que después de que Maura me repitiera una y otra vez que podía volver cuando quisiera, me fui. Harry todavía no estaba, por lo que fue mejor para mi. Me monté en el coche, dejando la maleta en la parte de atrás.
-¿No le vas a decir nada?
-Supongo que lo intuye, además, ¿que hago aquí si no me quiere ni ver?
-Yo sí, todavía no se lo que pasa, pero... creo que tiene solución.
-Creo que no me perdonará nunca, le he hecho sentir como un idiota.
- No entiendo tus principios, conozco a Harry, y si de verdad crees que no te "perdonará" ha sido algo muy fuerte.
-Lo es, bueno... ya nos queda poco, ¿a esta hora no habrá ninguna tienda abierta no?
-¿Para?
-El regalo de mi hermano, su cumpleaños es dentro de tres días.
-Oh, era eso, tranquila - dijo mientras aparcaba y se estiraba hacia la parte de atrás del coche -, Louis y Liam pensaron en eso, se les dan mejor los niños.
En total habían 4 bolsas, una de Hamleys, otras dos de Paul Smith, y otra de una tienda que no logro recordar. Pero era una zapatería.
-¿Estas de broma no?
-Ni en un momento, Louis junto con Liam compraron y eligieron esto, habría participado yo, pero me avisaron tarde, bueno tarde, justo cuando ya habían comprado estas cosas.
-¿Eres tonto? ¿A ti también te hace falta aprender que no soy de aceptar este tipo de cosas? Sobre todo siendo tan caras... Devuélvelo.
-Tu eres el tonto, que no llegas ni a tonta. - salió del coche, y cerró por fuera, sacó mi maleta y se marchó.
De la desesperación empecé a chillar, gritaba su nombre pero no sirvió de nada, mientras mis gritos eran profundos dentro del coche, fuera no eran mas que murmuros. Mi respiración empezó a acelerarse, con fuerza intentaba abrir la puerta, pero no podía, no soy claustrofóbica, pero en ese momento sentí que las dimensiones del coche se hacían mas pequeñas según pasaba el tiempo. Mis pulsaciones se aceleraron, también, sentí que se me iba a el mundo. Pero su voz me despertó, me despertó de aquella alucinación que estaba teniendo, me abrió la puerta y salí corriendo del diminuto coche. Ya no llevaba ni las bolsas ni mi maleta, se acercó a abrazarme y le empujé.
-Era solo una broma, Eva.
-Pues no ha tenido ninguna gracia, casi me muero ahí dentro.
-Venga no exageres.- le miré atónita y se puso serio -Bueno, lo siento tontita.
-¿Donde están mis cosas? - dije sonriendo y cogiéndole del brazo.
-Pues ahora deberían de estar ya en el avión, así que, nos despedimos aquí, te voy a echar de menos.
-Rubio, nos veremos pronto, ya verás, por el momento, si Harry te pregunta algo sobre mí, que lo dudo, dile que tu tampoco sabías que me iba, y lo misma a tu madre, ¿vale?
-A tus órdenes.
Le di un abrazo y dos besos, él a mi uno en la frente. Para llegar a la puerta, tuve que esquivar unos cuantos coches. Mi pasaporte y el billete estaban en el bolsillo de mi chaqueta, me aseguré de ello.
En cuanto estaba en el avión, me quité la chaqueta y observé cuanta gente había en el avión, había mucha más de la que había en el tren, y no estaba aquella señora que me consoló en su momento. En ese momento empecé a anhelar a mi madre, había tenido otra torpeza en el amor, y la necesitaba. Antes de que el avión se pusiera en marcha, saqué mi móvil y le mandé un mensaje a Mike, diciéndole que por la mañana estaría en casa. A los dos minutos me llamó.
-Estoy en el avión, te colgaré enseguida.
-Tu tía se ha llevado a tus hermanos, lo siento Eva no pude hacer nada.
Deje caer el móvil al suelo, me dio igual que estuviese en línea o no, un nudo se me formó en la garganta y no podía respirar, no era como cuando me quedé en el coche, encerrada, aunque lo estaba, pero dentro de mí. Me habían quitado lo único que realmente amaba, mi única familia, me la habían arrebatado. Cuando la luz roja en señal de ponerse el cinturón se encendió, me quedé observándola sin hacer caso a lo que me pedía. Me vino un escalofrío y unas ganas alucinantes de tirarme de aquel avión, apreté mis uñas contra la palma de mi mano, intentando reprimir ese deseo, ya que tenía que luchar por ellos, no me podían perder a mi también, no podían perder a nadie mas.
'Soy una egoísta' me repetía mil veces, en la misma postura que estaba cuando Mike me llamó. Sin apoyar la espalda al respaldo sentada casi al filo del asiento, y sin el cinturón puesto. mi mirada seguía en el lugar del principio, en aquel pequeño cuadrado que se encendía de una luz roja cuando teníamos que ponernos el cinturón. Mi móvil seguía en el suelo, ya sin línea, suponía. Mi chaqueta estaba en el asiento al lado del mío, no note como despegó el avión, no note nada, solo soledad, soledad y nostalgia.

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