jueves, 27 de diciembre de 2012

Capitulo 48.

Todavía estaba oscuro, y no quise hacer mucho ruido. Bajé a la cocina y encendí la luz, me preparé un café con leche y empecé a volver al pasado de una manera más depresiva.
Cuando Harry y yo decidimos comprar aquella casa, fue más que nada por el hecho de mis idas y salidas hacía las ciudades que me indicaba el señor Quendeck, aquel apartamento ya no les servía de nada, y simplemente era un alquiler por las prontas entrevistas que tenían por el centro de la ciudad. Y poco a poco cada uno se fue comprando una casa propia, así que no fuimos menos, Harry yo empezamos a mirar a las afueras de la ciudad, mi casa la utilizábamos para almacenar los continuos papeles que el señor Quendeck y el detective acumulaban, prácticamente se había convertido en su despacho. Eleanor se dio un tiempo de desaparecida, aunque la llamaba todos los días para saber cómo estaba, Louis se lo tomó mucho peor y cuando por fin ella se decidió a volver el estado de ánimo de él cambió radicalmente, de estar metido en su habitación (de la casa dónde antes vivían los cinco) a salir todos los días con ella, hasta que, por supuesto, empezaron los viajes y las entrevistas al rededor del mundo... Aunque después de cinco años de vivir con Harry, yo me acostumbré a estar semanas sola, sin él. Por lo menos nos teníamos las unas a las otras. Niall estuvo saliendo con una chica que conoció en uno de sus conciertos, no tenia fama, y eso fue lo que me encantó de ella, era como yo. Una simple chica de la ciudad, aunque por lo menos ella era directioner algo que en su momento yo no fui. Zayn ya no tenía nada serio con Perrie, aunque estuvieron en una ida y venida muy extraña, según la prensa rosa y los programas de la tele, ella le había dejado por infidelidad, algo que yo no creí, y fui a hablar con él, quien me explicó que fue al revés. La verdad es que no me lo esperaba, ella parecía de verdad quererle... Aunque pareció ser todo una farsa...
Y en esos momentos ellos dos eran los que estaban solteros, una polémica entre las fans. A mí, me seguían odiando unas cuántas y otras pocas me admiraban. Las parejas más populares de entre los chicos, eran las de Danielle y Eleanor, lo envidiaba. Hubiera deseado poder ponerme a su altura, aunque nunca lo logré, algunos decían que estaba con él solo por la fama, ¿cómo iba a estar por la fama si antes ni sabía quiénes eran? Otros decían que todo era una mísera mentira, que yo solo era una amiga, bien, eso no me molestó, pero que añadieran a un sustantivo 'amiga' diversos adjetivos malsonantes, no era de mucho agrado.
Los pasos de Harry interrumpieron mis pensamientos.
-¿Otra vez? - dijo abrazándome por detrás y dándome un beso en el cuello.
-Otra vez - un suspiro acompañó mi respuesta - ¿te he despertado?
-No, simplemente echaba de menos tu cuerpo al lado del mío...
-Vaya... ¿Y como me remplazas en los viajes que haces?
-Bueno, Lou duerme conmigo, -rió - porque él también la echa en falta, ya sabes.
-Claro, claro, ¿hasta que hora tenemos?
-Pues - miró hacia el reloj que puso Louis en una pared del comedor -, el avión sale a las doce, así que tenemos tiempo, ¿quieres que te acompañe?
-No, si no era por eso, no te preocupes.
-¿Segura?
-Sí, segurísima, de todas formas van a ser malas noticias, ya me estoy acostumbrando, aunque ya sabes, no me voy a rendir.
-Sí, lo sé. Pero esta vez quiero acompañarte. Por algo te ha dicho que es de urgencia y...
-Ya saber como son sus "urgencias" - ironicé esa última palabra -, será porque le faltará alguna firma o algo así.
-Bueno - dijo sirviéndose una taza de café -, igualmente te voy a acompañar, sí o sí.
No pude contrariarle, en cualquier caso, sí que prefería que me acompañase. Me había acostumbrado a ir cada mañana a mi casa dónde estaban el señor Quendeck y el detective, y que me diesen las típicas noticias de 'estamos haciendo todo lo posible' o 'necesitamos tales papeles'. Por supuesto, para todo ello, necesitaba dinero. Por lo que tuve que vender la casa que teníamos en Irlanda, esa casa iba en herencia de mi hermano, pero antes que eso, prefería encontrarlo y ya en su momento si me lo hubiese pedido, le hubiera dado todo lo que me había gastado. No quise aceptar el dinero de Harry, ¿para qué? ¿Para qué tengan más razones y se hubieran metido más conmigo? Podía valerme por mí misma.
-Por cierto, ¿quién es Evelyn?
-¿Evelyn? ¿No querrás decir Caitlyn?
-No sé, Harry, la chica de Niall, o quién sea. El otro día que lo llamé me contestó ella y no me lo quiso pasar. Eso no pasaba cuando estaba con Claudia.
-Es que no te conoce, tenías que haberle dicho que eras mi novia.
-¿Qué quieres decir con eso? - no era muy normal que él y yo discutiéramos, pero de vez en cuando lo hacíamos - ¿Solo me consideran por salir contigo o qué?
-No me refería a eso, cielo, pero ella...
-Qué sí, ya te entendí.
Dejé la taza de café con leche medio llena y salí de la cocina, claro que sabía que se refería a que no me conocía, pero todavía me seguía afectando, en esos momentos, no ser alguien a parte de la novia de un componente de la banda más conocida en el mundo. Solo era una más, mientras que Eleanor ya se había convertido en una modelo profesional, y Danielle ya tenía un contrato permanente con una empresa de baile, mientras que yo seguía siendo aquella chica que ni siquiera tenía una carrera.
Subí a la habitación y abrí la única ventana que había, daba directamente al campo, era una casa a las afueras de la ciudad, el mejor sitio para vivir. Corrí las puertas del armario y ahí estaba, llevaba mucho tiempo sin ponérmelo, el collar de mi madre, estaba en la caja de dónde aquella vez Harry me regaló el collar que en ese instante lo llevaba puesto. Lo acaricié y volví a correr la misma puerta ocultando aquella parte del armario, saqué lo primero que vi, unos vaqueros y una camisa blanca con encaje por detrás, me puse unas botas, y salí de la habitación. Me crucé con él cuando me dirigía a la entrada.
-¿Te vas ya?
-¿Tú qué crees?
-Cinco minutos, ¿vale?
Subió a toda velocidad, y yo bajé con toda la parsimonia del mundo, llegué a la entrada y empecé a ponerme el abrigo, aunque todavía era finales de otoño el frío parecía de invierno. Me puse el gorro negro, el último regalo de mi padre... Cogí el móvil y para mi sorpresa tenía tres llamadas perdidas de esa noche. Me había acostumbrado a dejar el móvil en silencio y ponerlo en la pequeña cómoda que había en la entrada, por lo que habían veces en las no me enteraba de quién me llamaba o mandaba un mensaje.
Empecé a ver de quién eran las llamadas, todas desde el número fijo de mi casa. Y a los pocos segundo un mensaje de voz llegó a mi móvil. Maqué el número del buzón de voz y empecé a oír las palabras del señor Quendeck después de la voz de una operadora que me indicaba a que hora lo había mandado.
No me pude creer lo que oí, y el móvil se resbaló de mis manos, no pude ni pestañear, y me quedé inmóvil.
-Vale, ya estoy, nos vamos - seguí inmóvil, él se acercó a mi  para coger su abrigo, y se dio cuenta de mi asombro - ¡Eva! ¿Qué pasa?
No supe reaccionar, había deseado tanto recibir esas noticias, pero no pude reaccionar, hablé con un hilo de voz, resumiendo todo lo que me decía en aquel mensaje de voz.
-Los han encontrado.
Dije, todavía sin moverme.

martes, 25 de diciembre de 2012

Un pequeño informe :)

Quería comentaros que como ya había dicho que la novela está por acabarse, pues voy a ir corrigiendo uno a uno los capítulos que he ido subiendo, ya que como habéis podido comprobar mis faltas de ortografía son bastante comunes.. jejejejeje. Bueno, el caso es que he ido calculando cuántos capítulos quedan y bueno... Voy a ir extendiéndome todo lo que pueda, porque, para que mentir, ¡yo tampoco quiero que se acabe!
Igualmente estoy retorciéndome el cerebro con las ideas para el próximo fic que escriba, espero que os guste tanto como este. :D
OS QUIERO LECTORES ^^

Capitulo 47. (parte 2)

Me levanté de la cama, no podía seguir durmiendo, no tenía pesadillas, directamente, no soñaba nada. Eso era lo que más me molestaba: no soñar nada. Comprendía que no tenía una motivación de alegría, unos llantos que me despertasen a esa hora, las cinco de la mañana, pidiéndome el biberón, u oír mi nombre de la voz de mi hermano, gritando que habían payasos debajo de su cama. Nada. Intentaba calmarme pero me era imposible. No podía seguir adelante sin ellos, lo sabía yo, lo sabía Harry, lo sabían todos... Apenas salía, aunque Eleanor y Danielle siempre intentaron sacarme de nuestra casa, la de Harry y mía.

"...Cuando retomamos el rumbo a la casa de los chicos, me sentía más serena, aunque no tuvo ningún sentido el haberle besado. Sí, me sentí muchísimo más culpable de lo que era, pero de todas formas, entre él y yo ya no habrían más inconformidades en cuanto a nuestros sentimientos. Él amaba a Eleanor y yo... yo, no sabía ni por qué dudaba al responder si amaba o no a Harry. ¡La respuesta estaba clara! ¿no?
Con las piernas temblándome esperé detrás de Louis, para que abriese la puerta. Tenía que hablar con ella sí o sí, las cosas con su novio ya las había aclarado, solo me quedaba ella. Y me iba a costar mucho más...
-¿Quién eres? - su grito provenía del piso de arriba, también se oyeron pasos.
-Cielo...
-¿Tú? - vestía con un pijama algo infantil - ¿que quieres aho...? Anda, pero si has venido tú también..
-Eleanor, quiero hablar contigo, por favor, no...
-Bien, perfecto, ¿de qué quieres hablar conmigo? ¿os habéis declarado amor y me lo venís a contar? ¿o qué pasa ahora? - su tono irónico me hizo daño.
-Por favor, ella no tiene la culpa de nada, habla con ella, por favor.
Minutos de silencio en los que las miradas de Louis y Eleanor no se separaron, pensé que quizá ese momento de hablar era de ellos, y se me pasó por la cabeza salir de la casa. Hasta que él retiró la mirada, algo que creí, la molestó.
-Yo ya me voy,  - me hablaba en un tono muy bajo - si pasa cualquier cosa, llámame, a mí o a quién sea, pero creo que igual te vendría mejor pasar la noche aquí.
Asentí, me dio un beso en la mejilla, y se acercó a Eleanor, para darle otro, aunque ésta le retiro la cara, y en ese momento me miraba a mí. Salió de la casa cerrando la puerta con fuerza, el ruido del motor del coche  no nos inmutó ni a mi ni a ella. Seguíamos mirándonos, y yo ya no sabía que hacer, apartar la mirada hubiera sido un signo de culpabilidad, que era como me sentía, y mantenerla de desafío, algo que no quería. Así que hice lo primero. Miré hacia el suelo, después mi manos y empecé a hablar.
-Mira... Sé que me odias, sé que te tenía que haber contado todo lo que había pasado, pero de una manera u de otra no ha sido tan grave..
-¿No ha sido tan grave? Por favor, Eva, mi novio, ¡mi novio! te había dicho que si yo no hubiera existido ni el tuyo tampoco, hubierais estado juntos, ¿como se toma una eso?
-Pero, no me refiero a eso Eleanor, al principio yo ni te conocía. Yo... yo sentí algo desconocido cuando lo vi por primera vez, después supe que estabas tú. Y me aparte totalmente, entonces él...
-Él te dijo aquello y tu volviste a sentir cosas por él, ¿me equivoco?
-Sí, te equivocas. - subí el tono - No volví a sentir nada, porque nunca sentí algo. Admití que sí, que si ni tú ni Harry estuvierais, y lo hubiera conocido, sí que estaría con él, ¿que mal hubo en decir eso?
-¿Que qué mal? Joder, Eva. ¿No te entra en la cabeza que con haberlo admitido, con, con si quiera haber escuchado las palabras que te decía ya me estabas traicionando? Eras mi amiga, y mira, si para ti el que sean solo palabras y nada más, signifiquen poco, no merece la pena que sigas disculpándote o lo que quiera que estés haciendo aquí.
-¡Me estoy disculpando! ¿Qué hago aquí entonces? ¿Restregarte que él prefirió en su momento estar conmigo? ¡Pues no! Eleanor, él te ama. Yo... Yo no soy nada de él ni nunca lo seré. ¿No lo entiendes?
-Si me amase, no te habría dicho nada a ti. Si mi amase de verdad, no estaríamos en un hilo. ¿Sabes? Cuando te conocí, me diste una confianza inconfundible. Me mostraste algo que nadie nunca lo hizo. Y ahora me entero de que por poco mi novio me pone los cuernos contigo, por favor, Eva, ¿cómo me lo tomo? Dímelo, ¿cómo?
Me quité el abrigo y me adentré en la casa. Dejé mis cosas en el sofá mas próximo, me senté en el y seguí hablando.
-De todas formas... Aunque nunca logres perdonarme, por lo menos perdónale a él.
-¿En serio? - se sentó al lado mío -, ¿pretendes que le perdone a él, siendo quién te condujo a todo esto?
-En parte no solo fue él, y lo sabes. La culpa se reparte- "Harry, te echo de menos, necesito un abrazo tuyo" pensaba mientras seguía hablando -, nadie es perfecto Eleanor, y si encuentras a alguien así, ¡por Dios! Será el que mas defectos tenga. Pero a pesar de todo lo que ha pasado, él se ha dado cuenta, aunque ya lo sabía, de que te ama, te ama mucho...
-No me refiero a la perfección o a la imperfección. Solo digo que todo esto me hace daño. Sé que lo que te paso a ti con Mike, fue distinto, él si te puso los cuernos, y bien puestos.. - reímos las dos -, pero a mi nunca me ha pasado algo así, no se como tomármelo y así es la única forma que encuentro de sentirme a gusto...
-¿Cómo? ¿Insultándonos? ¿Echándonos en cara todo lo que ha pasado? Cielo, yo te quiero, pero una llega en el punto en el que no aguanta, y tengo problemas mayores en los que ocuparme, lo sabes.
-Sí... Y lo siento, pero ahora mismo, no se como actuar... Lo siento - se levantó del sofá y subió las escaleras.
Apoyé los codos en mis rodillas y mi cabeza reposaba en mis manos. No paraba de darle vueltas a todo, mis hermanos, Harry, Eleanor, Louis... Mike. Me acordé de que tenía que llamarle cuando llegará a casa, algo que no pasó en esos dos días, cogí el móvil y marqué su número.
-Hola - dije sin esperar a que él hablase.
-Anda, por fin me llamas.
-Lo siento, no he pasado por casa, y...
-No, sí ya lo sé. Estoy con Harry, ¿querías algo aparte de ponerle celoso?
-Bueno, saber como estás, y.. ¿estás con él?
-Sí, preciosa - su voz me cambió el ánimo.
-¿Qué haces con Mike? ¿Dónde estáis? ¿Qué ha pasado?
-Bueno amor, en todo caso te tendría que preguntar yo, que haces llamándole a él y no a mí.
-Es que él... Bueno a ver, él..
-Anda Harry, no la pongas nerviosa - oí la voz de Mike de fondo. Risas de ambos.
-¿Dónde estás? - me preguntó Harry.
-Pues.. en vuestra casa.
-¿Estas...?
-Sí, te iba llamar luego - mentí -, para decirte que no voy a dormir contigo, que me quedo aquí.
-Pero...¿has hablado con ella?
Le conté lo que había pasado, menos lo del beso con Louis, eso prefería decírselo en persona, no sabía cómo se lo podía tomar. Después de recibir la conformidad de Harry me despedí de ambos y colgué. ¿Que harían ellos dos juntos? ¿De que hablarían? ¿Por qué Harry no me contó que había quedado con él?
Dudas, dudas y más dudas. Al parecer, en esos instantes no era yo la única que tenía algún secreto.
Me levanté del sofá y subí las escaleras, no con la intención de volver a buscarla, solo quería ir a la habitación de las zanahorias. Me apetecía ver los retratos de mis hermanos, quería, aunque solo sea en pintura, verlos. Subí lo más deprisa posible, no quería encontrármela, ella me había dicho lo que pensaba sobre mí, sobre el tema, sobre todo. Y lo que menos quería era volver a oírlo.
Seguí como la primera vez, las paredes, pintadas de los mismo colores, ningún rastro de tiempo, nada. Todo igual, las caricaturas de mis hermanos seguían ahí tan vivas, tan reales... Con mi mano delineé los dibujos intentado evitar derramar lágrimas, recordé la primera vez que fui allí, cuando empecé a salir con Harry, cuando lo sentí por primera vez. Cuanto mas recordaba, mi llanto se prolongaba más fuerte, no quería alarmarla, no quería que subiese y que me dijera un "te perdono" por lástima. Me limpié las lágrimas y me senté en uno de los pufs. Miraba por la ventana, buscando en mi cerebro algo que me llevase a mis hermanos, le había entregado todo lo que tenía sobre mis hermanos al señor Quendeck. Solo me quedaba pensar en acumular más pistas...
-Recuerdo la vez que estuvimos en aquel pub - rió -, tu ex no hizo nada para que nos cayese bien la verdad.
La presencia de Eleanor me sorprendió, y a la vez me incomodó.
-Mike es distinto de todos, según lo que me has contado, pero ¿sabes? él te quiere incluso más que Harry - la miré algo extrañada, nuestros ojos se cruzaron -, haber no me malinterpretes, pero se le nota, se nota que todo lo que hace por ti, lo hace porque... porque te ama, Eva.
-¿Y a que viene todo eso?
Me levanté del puf, enfadada con ella y conmigo misma, recordar los sentimiento hacia Mike no me sentaba bien, ya era complicado el asimilar que me constaba afirmar que amaba a Harry, y en ese momento ni si quiera sabía por qué.
-Sé que tienes dudas y...
-¿Dudas? ¿Perdón? Que te quede claro - mi dedo índice la amenazaba -, yo.. yo amo a Harry, y que me haya pasado eso con tu novio, ex novio lo que sea, no quiere decir lo contrario, ¿entiendes? - no aguanté más aquella tensión y salí de la habitación, echándole un último vistazo a las caricaturas de mis hermanos.
"Ha sido mala idea venir" pensaba.
-¡Eva! - gritó ella desde la habitación, corriendo hacia mí - Lo siento, Eva, pero es lo que creo, vale, entiendo que tu ames a Harry y todo lo que quieras, pero no me niegues que no tienes dudas.
-¿Sobre qué? - dije todavía sin mirarla - ¿Sobre lo que siento por Mike, por Louis? Ya lo tengo claro, gracias.
-No quiero perderte...
Me giré rápidamente, y vi que, de la misma manera en la que lloré yo en la habitación por los recuerdos de mis hermanos, ella estaba llorando de una manera desesperada intentando hacerme cambiar de opinión y no dejarla sola.
-El, no me vas a perder, pero de esta manera no vas a solucionar nada. Si tan convencida estás tú de que tengo dudas, créeme, yo estoy aún más convencida de que Louis te ama, ¿vale?
Varios abrazos y muchos más "lo siento" aclararon nuestras disputas. Llamamos a Danielle y a Perrie, para que pasen la noche ahí, con nosotras. Detrás de todas las risas y lloreras al ver películas románticas, mi cabeza rondaba en la duda, de si era verdad que tenía dudas acerca de lo que sentía por Harry..."

viernes, 21 de diciembre de 2012

Capitulo 47. (parte 1)

Acaba de acabar de repasarme la brocha negra por la cara, no he visto nada de lo que me ha hecho, pero espero que sea bonito. Quiero estar preciosa para él. Me sonríe, como ha hecho durante la media hora que lleva maquillándome. Sé cuanto desea su boda, pero será pronto. Esperar a veces es bueno. Entre mi futuro marido y yo, pasó mucho, mucho tiempo después de que decidiéramos dar el gran paso. Miro el reloj, son las once y media de la mañana, la boda empieza en una hora, bueno en realidad en media hora, pero entre que llegan los escasos invitados, se mira el último retoque a la Iglesia, la pianista se coloca justo en el momento en el que se supone que yo saldré. Seguro que entre que pasa todo aquello, la boda se retrasará por lo menos esa media hora que he calculado.
-¿Es mal momento para que sea yo quien te pida matrimonio? - dice una voz que hace mucho que no oigo, me giro y lo veo.


El señor Quendeck, el marido de Amanda, fue quien llevo el caso de mis hermanos. Indagaba por aquí y por allá, él mismo contrató a un detective, por supuesto mi tía quedo directamente culpable. Se suponía que la custodia era mía, y ella no tuvo ningún derecho en marcharse con mis hermanos sabiendo que yo era la tutora de ellos. Eso era lo que me decía una y otra vez el señor Quendeck, me lo acabé creyendo, una pequeña parte de mí se lo acabó creyendo. Ya que yo seguía culpándome una y otra vez la causa de no tener a mis hermanos. El detective fue a los lugares mas obvios, al colegio de mi hermano, la guardería de mi hermana.. Pero nada, mi tía había ido ya antes a ocuparse de no dejar ningún rastro. Lo único que ambas directoras aportaron fueron los motivos que dio mi tía. 'Traslado por causa del trabajo'.

Una mañana, una mañana después de cinco años de no tener a mis hermanos entre mis brazos, desperté en la casa que Harry y yo habíamos comprado, en esa habitación tan acogedora que había decorado yo misma, junto con el sentido del humor de Louis. Eleanor también nos ayudó, después de todo, quería pasar mas tiempo con ella.
Las cosas entre Louis y yo se arreglaron al día siguiente de haber conocido al marido de Amanda.
"...Louis seguía sin mirarme, ni si quiera me hablaba, le pregunté a Liam donde estaba ella, y no me lo pensé ni dos segundo el ir a verla. Necesitaba hablar con ella, ya que en esos momentos estaba más calmada. Pero, no tenía coche, y no sabía ni que metro ni que bus pasaba por la casa de los chicos. Harry no estaba y Niall estaba durmiendo. No me quedaba más remedio...
-Eh... ¿po...podrías llevarme...? - no podía terminar la pregunta, ni si quiera se había percatado de que me dirigía a él -, ¿Louis?
-Dime - dijo estirando los brazos en los que tenía apoyada la cabeza -, dime, ¿qué pasa?
-Qué, si me puedes llevar a vuestra casa.
-Ah,  - dijo sin, todavía, mirarme -, supongo que no me queda otra.
Mientras se ponía el abrigo y una bufanda, yo estaba dándole al botón del ascensor para que llegara al último piso. '¿Y si Eleanor se toma mal que vaya con él?' 'Pero, tenemos que hablar, y si estamos los tres mejor... ¿se lo tomará mal?' no paraba de pensar aquello. Vi como Louis cerraba despacio la gran puerta blanca y se acercaba a mi, mirando el suelo, las manos en los bolsillos del abrigo, era como si yo no estuviera ahí esperándolo, si no, él solo. Me ignoraba completamente.
En cuanto estuvo a un metro de mí, el ascensor abrió sus puertas. Como siempre, esperé a que fuera él quien le diera al botón que nos llevaría a la planta baja.
No pensaba en hablarle, solo quería que me llevase. Aunque también tenía que pedirle perdón a él. No debí contar nada. Bueno, debí, pero también tenía que contar con él.
-¿Qué tal? - dije intentando no forzar una nítida conversación.
Mi pregunta quedo en el vacío, ya que no me respondió. No dije nada más, ni si quiera le miré hasta que llegamos al coche. Se puso el cinturón, y puso en marcha el motor, las manos agarraban fuerte el volante, intenté no hacerle caso y me puse el cinturón. Sin darme cuenta ya no estábamos moviendo, una curva por aquí y otra por allá, solo miraba la carretera, no me atreví a volver a preguntar o hacer algo que estropeará más la relación que había entre ambos. Aunque él tampoco se esforzaba por mejorarla.
No sabía donde estábamos, pero ese no era el camino que llevaba a la casa, estaba segura.
-Vale, entiendo que no me hables, que pases de mí y todo lo que quieras, pero ¿dónde estamos?
Giró de improvisto hacia un descampado, no había nadie por esa carretera, ni si quiera había gente en ese trozo vacío de campo. Entonces para, se quita el cinturón y sale del coche. Yo hago lo mismo después de reaccionar unos minutos de lo que acababa de pasar.
-¡Eh! - grité - ¿A donde te crees que vas?
-¿Qué pasa Eva? ¿Te gusta exagerar las cosas no?
"Si, tenía que pasar algún día" pensaba mientras analizaba lo que le iba a decir.
-¿Exagerar? ¿El qué exageré?
-¡Todo! He perdido a mi novia, ¡la he perdido! Por tus putas exageraciones.
-¿De que me estás hablando? No exageré nada, directamente, yo no le conté nada a ella. Fue Harry, ¡yo le conté la verdad a Harry, no inventé nada!
-Ya claro, Eva... - dijo acercándose a mí, y bajando el tono de su voz -, joder Eva, la he perdido, la he perdido porque soy idiota, tú no... tú no tienes la culpa de nada.
Estaba cogiéndome de una mano, y yo no la aparté, tenía la mirada puesta en el suelo y con delicadeza levanté su barbilla con la otra mano.
-La culpa es de los dos, - me sentía peor -, ella te perdonará, conmigo le costará algo más.
Sonreímos a la vez.
-¿Qué fue lo que paso? ¿Como empezó esto? -preguntó, dejándome totalmente en blanco.
No tuve ni la menor idea de que responder, solo sentí un impulso que me negué hacerlo. Pero las ganas y el misterio que sentí ganaron a mis negaciones.
Le besé.
No fui la única participe, ya que él cogió mi cuello con sus manos, dulcemente, mis labios y los suyos quedaron juntos durante un largo momento. Ahora puedo decir que sí, que sí que sentí cosas, pero no lo mismo que sentía con Harry. Sintiéndome mucho más culpable separé mi boca de la suya. Nuestras frentes se apoyaban una con la otra, esa conexión no la separamos.
-Debíamos saberlo algún día -dijo él en un susurro.
-¿Saber el qué?
-Saber, que es lo que sentimos el uno por el otro, porque siempre nos hemos confundido. - me cogió de la mano y me dirigía al coche - Espero no equivocarme, yo amo a Eleanor, y tú, tú... amas a Harry, ¿verdad?
La respuesta se me quedó en la garganta, no sabía si la respuesta iba a ser correcta, era un sí en toda regla, pero no entendía porque no me salía decirlo en voz alta, lo amaba, ¿no?
-Claro, no hace falta ni que lo diga - terminé diciendo.
Nos montamos en el coche y cambiamos de dirección, dimos la vuelta y empecé a reconocer los lugares, dejé de preocuparme..."

lunes, 17 de diciembre de 2012

Capitulo 46.

Zayn estaba de pie mirando a través de aquel ventanal, Liam y Danielle estaban sentados juntos en el sofá, Niall en el suelo junto con Harry. Y Louis, Louis estaba en el comedor, con la cabeza apoyada en sus manos y los codos en la mesa. No me miró.
-Cielo, ¿vienes a preparar la cena conmigo? - me dijo Danielle levantándose del sofá y soltando la mano de Liam.
-No, espera - Zayn apartó la vista del apaisado Big Ben -, ponte algún abrigo, vamos a dar una vuelta.
No sabía que hacer, miré a Harry, quién me sonrió, y para mí valió como consentimiento. Fui a la habitación y me quité la camisa que llevaba, salí otra vez con el gorro en la mano, a buscar el abrigo que había dejado esa mañana en el comedor. Lo que me conllevaba a verme con Louis. Zayn ya estaba en la puerta, esperándome. Sin prestar mucha atención a la presencia de Louis cogí el abrigo sin mirarle y abrí la puerta dejando para mas tarde las aclaraciones con ellos.
Llamé al ascensor que no estaba en la planta, y mientras esperaba Zayn se puso a mi lado, era de noche, no sabía que pretendía hacer a esas horas, siendo jueves, no habría gente.
-¿Que tal estás? - dijo interrumpiendo mis pensamientos.
-¿Sobre qué? - no quería ser dura.
Había pasado más de un mes que no lo había visto y no me pude creer como no le había dado un abrazo todavía. Así que lo hice en ese momento, tire el gorro al suelo, sin querer, y rodeé mis brazos al rededor de su torso. El me respondió de la misma manera, su 'te he echado de menos, preciosa' recalcó mi emoción.
-Preciosa, siento mucho lo de tus hermanos, lamento no haber podido estar contigo antes...
-No importa, yo... yo no tuve que encerrarme en mí misma, debí de haber aceptado vuestra ayuda, no debí...
-Eh, no importa, ahora estamos todos, y te vamos a ayudar, ¿de acuerdo?
Asentí, pero no me separé de él, recordé que Danielle me había dicho que él quería hablar de algo conmigo, supuse que era sobre eso, así que no pregunté nada más.

A mi sorpresa, me llevó a una cafetería, bastante alejada del centro, fuimos en bus, no hubo mucha gente por lo que las chicas, las directioners no se volvieron tan locas al ver a Zayn. Él sonreía y se tomó una o dos fotos con dos chicas que estaban en el bus.
La cafetería era acogedora, típica de un pueblo, pero creo que no lo era. Un señor mayor de pelo blanco nos atendió, pedí un café solo y él, creo que lo mismo.
-¿Sabes para que te he traído? - preguntó él cuando el camarero se marchó.
-Pues... no, no lo sé, ¿por qué?
-¿Recuerdas que en uno de los muchos mensajes que te envié cuando estabas en casa, aislada, decía que tenía novia?
-¿Novia? ¿Ti..tienes novia?
-Claro, ya ves, un hombre guapo como yo, tiene que tener novia, ¿no lo crees?
Reí.
-Por supuesto, no digo lo contrario, pero, ¿que tiene que ver con este sitio?
-Pues no lo sé, me apetecía darle misterio al asunto, en seguida vendrá.
-Te gusta alarmarme, eh.
El camarero nos trajo lo que habíamos pedido, y se marchó. Mientras le daba vueltas al café, observaba que tipo de personas habían en aquel bar, unos señores que tosían demasiado veían algún tipo de deporte en la tele, un matrimonio estaban sentados en la barra, charlando. Pero cuando bajé la mirada me encontré con unos ojos muy conocidos, esa señora rubia del tren, aquella que me consoló cuando recordaba todos los momentos que pasé con mis padres, en ese trayecto que me depararía la perdida de mis hermanos.
Vi como me sonreía, hice lo mismo.
-Zayn, ahora vengo, ¿vale? -él asintió algo desconcertado.
Me acerqué lo más rápido que pude a aquella señora con una sonrisa en la cara, ella me seguí con la mirada y con la misma sonrisa. Se parecía tanto a mi madre, que incluso me dio miedo que me sonriera.
-¡Cielo! ¿Cómo tú por aquí? - le di un abrazo y un beso, finalizando con sentarme a su lado.
-He venido con un amigo, la verdad es que llegué hace poco de Mullingar, ¿y usted?
-Pues aquí, cielo, a mi marido le han conseguido un trabajo por aquí - su cara parecía de tristeza -, a mi me hubiera gustado quedarme en el campo - suspiró.
-Bueno, no se preocupe, seguro que pasarán las vacaciones por ahí.
-Y, ¿te llamabas Eva, cierto cielo?
-Sí, así me llaman.
-Pareces triste, Eva, mis casi 20 años de experiencia con mi hija, me dice que te pasa algo.
-No se preocupe, son proble...
-Amanda, cariño, ¿sabes qué caso me han otorgado? Te dije que no quería acept... Oh, perdonad, no quería interrumpir.
-Oh, no se preocupe, yo ya estaba por irme - dije - me ha alegrado mucho verla, Amanda - me sonrió -, encantada señor. Adiós.
Les dediqué una última sonrisa y di media vuelta. Una chica rubia con una piel demasiado blanca, más incluso que la mía, estaba sentada al lado de Zayn, supuse que era su novia, y no me equivoqué. Ambos estaban de espaldas por lo que no me vieron llegar. Sonreí para mi misma, veía como él le daba besos por la mejilla y la comisura de los labios.
-Hola chicos - dije sentándome en la única silla libre.
-Amor, esta es Eva, es la novia de Harry.
-Encantada - dije ofreciéndole mi mano para determinar la presentación.
Ella no me la recibió, se levantó y me dio un abrazo y un beso en la mejilla. Me sorprendió, no era del todo normal que un par de desconocidos se saludaran de aquella manera. De todos modos, no era del todo desconocida, sonreí.
-Zayn me ha contado lo de tus hermanos, - puso su mano sobre la mía - tranquila, te vamos a ayudar.
Tenía una sonrisa preciosa.
-Muchas gracias, de verdad, no sé como agradecer todo lo que hacen todos por mí, no me..
-Oh Eva, cállate - me dijo él tirándome una bola de papel -, haber, dinos que es lo que sabes y tienes.
Mientras les contaba todo lo que tenía y sabía, la custodia, la herencia, las supuestas pistas, ellos me atendían con mucha agudeza, no se querían perder nada. En algún momento empecé a sentir hasta vergüenza de que solo hablara yo, no sabía el nombre de la chica y la miraba y hablaba como si hubiera sido Danielle o Eleanor. Cuando terminé, sentí que me quitaba un peso de encima. Sin dudarlo un segundo pregunté lo siguiente.
-Oye, siento no habértelo preguntado antes, pero, ¿como te llamas? - Zayn rió.
-Tranquila, ella tampoco sabía nada de One Direction cuando nos conoció por primera vez.
-Eh, ¿a que te refieres? - dije tirándole la misma bola de papel - tu.. tu ¿tu también eres cantante? ¿actriz?
Su sonrisa me parecía muy bonita.
-Me llamo Perrie, estoy en un grupo de música, Little Mix, ¿te suena?
-No... Lo siento, de verdad, no soy de escuchar música.
-Sí, ella prefiere preparar biberones y esas... - el recuerdo me hizo entristecer -, ¡lo siento! - chilló - de verdad, a veces me paso, lo siento.
-No importa Zayn, ahora solo tenemos que...
-Disculpa, cielo,  - la señora rubia casi gemela de mi madre estaba acercándose a nuestra mesa.
-Dígame Amanda, ¿pasa algo?
Zayn y Perrie me miraban extrañados.
-Lamento mucho que hayamos escuchado así una conversación con noticias tan tristes, pero.. mi marido... Bueno, mi marido es abogado, él puede ayudarte.

jueves, 13 de diciembre de 2012

Capitulo 45.

Miré la hora en la tele, eran las cuatro y media de la tarde, no le tomé importancia.
Danielle me contó mil cosas sobre lo que había hecho y donde había estado esa semana, intenté olvidarme por un momento de todo lo que había pasado, pero me era imposible. Después de un rato ella se fue a la cocina a traer algo para tomar con el té, iban a acercarse las cinco, y el hambre resonaba en la habitación.
Jugaba con los botones de la camisa mientras la ausencia de Danielle se empezaba a notar. Mis pensamientos volaban, no me creía su relación de los hechos, 'Quizá Eleanor me perdone' pensé, pero esa idea se apartaba, tenía razones para odiarme. Por lo menos Penny cuando paso aquello, se apartó de mí, se apartó mucho antes de que pasara...
-Supongo que ya tenía esas intenciones...
Me dije mientras ponía y sacaba un botón del ojal. Yo ni siquiera mostré resignación cuando Louis me dijo todo eso en la entrada de su casa. Tenía que habérselo dicho, pero ¿le habría hecho mas daño? Si hubiera salido de mi boca, ¿le habría dolido mas? No lo sabía, y en esos instante de mi vida, ya era imposible volver atrás, y aún lo es. Me fijé en la tele, me aburría de esperarla, mi sorpresa fue que estaban hablando de mí y de los chicos.
"¿A que no adivinan cual es la pareja mas llamada en estos momentos? No señores, no es la 'desconocida' novia de James Blunt. El cantante Harry Styles, que pertenece a la más de que famosa banda One Direction, está saliendo con una chica que no pertenece a este mundo, ya que no es ninguna Caroline, ni ningún rumor cinematográfico. Esta chica, llamada Eva Dayle, ni siquiera es directioner, ¿será un insulto para las sinuosas fans de estos chicos que esté saliendo con ella? Más adelante os mostraremos unas entrevist..."
-No deberías ver eso - me dijo Danielle después de apagar la tele con el mando.
-Tiene razón...
-¿En qué? No son más que cotilleos tontos que se inventan sencillamente para ganar audiencia.
-Tú, Danielle, tú eres bailarina, Eleanor, ella es modelo, ella es directioner, ¿yo? Yo no soy nada, cada vez más me pregunto que hago aquí, ¿que se piensan? ¿que estoy aquí por la fama? Eso no lo puedo perm..
-¡Creo que os va gustar la cena! - la voz de Liam se apoderó del salón, y me resigné.
-¡Me la comeré yo toda si estáis puntuales!
"¡NIALL!" pensé, mi vergüenza volvía recorrer todo mi ser, a él no se lo había contado, en el coche solo me dijo que se arreglaría todo, pero no le conté nada, y el hecho de pensar en ese momento que se lo hubieran contado ellos, me hizo sentir peor. '¿Quién lo sabe?' me pregunté.
Me levanté lo más rápido del sofá y me encerré en la habitación en la que había dormido con Harry. Me interpuse entre la habitación y la puerta y me senté apoyando mi espalda en ella. No tenía ganas de llorar, sencillamente tenía vergüenza, no debía de estar ahí, no quería estar ahí, era la culpable de todo. Era la culpable de la desaparición de mis hermanos, era culpable de la discusión de Louis y Eleanor en su casa, era la culpable de que Harry desconfiase de mí, era la culpable de todo. Así me sentía en ese momento.

Me es inevitable derramar alguna lágrima al recordar todo aquello, pero ya no es de tristeza, si no de felicidad, de que ahora ya no me arrepiento de nada, de absolutamente nada. Bueno la verdad es que sí, podía haber sido mejor si no hubiera cometido algún que otro error.
La puerta de la habitación de detrás de la Iglesia se abre, me giró de inmediato y la veo, con un mediano neceser en la mano.
-¡Por fin! - digo sin siquiera saludarla.
-Vaya, estás preciosa, Eva - veo como se le cae una lágrima - joder, a mi me queda todavía un año...
-Sigo pensando que teníamos que haberlo celebrado juntas...
-Ya... Pero ya le conoces...  - pone el neceser encima del tocador y lo abre  -, bueno, ¿por donde empezamos?

Sin darme cuenta me quedé dormida en aquella postura, el cuello me dolía y la oscuridad entraba por todas las direcciones de la habitación, no quería salir, ni siquiera encender la luz. Oía las voces de todos menos la de Eleanor, 'Louis también está'  pensaba una y otra vez, ¿que podía hacer? Me levanté despacio a causa de mi dolor de cuello y más tarde descubrí el de espalda, encendí la luz y empecé a dar vueltas despacio a mi cuello. Nadie fue a buscarme, y no me molestó, me gustó. Sabían que necesitaba un tiempo sola, tenía que escoger bien las palabras para excusarme ante ellos, sobre todo ante Louis. ¿Que le podía decir? 'Le dije todo a Harry, porque no soportaba ocultarle algo, sí, eso le diré' pensé. Puse la mano en el pomo de la puerta y la retiré a los dos segundos, necesitaba un abrazo de Harry, necesitaba esa fuerza que me aportaba, pero no estaba, ¿y que podía hacer? No podía salir y llamarle, abrazarle y hablar. Hubiera sido raro.
Me mentalicé, intenté animarme de una manera autoritaria, intenté imaginarme a mi madre poniéndome una mano en el hombre, me la imaginé sin escuchar las típicas palabras que siempre oía cuando la veía en mi imaginación, 'me defraudaste', me alegré de no oír nada, simplemente la vi sonreír a través de mis párpados y cogí el pomo con decisión, abrí la puerta. Me quedaba el largo pasillo para llegar al salón, me quedaban unos poco metros para decir toda la verdad.
Mi pulso se volvía ha acelerar y me entraron sudores, las piernas me temblaban, iba a ser la primera vez que los iba a ver a todos, después de todo lo que había pasado, ¿que reacción tendrían? No lo iba a saber hasta que no pisara aquel salón.
No había ruido, solo murmuros de sus voces, entré en mas tensión, me acercaba paso a paso, cada uno mas que pequeño que el anterior. Tuve un nudo en la garganta, no aguantaba más, y los vi a todos sentado al rededor de la mesa. Fue entonces cuando me dije que ya no tenía nada que perder, Harry estaba conmigo, Danielle me había hecho razonar, y lo único que me quedaba era caer ante las acusaciones de Louis. Era la hora, era la hora de afrontar todos mis actos.
-Hola - dije muy bajo, pero demasiado audible para que todos se giraran y me miraran, algunos con sonrisas, otros sencillamente con los ojos.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Capitulo 44.

Tenía los ojos hinchados y rojos, me odié tanto en ese momento, odié la sensación de culpa, odié todo lo que había hecho. Me odié y punto.
-¿Qué pasa? ¿Ahora no quieres hablar? - me dijo mientras se acercaba a mi y le brotaban mas lágrimas - ¿Ya has gastado tus palabras con Louis? ¿Ahora no me vas a aclarar nada? ¿¡¿EH?!? ¿¡¿DI ALGO?!?
No me salían palabras, quería llorar como ella lo estaba haciendo, quería abrazarla pero no sabía que efecto iba a tener sobre ella mi tacto. Solo dije lo que durante ese día no paré de decir.
-Lo...lo lo siento - mis lágrimas caían silenciosamente -, en ningún momento quise hacerte daño, nunca pretendí que...
-¡¿Qué?! ¿Nunca pretendiste contármelo, contarme que si no me hubiera enterado de nada te lo hubieras follado? ¿Es eso?
-¡No! Eleanor, por favor, pégame si es lo que quieres, insúltame, seguro que lo necesitas, necesitas desahogarte, sé que lo que paso entre él y yo estuvo mal, pero ni él ni yo quisimos hacerte daño ni a ti ni a Harry, joder, échame la culpa de todo. A fin de cuentas fui yo quien debió pararlo.
Después de fruncir el ceño mientras me miraba, dio media vuelta y salió de la cocina, empecé a respirar muy deprisa y mi ánimo estaba demasiado abajo. Entre lo de mis hermanos y lo que había pasado en ese momento, empezaba a marearme. Despacio me acerqué a la nevera y cogí una botella de agua fría, me la bebí demasiado rápido, me limpié las lágrimas, pero no me sirvió de nada ya que salían más cada vez que pasaba mis dedos por mis ojos.
De fondo, ya no oía ni a Harry ni  Louis hablar cordialmente, si no a Eleanor gritar a Louis y golpes que supuse que también eran para él. No quería salir de ahí, mi miedo volvió a apoderarse de mi, y las lágrimas también, ya que no me permitían ver mas allá de las yemas de mis dedos que las quitaban una a una.
-Amor...- dijo mientras yo intentaba encontrarle entre mi vista borrosa -, eh tranquila, - siseó -, no llores, son las nueve, podemos ir a...
-No quiero salir - susurré apretándome a su pecho lo más fuerte que pude -, quiero encerrarme aquí, contigo.
-Eva... ¿tus hermanos? ¿ya lo has olvidado? Te necesitan...
-Si... pero ahora déjame descansar, descansar contigo, por favor.
-Vale, pero no en la cocina, vamos a la habitación, anda, que a ellos les queda mucho por hablar.
Asentí, y de la misma forma que Mike me había cogido en brazos la noche anterior, Harry también lo hizo, me besó la frente y sin darme cuenta ya estaba tumbada en la cama junto a él, que me siseaba un tanto torpe para que pudiera cerrar los ojos tranquilamente.
Después de soñar una y otra vez que encontraba a mis hermanos y que desaparecían como humo en cuanto quería abrazarlos, desperté sudada y con el pulso acelerado. Harry seguía tumbado a mi lado, me daba la espalda por lo que no sabía si estaba despierto o dormido. Me incliné un poco hacia él y comprobé que todavía seguía dormido.
Tenía frío y la chaqueta estaba en el comedor, tendría que salir de todas formas. En ese momento no se oía ningún ruido, estaba todo en silencio, excepto por el sonido de la tele, me dio miedo pensar que era ella que me estaba esperando, me dio miedo pensar que era Louis y que también estaba esperándome para preguntarme porque le había contado todo a Harry. En ese momento me dio miedo todo aquel que estuviera viendo la tele.
Me levanté despacio y cogí una camisa cualquiera que encontré en el armario. Abrí la puerta despacio, intentando que no se notara mi existencia, pero el delicado chirrido del pomo me delató. Los pasos eran ligeros así que me decanté por que era Eleanor, pero me equivoqué.
-Oh pequeña, tu y yo debemos hablar muy seriamente.
-¿Eh? ¿Dan...Danielle? - me lancé a sus brazos - ¿Donde estabas? - volví a llorar.
La verdad es que en esos momentos, para mí, todo significaba derramar alguna lágrima.
-Cielo, no he podido venir antes, tenía ensayos y cosas de esas, pero lo importante es que estoy aquí y ahora, tenemos que hablar...
Asentí, también tuve miedo de ella, y de la palabra "hablar".
-Louis y Eleanor se han ido a la casa, tenían que hablar en privado - me cogió de la muñeca y me llevó al salón - Liam y Niall se han ido algo para cenar, ¿has comido? - negué con la cabeza - bueno da igual, conociendo a Niall traerá medio supermercado - reí, bueno, sonreí -, ah, y Zayn estará por ahí dando alguna vuelta, que por cierto, él también tiene cosas que hablar contigo.
Una única pregunta cruzó mi cabeza.
-¿Estamos solos?
-¿Solos? - Harry estaba detrás de mi y me beso en la mejilla - Ahora estaréis solas.
Me guiño un ojo y se marchó con mi bufanda negra rodeándole el cuello.
La tele no me llamo ni la mas mísera atención, mi cabeza estaba en todas y cada una de las palabras que Danielle me diría.
-¿Que te han contado?-le dije intentando empezar la conversación.
-No se trata de lo que me hayan contado, yo, no sé nada, solo trozos de historia, nada en concreto, necesito tu parte.
-¿Mi parte? Supongo que soy igual o más culpable que Louis. Al principio solo parecían palabras, sin significar nada, y así tenía que haber sido. - suspiré lo más profundo, tenía que empezar por el principio - No voy a negar que en un principio, cuando no sabía nada de Eleanor, me hubiera gustado estar con él, ¡pero era imposible! Lo conocía de un único día o dos como mucho, y nada más empezar a conocerlo, supe que estaba con ella. Lo cual me alegro...
-No soy psicóloga, Eva, pero puedo.. ¿puedo opinar?
Asentí.
-Creo que fue eso lo que te llevo a acceder a sus palabras, porque... ¿solo hubo palabras no?
-Joder, ¡que sí! No soy capaz de eso. ¿Pero que os creéis todos? Soy humana, cometo errores, pero sé mis límites, y todo lo que paso con él, no fueron más que palabras... Y por esas estúpidas palabras, ella no me perdonará nunca.
-No pienses así, ella ahora está enfadada, está defraudada, ¿como te sentirías tu? Si Harry te hubiera hecho eso...
-No me pondría tan a la defensiva, ya me ha pasado, y de una manera muchísimo peor, dejaría marchar a Harry, si es lo que él querría. Pero me pongo en la posición de Eleanor, y siento que sí, que tiene razones para ponerse así, ella... ella lo ama... Y confiaba en mí.
Otra vez, la confianza hizo de mí una persona mucho más débil de lo que era.
-Ella ama a Louis tanto como tu a Harry, y bueno, tanto o menos - rió - como yo a Liam.
Fue un buen momento de descarga, me quité un ligero peso de encima, empecé a reír.
-Eleanor te perdonará, ya lo verás. Somos amigas, y ¿que son las amigas sin discusiones y peleas? Siempre vamos a tener nuestros momento malos, pero también existirán los buenos. Ella razonará y entenderá que tú no querías hacerle daño, ni a ella ni a Harry. Somos medianamente adultos, sabemos lo que queremos y sentimos, o por lo menos intentamos saberlo. Como tú dices, los humanos cometemos errores. Y ella es humana, se dará cuenta de que tú también, al igual que ella, lo estáis pasando mal.
La abracé lo más fuerte que pude, y pensé que solo me quedaba esperar su reacción. Pero durante esa espera no perdería el tiempo en buscar a mis hermanos.

Chicos, he cambiado un poco este capitulo, ya que no me gustó mucho. Espero que os guste a vosotros, esta vez. Besos. 

domingo, 2 de diciembre de 2012

Capitulo 43.

El portal estaba vacío, no estaba el recepcionista de la primera vez que fui sola a aquel apartamento, todo había cambiado en esos cinco meses, todo había dado un giro enorme, ¿quién iba decir que iba a volver a ese apartamento cogida de la mano del chico a quien quería, o incluso amaba? ¿Quién me iba a explicar que mi tía me iba a quitar a mis hermanos? ¿Quién iba decir que Mike iba a cambiar... por mi?
Sentía miedo, miedo de lo que ya sabía, o imaginaba, que me iban a decir. No podía soportar la idea de también perder a Eleanor como amiga. No podía pensar en nada que no fueran todas las cosas que me dijo Louis, y sobre todo, no paraba de darme vueltas la idea de que Harry no confiaba en mí.
-Diecisiete.
-¿Qué?
-Que le des al diecisiete.
-Dale tu, que yo nunca he sabido como va este ascensor.
Oí una carcajada y me cruce de brazos, se acercó mucho a mi para darle al botón que nos llevaría a la gigantesca puerta blanca, en la cual estaría ella esperándome con ganas de pegarme o incluso insultarme, o eso era lo que yo creía.
-Cuando todo esto termine - dijo mientras seguía a corta distancia de mi -, me refiero a cuando encontremos a tus hermanos y podamos vivir en paz - me empujó hacia atrás con delicadeza, haciendo que su cuerpo y el mío se separaran solo por la ropa -, podríamos venir aquí, ¿sabes?
-¿Incluso a las siete de la mañana tienes ganas de tener sexo?
-Bueno, eso no es sexo, - se separó de mi y me acarició la mejilla  -, eso sería lo que realmente llaman hacer el amor.
Le miré con una sonrisa en la cara y las puertas del ascensor se abrieron. Salí yo primero, las manos me sudaban y mi respiración de aceleró junto con mis pulsaciones. Di media vuelta y me choqué con su cuerpo, no quería entrar, en ese momento me sentí muy cobarde, no quería afrontar la idea de perder a alguien más.
Él me abrazó y su calidez me hizo seguir adelante, como cuando fui a Irlanda a verlo, como cunado no me atreví a tocar la puerta, como cuando él salió y me abrazó, podría decir que ambos abrazos tuvieron el mismo significado, él era mi apoyo.
-Estoy yo, no te van a decir nada.
-Me van a decir lo que piensan de mí, y la verdad duele.
-La verdad es que aquí falta Louis para que explique su parte, tu no tienes que cargar con todo, la culpa se reparte.
Asentí después de coger las suficientes fuerzas para traspasar aquella puerta, respiré hondo y esperé a que Harry abriera la puerta.

Sigo sola, sigo mirándome al espejo, empiezo a tener esas típicas dudas del 'sí, quiero', como no tengo un padre que me lleve al altar, ella me llevará, o eso espero, porque desde ésta mañana que no la veo, me llevó el desayuno y estaba con él, desde aquello creo que están mas unidos. Pero el problema es que todavía no llega y me estoy poniendo un poco histérica, me tiene que maquillar y eso no es cosa de dos segundos. Sí, va ser la única y última vez que me maquille, al fin y al cabo, me voy a casar, no volveré a tener otro momento igual en la vida, o eso espero.

Por los ventanales se podía ver el amanecer, la luz sonrosada que sobresalía por las nubes, e iluminaba el Big Ben, habían tres tazas en la mesa, pero estaba desierto, fui a recogerlas, era lo menos que podía hacer. Me daba miedo encontrarme con ellos en la hora exacta en la que despertaran, lavé las tazas y seguía sorprendiéndome lo grande que era aquel piso, seguía gustándome aquel arcón en el que Harry me esperaba la noche que Eleanor y Danielle salimos. Danielle... desde que me llevo la carta de Harry no sabía nada de ella, ya había pasado una semana, pero se me había hecho una eternidad. Pensé en todas las cosas que habían pasado. En ese momento deseé llamarla y que hable conmigo, que me dé su opinión, de todo, de lo que piensa de mi. Suponía que estaría por ahí, ya que Liam también lo estaba.
-Creo que alguien está ahí - me dijo Harry en un susurro, mientras me señalaba el sofá de colores.
-Ve a ver.
Se quitó el abrigo y lo dejo encima de la mesa mientras iba hacia el sofá donde vi jugar a mi hermano con él. Oí como algo se rompía, salí lo mas rápido de la cocina y traspasé el arcón para ver que no solo habían usado tres tazas si no que había una cuarta. Louis estaba durmiendo en el sofá tapándose a medias con su abrigo e intentando ponerse en pie y visualizarnos. Tenía los ojos medio cerrados y vi como Harry suspiraba de mala gana y se iba a sentar al otro sofá. No sabía que decir, no sabía si seguir allí de pie, si seguir a Harry al otro sofá, si preguntarle a Louis como estaba, o si recoger los trozos de la taza del suelo. Opté por lo último.
Con cuidado fui llevando una a una los trozos de loza a mi mano. Ni uno ni otro hablaba y el silencio me ponía mas nerviosa, me levanté y con las mismas, sin decir nada, me dirigí a la cocina. Tiré aquello a la basura y para mi sorpresa ellos empezaron a hablar, de una manera cordial, sin gritos, ni si quiera sacaron el tema a flote, me enfadó que no hablaran de ello, 'Cuando los demás despierten no hablarán de como les ha ido el día, irán directos hacia mí, me acorralarán y todo se acabará' pensé mientras oía sus voces de fondo, hablaban de todo menos de lo que había pasado. Aunque sí, he de admitir que en ese momento tampoco me apetecía a mi hablar de eso, me apetecía retroceder en el tiempo y que nadie hubiera cometido ningún error, aunque eso sea lo menos común. 'De los errores se aprende' dicen, ¿no?
-Por fin - al oír su voz, alcé la cabeza lo más rápido que pude y me giré lo mas lento posible -, ahora vamos a hablar tu y yo.


viernes, 30 de noviembre de 2012

Capitulo 42.

Durante todo el tiempo que estuvimos mirándonos, no pude evitar que mis lágrimas cayeran por mis pómulos, entendí con ello que me iba a dar la razón, que ya no quería nada, que ambos habíamos cometido errores, errores graves, y que si el hecho de ser una pareja no nos permitía borrarlo, tendríamos que separarnos. A parte de ello, también una parte egoísta de mi quiso que hablara de una vez, porque quería ir en busca de mis hermanos, aunque sabía que eso me iba a llevar tiempo, solo sostuve su mirada con la mía, derramando lágrimas, dando a entender cosas que realmente no pasarían.
-¿Es...es es lo que quieres? - preguntó - ¿Me quieres dejar?
Nuestras manos dejaron de estar juntas, la separó poco a poco, pero yo sentí como si la quitase en un instante, como si sintiera asco al estar cerca de mí. 
-¡Respóndeme!
Sentí recelo en su voz, quería salir de ahí, e irme a algún lugar donde de verdad podría sentirme sola porque era así como estaba, sola.
-Eva... Por favor, dime algo - bajó el tono de su voz, y se fue acercando a mi.
-No lo quiero yo, pero lo merezco, soy... soy una cualquiera.
Me costó decir lo último, ya que en ese momento afrontar tal verdad era casi imposible, pero lo hice.
-Y yo soy un imbécil, un idiota,  un...
-Tu eres lo mejor de mi vida, eres, eras, serás... Eso no va cambiar, yo te quiero, y no me arrepiento de nada de lo que he hecho contigo, pero... no va ser fácil perdonarme, no te merezco.
-Si nos ponemos a unir las piezas, yo tampoco te merezco Eva, sea como sea yo también te he mentido, fui yo quien te dejo sola cuando más me necesitabas, fui... soy yo quien desconfía de ti.
Levanté la cabeza, y mi vista empezó a perderse en esa frase, 'soy yo quién desconfía de ti' vi letras, tildes, puntos que se unían para formarla, la imagine como si me la estuvieran tatuando, imagine el dolor que sería que me la grabaran con hierro caliente en el cuerpo, sentí pánico al notar que solo salían esas palabras de mi boca, y más miedo cuando visualicé a mis hermanos diciendo todos y cada uno de los errores que había cometido, viendo segundo a segundo el accidente de mis padres, escuchando sus últimas palabras para mí, 'soy yo quién desconfía en ti'. 

Ahora, despierto de mi pasado, me miro al espejo y veo que el tiempo ha pasado, que ya han pasado diez años y estoy esperando a que una mano imaginaria, la de mi padre, me lleve al altar. El vestido que me eligió Reneé es precioso, nunca he dudado de su gusto en cuanto a ropa. Recordar todo aquello me ha hecho sonreír, sonreír por ver que lo que fueron 7 meses del principio de mi historia, a mi se me hicieron años, que conocerlos no ha sido para nada un error, pero ahora cada uno está donde debe estar. Creo que queda una hora para que la puerta se abra y salga con este precioso vestido blanco, me da tiempo a rememorar todo lo que siguió con la historia.

-¿Entonces que hay que hacer? Porque yo no lo se - dije mientras me levantaba del sofá.
-Olvidar, olvidar todo lo malo que ha pasado, que es poco, pero cargado al mismo tiempo.
-¿Olvidar? Incluso... incluso - puse mi mano en mi vientre, y aunque la ropa tapaba mi cicatriz, la sentía.
Al momento se levantó, y puso su mano sobre la mía, sobre mi vientre.
-No, no, no te equivoques, esto no fue algo malo, no algo malo que tengamos que olvidar, esto nos ha hecho madurar, madurar de una manera mas protectora. - se fue acercando mas a mi, sentí su aliento en mi nariz -Te quiero igual, te amo igual e incluso más desde que supe que tuviste algo mío, algo nuestro dentro de ti.
No puedo calcular cuantos besos tiernos nos habíamos dado pero el que me dio en ese momento fue instantáneo, suave, delicado, no sabía explicarlo.
-Amor - me dijo mientras los pocos centímetros se hacían entre los dos -, ¿tus hermanos siguen durmiendo?
La fuerza con la que me aparte de él, fue incluso asqueada, no era mi intención, sencillamente el recuerdo me movía la cabeza, quería encontrarlos, y el sentirme a gusto sin ellos, me hizo sentir despreciable.
-No están - dije tocándome el bolsillo para sentir el trozo de cartulina de Bill -, mi... mi tía se los ha llevado, no están.
-¿Y cuando vuelven?
-No vuelven hasta que no los encuentre, Harry, se los ha llevado y no se donde están, no me ha dicho donde están..
Sus cálidos brazos abrigaron mi cuerpo, sus dedos limpiaron mis lágrimas y odié otra vez la sensación cómoda que tenía con él, y no con ellos.
-Te voy a ayudar, pero antes hay que ir al apar...
-Sí, joder, es cierto, Eleanor me dijo que quería que vaya hoy, bueno ayer, ¿que hora es?
-Según tu reloj son las seis de la mañana, podemos ir, tengo las llaves.

En la única mochila que tenía metí una carpeta donde abrevié los papeles de la custodia, de la herencia de mis padres y la arrugada carta de mi tía. El trozo de cartulina me lo guardé para mi. Mandé un mensaje a Mike diciéndole donde iba a estar y me respondió a los dos minutos con un 'Llámame cuando estés en tu casa'.
-¿Y si piensan ellos también que soy una cualquiera? No puedo ir Harry, me van a echar en cara cosas que ya sé, y no puedo perder más tiempo.
- ¿Una cualquiera? No tienen razones, no saben tu versión, solo saben la mía y era porque estaba enfadado, a parte también tiene que participar Louis, y...
-Espera, ¿él tiene que ver con que tengas los nudillos así?
-Bueno, en parte pero..
-¡No me lo puedo creer!  - dije mientras andábamos por un parque - ¿Le has pegado?
Estaba todavía oscuro, por lo que no había gente por la calle.
-¡No! A él no... Eva, fue la rabia, pero ante todo él es mi amigo, y todavía no he hablado con él de lo que ha pasado así que la rabia se la llevo unos trozos de mármol y cemento.
-¿Y donde está Louis?
-No se como tomarme esa pregunta, pero vale, estará llegando también, con Niall.
-No seas así, por favor, no se cuantas veces te voy a tener que pedir perdón.
-Ninguna, ¿de que estábamos hablando?
Su sonrisa me pudo y dejamos de hablar de ese tema, reíamos como si nada de lo anterior hubiera pasado, nos acariciábamos como si fuéramos una pareja perfecta, sin ningún error, cuando todo era lo contrario. Pero ¿que es lo que hace a una pareja perfecta? ¿no es cometer errores juntos y apoyarse? Pues quizá sí, sí que fuimos una pareja perfecta. 

jueves, 29 de noviembre de 2012

Capitulo 41.

El corazón se me aceleró al oír sus gritos, gritaba mi nombre, detrás de cada golpe, detrás de cada patada a la puerta, oía mi nombre salir de su boca, lo que fue un alivio por momentos. Estaba a punto de bajar las escaleras para abrirle, pero Mike se aceleró a mi paso.
-¿Qué haces? Se va poner peor si te ve - le dije mientras le agarraba con fuerza por el codo.
-¿No lo notas? - estaba preocupado- Esta borracho Eva, a saber que quiere a estas horas.
-¿Qué hora es? 
-Son las doce, quédate ahí, voy yo.
Por el tono de sus palabras me dieron ganas de empujarle y contradecirle, abrir la puerta y lanzarme hacia Harry, pero volví a escuchar la manera en que Harry decía mi nombre, y si no era porque tenía la boca dormida, no tenía un acento sobrio. Fui bajando las escaleras una a una, mientras la mano de Mike abría la puerta, antes de que Harry cayera al suelo, Mike me miro con reseña, baje lo mas deprisa que pude, y puse su cabeza en mi regazo. Seguía gritando mi nombre, de algún modo me pareció tierno, aunque ese no era el momento de ver las cosas tiernas.
-¡Cierra la puerta! - dije a Mike mientras hacía entrar el cuerpo entero a Harry - Si se enteran de que está aquí y de estas formas, va tener problemas.
Mike lo levantó del suelo y lo subió a duras penas por las escaleras, yo iba detrás por si se resbalaba o si vomitaba. Recordé una vez en la que era yo quien llevaba a Mike a su casa, había bebido y fumado demasiado, y me llamó, me llamó a mi, y también gritaba mi nombre... 
Lo tumbó en el sofá con brusquedad y yo me senté en el suelo para estar a su altura, le acaricié la cara, y por un momento me gustó el hecho de que no me la apartara como hizo el día que le conté lo de Louis, pero las palabras que me dijo a continuación me hicieron mas daño.Las dijo en un susurro pero las entendí perfectamente, Mike no estaba, y creo que si las hubiera oído habría saltado a la defensiva, pero no estaba.
-No te valía conmigo, que tuviste que ir a por Louis y ahora a por él, ¿verdad? Eres un cualquiera, puta.
Me merecía las palabras, me merecía todas y cada una de las cosas que me dijo, pero me dolieron, y sí, me dieron ganas de echarle de mi casa, de pegarle una bofetada, pero no hubiera sido justo, sabía que lo decía por ira, sabía que lo decía porque no estaba en sus casillas, pero también sabía que eso era lo que pensaba de mi en aquel momento. 
-Toma - su presencia me asustó. -, dale esto, le ayudará, por la mañana estará mejor.
Me dio una taza con un contenido que olía bastante mal, pero no dude en dárselo, levanté su cabeza con cuidado, y puse sus labios sobre la taza, la alcé y trago sin oponer resistencia.
Dejé la taza en la mesilla del salón y me quedé en el suelo junto a él, cuando fui a cogerle la mano, vi que tenía los nudillos ensangrentados, los acaricié, mientras la culpabilidad corría por mi mente, mientras me hacía culpable de algo mas a parte de la muerte de mis padres, a parte de la pérdida de mis hermanos, en ese momento también tuve que cargar con su ira hacia mi, con su rencor y supuesto odio.

Mike insistió en quedarse, pero le convencí con que no sería una buena idea que si se despertase me viera con él, me dijo que si pasaba algo que lo llamase, no tuve esa necesidad. Durante toda la noche, estuve dando vueltas por toda la casa, no dormí, alguna vez se me cerraban los ojos, pero el hecho de tenerlo en el sofá me hacía despertar. De rato en rato me acercaba a ver si respiraba si se despertaba o si decía algo, pero solo dormía, y otra vez, el silencio se apoderó de mi casa, recorrí la habitación de mis hermanos, intentando arreglar lo imposible, lo único intacto era la cuna de mi hermana, y fue ahí donde la vi, era una cartulina de color rojo, el color favorito de mi hermano, su dificultosa letra era lo bastante visible para llamar mi atención, la cogí con rapidez, mientras, en mí, abrigaba alguna esperanza de saber donde encontrarlos.
"La tía dice que te has ido, no le creo, dice que vamos a casa de una amiga suya, ¿que me has comprado por mi cumpleaños? Te quiero Eva."
Sus escasas palabras hicieron que abriera los ojos, mi hermano me había dicho mas en un párrafo, que todas esas cajas llenas de papeles que no me decían nada sobre ellos. Según lo que mi tía había revelado, solo tenía contacto con una sola señora, y era la chica con la que trabajaba unos meses atrás de aquel tiempo. Recordé el día que fui por primera vez a la casa de los chicos, y que ella se llevo a Emma a casa de la señora donde trabajaba, según ella, solo se relacionaba con sus supuestas jefas. Era un principio, la idea de por fin poderlos encontrar me hizo sonreír, me hizo sonreír mas de cuando me enteré de que tenía su custodia. Repase una a una las letras escritas por mi hermano en aquella cartulina, la besé, la doblé y la guardé en el bolsillo del pantalón. 
Eran las tres de la mañana cuando vi las veinte llamadas perdidas de Eleanor y Liam, el móvil estaba fuera de mi alcance por lo que no le había prestado ninguna atención, cuando les iba a mandar un mensaje, Harry volvió a decir mi nombre, pero en un tono mas dulce, y ya no me susurró aquello nunca más.
Me acerqué a paso lento, no quería que se sobresaltase otra vez, volví a acariciarle los nudillos rojos y ensangrentados, abrió la mano y entrelacé mis dedos con los suyos, la solté con suavidad y cogí su cabeza con cuidado para poder sentarme en el sofá y colocarla en mi regazo. Al instante volví a cogerle la mano, todavía tenía los ojos cerrados, pero veía que intentaba despertar cada vez mas, y su mano apretaba la mía como si solo estábamos los dos, aunque era cierto, solo estábamos él y yo. 
-Perdóname - dije en un susurro, intentando, también, perdonarme a mi misma.
-¿Qué es una pareja sin discusiones? 
Su voz me dejaba perpleja, estaba medio adormilado, y no supe ni que responder, '¿Significa esto que me ha perdonado?' pensaba mientras él se iba incorporando, mientras se intentaba levantar con dificultad y se sentó a mi lado, sin soltar mi mano entrelazada con la suya. 
-¿Eh? Yo también te mentí, así que podemos estar igualados.
-¿Me...me has mentido? 
-Amelia... 
-Ah, pero eso ya me lo imaginaba, no es una mentira, tu y yo no estábamos juntos, y ella... bueno ella...
-Ella me contó lo de Louis... Y yo te lo dije, y me lo negaste.
-No te lo negué - dije en un susurro -, entre él y yo no hubo mas que palabras, nada más.
-Pero tu no... tu participaste en ellas, eso es a lo que me refiero, ambos cometimos errores, y aunque no podemos hacer esto nunca...
-¿El qué? - dije intentando que me mirase a la cara - Sí, no podemos hacer un intercambio de mentiras, eso no es una relación - mis ojos clamaban llorar -, también puedes seguir tu camino y yo el mío.
Su mirada se cruzó con la mía, después de días. 

sábado, 24 de noviembre de 2012

Capitulo 40.

Durante el corto camino que había de la casa de la señora Kinddle a la mía, mi móvil sonó, sin despegar uno de mis brazos del sobre, lo saqué. 
-¿Si?
-¡Eva! ¿Donde estás? No se ni porque te llamo, no debería, después de lo que has.. Bueno da igual, ¿donde estas?
-¿Qué?¿Eleanor? 
-¿Quién crees que soy? ¿Harry? ¡¿Louis?! - dijo, mientras yo creía que estaba llorando.
-Lo siento, ¿has hablado con Harry? ¿esta bien? ¿donde esta él? 
-¿No crees que es tarde para preguntar por él?  - contuve las lágrimas, no era momento de llorar - Joder, lo siento, ¿vale? Pero yo también estoy dolida, escúchame, tienes que ir al apartamento de los chicos, el que estaba por el London Eye, ¿recuerdas?
-Sí, pero no puedo, me ha pasado algo, he.. acabo, acabo de perder a mis hermanos.
-¡¿QUÉ?! Oh, vamos ¿es una broma no? - en ese momento afirmé la razón de que estaba llorando - Si no tenían mas de seis años, si es una broma no...
-No, no, no, no están muertos, Eleanor - esa idea me dio un escalofrío -, mi tía se los ha llevado, no se donde están.
-No sé que es peor, la verdad, igualmente tienes que ir, ¿tenemos que aclarar las cosas no crees? - seguía llorando pero de manera más silenciosa -, y tengo que darte una cosa.
-¿Donde estás tu?
-Pues, de camino al apartamento, estoy con Liam y Zayn, ve lo antes posible, estaremos ahí, ¿vale?
Colgó antes de poder pedirle perdón de nuevo por lo de Louis, estaba fría, estaba enfadada, y rabiosa, como no, yo estaba igual por Amelia, estaba rabiosa, y con ganas de romperle la cara, '¿tiene ella ganas de pegarme?' pensé. Cerré los ojos con fuerza intentando aclararme, cuando los abrí Mike estaba delante, no pude mas y me lance a sus brazos, entre su cuerpo y el mío sosteníamos el sobre, su boca fabricaba ruidos que hacían que me tranquilizase, siseaba, me acariciaba el pelo. Me acordé de una vez que había discutido con mis padres, y salí de mi casa, llorando, fui a buscarlo, cuando lo vi, hizo lo mismo que en ese momento, me abrazó, siseó y me acarició el pelo, hubo un plus, porque eramos novios, y me besó, algo que no podía suceder en ese momento. 

No pude esperar más cuando llegué a casa, vi el reloj, eran ya las nueve y media, habíamos estado sentados en le entrada durante casi una hora, le había contado lo que pasó con Harry y con Louis, le conté todo, no comentó nada hasta el final, y solo dijo, mejor dicho, me repitió, 'Tu no perteneces a ese mundo, te lo dije', me planteé, mientras miraba la hora, que si de verdad tenía razón, Harry había sido lo mas maravilloso del mundo que me había pasado, él me he tratado como nadie, él supo comprenderme, pero yo le fallé, tanto a él como a todo el mundo, fallé en mis actos, fallé a mis hermanos...
Una carta, solo eso, nada más, y en ella no había direcciones de donde estaba, no había nada mas que razones por las que me había quitado a mis hermanos, razones en las que tenía razón, no habían mas de doscientas palabras, no se había molestado en decirme algo referente a ellos, solo un "estarán mejor sin ti", esa parte fue la que me hizo estallar.
"Te vas sin ningún motivo, no me das una mísera explicación, solo el hecho de que tus hermanos están con ese chico, ¿te piensas que ellos te iban a esperar? No eres más que una niña engreída, que piensa en si misma, ellos no merecen esperar que te recuperes, te paso una vez, te fuiste, y volviste al recapacitar en ello, en perderlos, pero ahora ni te planteaste volver a perderlos, porque solo pensaba en ti, esto se acabó, ellos estarán mejor sin ti, sin esperar nada de ti, porque eso es lo que les das, NADA. No tienes que saber donde estoy ni donde están ellos, a fin de cuentas están a mi custodia. Espero que madures, sin ellos. Adiós, Eva.
Laura Dayle."

Tiré el trozo de papel al suelo, con rabia, no lloraba pero sentía mi cuerpo caliente, tenía ganas de gritar, de pegar, de romper algo, así que fui a la habitación de mis hermanos, abrí los armarios vacíos, y empecé a golpear mis brazos y mis manos contra la madera rígida, rompí una puerta y después la otra, las estantería se quedaron en pedazos de madera, mis piernas también se accionaron y empecé a dar patadas a todos los lugares posibles. Quité de encima lo único que cubría la cama de mi hermano, una sábana blanca, la arranqué, el colchón cayó al suelo, la cuna de mi hermana se tambaleó un momento y me tiré al suelo, crucé las piernas y apoyé los codos en las rodillas y mi cabeza en mis manos. El siseo de Mike volvió a empezar y sentí que se ponía a la misma altura que yo, sus brazos me rodearon, mi cara se apoyó en su pecho y mi manos se pegaron a su cuello, como si solo él me sostuviera.
Me cogió en brazos y me llevó a la cama, me tumbó y me tapo, un beso en la frente e hizo ademán de irse, pero le cogí la muñeca y lo atraje hacía mi.
-Por favor.
Él asintió, su cuerpo estaba al lado mio, los dos de perfil, sin mirarnos, su brazo rodeaba mi cintura, y el edredón nos tapaba hasta la misma altura, yo cogí su mano y la acaricié, hasta quedarme dormida.

Los golpes en la puerta me hicieron abrir los ojos y levantarme rápidamente de la cama, me giré para verlo, estaba sentado en la cama, igual de exhausto que yo, le hice el sigo de que se quedará ahí, daba la impresión de que la puerta se iba a romper con el sonido de los golpes. Pero su voz me hizo entender todo. Harry, Harry estaba llamando a mi puerta.

Hola lectores.

En primer lugar, daros las gracias por leer mi novela, me encanta recibir vuestros comentarios, los amo :)
Pero os aviso de que quedan solo unos 10 o 15 capítulos para que acabe esto, losé, yo también estoy triste! Aunque voy a escribir otra, en cuanto acabe esta, será también sobre los chicos, pero de distinta forma, espero que los últimos capítulos que vengan a partir de ahora os gusten mas! Solo comentaros esto, y bueno, gracias por todo, en serio. ^^

Capitulo 39.

-¿Que pasa?¿Porque lloras? - me preguntó Mike al verme con las manos en la boca, aguantándome las ganas de gritar de alegría.
-Es... es esto - le dije mientras le mostraba el papel con todas las afirmaciones que me hicieron tan feliz.
-Pero... esto te lo tenían que haber dicho el mismo día que murieron, el día que Laura fue a pedir la custodia,  ¿no fuiste con ella? 
-No pude, entiéndeme, no...
-Sí, si yo te entiendo, pero ahora no sabemos ni donde está, no sabemos nada Eva, tenemos que buscarla, ahora mas que nunca.

Después de arreglar mi casa, me duché y me cambié lo más deprisa que pude, me quité el collar de Harry y me puse el de mi madre, 'Tendré que llamarlo luego, quiero que me perdone, no puedo vivir así' me dije mientras lo ponía en su respectiva cajita.
Cuando me decidí a salir, vi a Mike apoyado en la pared justo al lado de las escaleras, llevaba mi gorro en la mano y mi bufanda en el hombro, su sonrisa era una de las cosas, que es su momento, me encantaban, en ese momento, en cambio, solo significaba una cosa. Más dudas. Desvié mi mirada de la suya y me acerqué mirando al suelo, cogí el móvil y las llaves que estaban en la mesa del comedor, me los metí en el bolsillo del abrigo y le arranqué el gorro de las manos, me lo puse y bajé para salir de casa e ir a preguntarle a la señora Kinddle si sabía algo, ese era mi propósito en ese momento. Cuando puse la mano en el pomo de la puerta, dispuesta a abrirla, sus manos tocaron mi cuello, haciendo que me estremeciera, el tacto de la bufanda por mi cuello no era nada en comparación con sus manos, parecían suaves, a los dos segundos me giré y, como hice con el gorro, se lo arranqué de las manos, y me la puse yo sola. 'Nada de sentimientos' me decía mientras salía de mi casa.

Tocamos seguidamente la puerta, tanto como el timbre, me estaba desesperando cuando di un golpe bastante fuerte, y la oí chillar al otro lado de la puerta, suponía que sería un insulto o algo parecido.
-¡¿Qué pasa?! ¡Son las ocho y media de la mañana, y es domingo! ¡¿Qué queréis?!
Su cabellera blanca caía despeinada por su espalda, tenía la manta verde, que me prestó una vez, por los hombros. Su adormilada cara estaba enfadada, me dio miedo por un instante preguntarle sobre mis hermanos, pero la situación impidió las ganas que tenia de dar media vuelta.
-Buenos días, señora Kinddle, lamento molestarla, pero...
-Abuela, ¿quien es?
Su voz... En cuanto la oí, recordé todo lo que había dicho a Harry, todo aquello que le hizo dudar, y que, en ese momento, rondaba por su cabeza, Harry ya no era mío, y mis ganas de acercarme a ella disminuyeron, no quería alterar a la señora Kinddle, ni tan si quiera  Mike.
-Amelia, hija, ve a descansar, esta tarde tenemos que hacer muchas cosas.
Cuando por fin le daba la luz de la mañana en la cara, vi sus ojos rojos e hinchados, "¿ha llorado?" me pregunté, me miró y sonrió, la rabia volvió a correr por mis venas cuando vi esa sonrisa, esa sonrisa que ya conocía.
-¿Eva? ¿Qué?¿Harry se ha cansado de ti y te tienes que ir con ese? - empezó a reír, intenté ignorarla y volver a entablar la conversación con su abuela.
-Por favor, ¿sabría decirme si mi tía le ha dicho o ha dado algo para mi?
-Oh, claro, hace un par de días, creo, me dio un par de cosas, pero no me dijo que fuesen para ti, solo me dijo que las guardara.
Miré a Mike un segundo y él empezó a hablar.
-¿Y sabe que son?
-¿Crees que lo he abierto? - su mirada indignada hizo que diera un paso hacia atrás - Ahora vengo.
Cogí el brazo de Mike con fuerza, imaginaba una carta en la que pondría donde estaba y alguna excusa de porque se había ido, imaginaba alguna que otra bolsa con cosas de mis hermanos, en donde, pensé, permanecería todavía su olor.
-¿Donde están? ¿Donde los has dejado?
-¿Perdón?
-Sí, ¿donde esta Harry?
-¿Y eso a ti te importa? Venga, por favor, ¿que quieres de ellos? ¿Fama?  - Mike respondió sin esperar que lo hiciera yo.
-¿Fama? Quien sabe... Igual solo buscaba placer, ¿no Eva? Tu ya sabes de lo que hablo.
Levante el brazo para darle una bofetada, pero Mike me paro y los gemidos de su abuela hicieron que ella entrara en la casa y desapareciera.
-Toma, solo es un sobre, pero pesa, a saber que habrá, ¿ahora me dejas dormir?
-Sí, lo siento mucho, muchísimas gracias por todo, de verdad.
Cerró la puerta sin decirnos adiós, yo cogía aquel sobre como si vida fuese en ello, él iba detrás de mi, sin tocarme, quizá hubiera necesitado algún abrazo suyo, quizá hubiera necesitado una caricia suya, pero no paso nada. No paso nada en ese momento.



viernes, 16 de noviembre de 2012

Capitulo 38.

Una azafata tras otra, fueron a mi lugar para llamarme la atención, con su típica educación, por no llevar el cinturón puesto cuando debía, por mi postura, por dejar el móvil en el suelo, y cuando el avión aterrizó tuvieron que zarandearme unas cuantas veces para que saliera del avión. Cogí mis cosas y me disculpé. Cuando llegué a facturación, cogí mi maleta a los quince minutos, cuando me dispuse a ir a casa, una chica, la misma chica que me había despertado de mi shock me llamó, por mi nombre, no sabía como podía conocerme. Me sonrió y me dio las bolsas de Niall, las bolsas que contenían los regalos de mi hermano. A quien no iba a ver en mi casa. Le devolví la sonrisa y me fui. Fue en ese momento en que me di cuenta de que los había perdido de verdad, que ya no los tenía, y que las cosas que llevaba en una de mis manos no se las podía dar ese día. Mi visión empezó a nublarse por las lágrimas, pero disipé una imagen conocida, eran las seis de la mañana, y no había dormido nada, pensé que sería una imaginación. Hasta que me quité las lágrimas de los ojos con una manga de la chaqueta y vi que se acercaba a mi, me quede quieta, necesitaba que viniese a salvarme, necesitaba, que aunque siendo él, que me abrazase. 
-Lo siento, de verdad, no pude hacer nada - dijo mientras yo soltaba todo de mis manos y rodeaba mis brazos en su cuello y él en mi cintura -, estuve hablando con ella, pero no me hizo caso, por favor no llores, por favor...
-No es culpa tuya, Mike, es mía, he sido una egoísta, no he parado de pensar en mí, y he dejado a un lado lo más importante de mi vida, los he dejado solos, ahora no tienen a nadie.
-Tienes derecho a pensar en ti misma Eva, no has hecho ningún mal a nadie - me sujetó por los hombros separándome de él -, tienes dieciocho años, por favor, ¿que hacen las chicas de tu edad? Es tu tía quien no lo entiende.
-No, no es así, ella trabaja y es mí obligación, o lo era, cuidar de ellos, porque no tienen nada más que a mi, yo no soy una chica normal, yo no tengo padres que me ayuden en estos casos, tú eres quien no lo entiende.
-Eva... por favor, dejemos esto para cuando estemos tranquilos, vamos, Pablo me ha dejado el coche.
-¿Pablo? Me dijiste que ya no ibas con ellos...
-Y no lo hago, pero fue a buscarme a la librería el otro día - dijo mientras cogía mi maleta y las bolsas -, me dijo que sentía mucho haberse comportado así conmigo, fue la primera conversación en reglas que tuvimos, ayer le conté lo de tu tía - me abrió la puerta para salir del aeropuerto -, y hace unas pocas horas le llamé pidiéndole el coche, y bueno aquí está.
Me sorprendió lo amable que se había convertido, después de meter las bolsas en la parte de atrás, se metió en el coche, apoyó sus manos en el volante y fijó su mirada en mi.
-¿Porque haces todo esto?
-¿El que? ¿Venir a buscarte?
-No Mike - dije sonriendo ., me refiero a todo, ¿que quieres? Tú no eres así..
-Te dije que he cambiado, que he cambiado por ti.
-¿Por mí? - reí - Permíteme que lo duda, has cambiado en cosas que nunca lo hubieras hecho por mi, por ejemplo, uhm, tus amigos, siempre ibas con ellos. 
Solo faltaban cinco minutos para llegar a mi casa.
-¿Mis amigos? Cuando estaba contigo, ellos no eran el centro de mi vida.
-No.. Por supuesto que no, tenías que satisfacer a dos chicas, a Penny y a mi.
-No, te equivocas, ¿no te lo contó ella?
-¿Contarme? ¿El que?
Sacó mi maleta y las bolsas y me abrió la puerta del coche, salí y le seguí por detrás.
-En realidad, tú solo sabes el tema base, el tema que tanto a ti como a mi, nos jodió, Penny era mi ex, antes de conocerte, ¿recuerdas cuando nos vimos por  primera vez? ¿que estabas con Renné? Estoy seguro de que ella me reconoció, pero no se porque no te dijeron nada.
-¿Qué? - dije quedándome otra vez quieta - ¿Tu ex? Entonces la mala soy yo, no tuve que salir contigo, eras, bueno eres, el ex de una de mis anteriores amigas, ¿porque no me lo dijiste tu?
-Me gustabas, y bueno, en ese momento no me importaba ella, sino tu.
-Entonces porque te fuiste con ella.
-Fue ella quien vino a mi, yo estaba con Pablo y Marco, y como supones, estaba totalmente drogado, se me insinuó, fue ella no yo. Ahora créeme si quieres.
Le cogí de la muñeca y me agaché a la altura de la maleta para sacar las llaves, no sabía como responder a eso, no sabía que decir, así que me limité a no hablar. Abrí la puerta y no los oí, volví a sentirla vacía, la sentía aún más vacía. No habían risas, ni llantos, ni caídas, ni las diminutas sílabas de mi hermana, nada.
Sentí los brazos de Mike rodear mi cintura por detrás, me gustaba que me ayudase en esos casos pero no podía permitirme sentir nada mas que agradecimiento hacia él. Y como él no sabía lo que había pasado con Harry, hubiera sido aún mas descarado dejar esa escena como estaba, me acordé de Harry en ese momento... Así que volví a la realidad.
-¿Qué crees que haces?
-Ya me aparto, ya me aparto...
-Vamos, tenemos que arreglar todo, ¿sabes donde están?
-Creo que están en la casa donde estaba de interna, ¿recuerdas?
-No, pero igual la señora Kinddle sabe algo, ¿me acompañas?
-Eva, vamos a dejar las cosas, comes algo y si eso descansa, la señora Kinddle no se va mover, a parte dudo que este despierta.
-Es cierto, pero dormir no, tengo que mirar unos papeles.
-Esta bien.
Después de comernos la mayoría de las cosas que había en los armarios de la cocina y en la nevera, empece a mirar los papeles de mis padres, esos que no había tocado en varios años, me toque el cuello, buscando el collar de mi madre que no encontré, acaricié el pequeño colgante que me recordaba a la primera noche que pase con Harry. Saqué la caja de golpe y la puse en la mesa del comedor, uno a uno miré los papeles, vi que esa casa era completamente mía, que la casa de Irlanda era de mi hermano, por supuesto hasta que no hubiese cumplido los dieciocho no podría pedir su propiedad, pero yo sí, mi hermana no estaba escrita en el papel que supuse sería la herencia que nunca me dejó escuchar mi tía, y que nunca quise ver, no era lo que buscaba pero después de horas, encontré lo que estaba buscando antes de que mi vida cambiase. Esos papeles que me convertían en la segunda persona que tenía la custodia de mis hermanos, me tapé la boca con la mano y sentí mis lágrimas saladas en los labios, mis padres lo habían arreglado todo, ¿pero cuando? ¿mis padres creían que era la indicada para cuidarlos? ¿me veían capaz? ¿no me ven como esa chica caprichosa que mató a sus padres? ¿estaban orgullosos de mi? 
Quería disfrutar de mi escasa felicidad sola, ya que Mike estaba todavía limpiando la casa, me sentí mal por él, quizá esperase más de lo que yo, en ese momento, creía no poder darle.
-Solo me queda encontrarla - me dije.
Pero no sabía que eso me iba a costar mucho.

Capitulo 37.

Pasaron tres días, en los que me acercaba a la habitación y le decía que me abriese, pero lo único que recibía era un golpe en la puerta y un '¡lárgate!', lo que me hacía llorar. Me quedaba sentada al lado de la puerta, esperando a que saliese, pero cuando lo hacía ni me miraba y desaparecía por la puerta principal hasta pasada la madrugada... Y aún así me quedaba a esperarlo, entrando en la habitación e intentando sentirlo de algún modo, con su olor, con las sábanas arrugadas... Pero en cuanto llegaba, me echaba con rabia, sin mirarme...
Así que el tercer día por la noche, la tercera noche que pasaba por su habitación, le deje una carta, donde le decía todo lo que sentía por él, algo que nunca me había dignado a hacer... Cogí mi maleta, y me despedía de la madre de Maura, Niall se ofreció a llevarme, así que después de que Maura me repitiera una y otra vez que podía volver cuando quisiera, me fui. Harry todavía no estaba, por lo que fue mejor para mi. Me monté en el coche, dejando la maleta en la parte de atrás.
-¿No le vas a decir nada?
-Supongo que lo intuye, además, ¿que hago aquí si no me quiere ni ver?
-Yo sí, todavía no se lo que pasa, pero... creo que tiene solución.
-Creo que no me perdonará nunca, le he hecho sentir como un idiota.
- No entiendo tus principios, conozco a Harry, y si de verdad crees que no te "perdonará" ha sido algo muy fuerte.
-Lo es, bueno... ya nos queda poco, ¿a esta hora no habrá ninguna tienda abierta no?
-¿Para?
-El regalo de mi hermano, su cumpleaños es dentro de tres días.
-Oh, era eso, tranquila - dijo mientras aparcaba y se estiraba hacia la parte de atrás del coche -, Louis y Liam pensaron en eso, se les dan mejor los niños.
En total habían 4 bolsas, una de Hamleys, otras dos de Paul Smith, y otra de una tienda que no logro recordar. Pero era una zapatería.
-¿Estas de broma no?
-Ni en un momento, Louis junto con Liam compraron y eligieron esto, habría participado yo, pero me avisaron tarde, bueno tarde, justo cuando ya habían comprado estas cosas.
-¿Eres tonto? ¿A ti también te hace falta aprender que no soy de aceptar este tipo de cosas? Sobre todo siendo tan caras... Devuélvelo.
-Tu eres el tonto, que no llegas ni a tonta. - salió del coche, y cerró por fuera, sacó mi maleta y se marchó.
De la desesperación empecé a chillar, gritaba su nombre pero no sirvió de nada, mientras mis gritos eran profundos dentro del coche, fuera no eran mas que murmuros. Mi respiración empezó a acelerarse, con fuerza intentaba abrir la puerta, pero no podía, no soy claustrofóbica, pero en ese momento sentí que las dimensiones del coche se hacían mas pequeñas según pasaba el tiempo. Mis pulsaciones se aceleraron, también, sentí que se me iba a el mundo. Pero su voz me despertó, me despertó de aquella alucinación que estaba teniendo, me abrió la puerta y salí corriendo del diminuto coche. Ya no llevaba ni las bolsas ni mi maleta, se acercó a abrazarme y le empujé.
-Era solo una broma, Eva.
-Pues no ha tenido ninguna gracia, casi me muero ahí dentro.
-Venga no exageres.- le miré atónita y se puso serio -Bueno, lo siento tontita.
-¿Donde están mis cosas? - dije sonriendo y cogiéndole del brazo.
-Pues ahora deberían de estar ya en el avión, así que, nos despedimos aquí, te voy a echar de menos.
-Rubio, nos veremos pronto, ya verás, por el momento, si Harry te pregunta algo sobre mí, que lo dudo, dile que tu tampoco sabías que me iba, y lo misma a tu madre, ¿vale?
-A tus órdenes.
Le di un abrazo y dos besos, él a mi uno en la frente. Para llegar a la puerta, tuve que esquivar unos cuantos coches. Mi pasaporte y el billete estaban en el bolsillo de mi chaqueta, me aseguré de ello.
En cuanto estaba en el avión, me quité la chaqueta y observé cuanta gente había en el avión, había mucha más de la que había en el tren, y no estaba aquella señora que me consoló en su momento. En ese momento empecé a anhelar a mi madre, había tenido otra torpeza en el amor, y la necesitaba. Antes de que el avión se pusiera en marcha, saqué mi móvil y le mandé un mensaje a Mike, diciéndole que por la mañana estaría en casa. A los dos minutos me llamó.
-Estoy en el avión, te colgaré enseguida.
-Tu tía se ha llevado a tus hermanos, lo siento Eva no pude hacer nada.
Deje caer el móvil al suelo, me dio igual que estuviese en línea o no, un nudo se me formó en la garganta y no podía respirar, no era como cuando me quedé en el coche, encerrada, aunque lo estaba, pero dentro de mí. Me habían quitado lo único que realmente amaba, mi única familia, me la habían arrebatado. Cuando la luz roja en señal de ponerse el cinturón se encendió, me quedé observándola sin hacer caso a lo que me pedía. Me vino un escalofrío y unas ganas alucinantes de tirarme de aquel avión, apreté mis uñas contra la palma de mi mano, intentando reprimir ese deseo, ya que tenía que luchar por ellos, no me podían perder a mi también, no podían perder a nadie mas.
'Soy una egoísta' me repetía mil veces, en la misma postura que estaba cuando Mike me llamó. Sin apoyar la espalda al respaldo sentada casi al filo del asiento, y sin el cinturón puesto. mi mirada seguía en el lugar del principio, en aquel pequeño cuadrado que se encendía de una luz roja cuando teníamos que ponernos el cinturón. Mi móvil seguía en el suelo, ya sin línea, suponía. Mi chaqueta estaba en el asiento al lado del mío, no note como despegó el avión, no note nada, solo soledad, soledad y nostalgia.

domingo, 11 de noviembre de 2012

Capitulo 36.

Mis sentimientos no iban mas allá que una mera relación, según lo que me había dicho en ese momento, parecía que él tenía unos planes distintos para "nosotros", no encontraba palabras que decir, solo le sonreí, pero parecía que esa no era una buena respuesta. Agachó la cabeza y empezó a juguetear con sus manos. '¿Futura casa?' pensé, durante todo el rato que estuvimos sentados en el suelo, esa palabra hacía eco en mi cabeza, no me permitía pensar en otra cosa que no fuese eso. Intenté arreglar mi respuesta, de algún modo, pero no conseguí decir nada, mi mente estaba perdida. '¿Futura casa?' Igual fue mi culpa el echo de que nuestros sentimientos, o quizá mas los suyos, se adelantaran a dichos casos. Quizá la existencia de aquel bebé perdido fue una señal... Mi móvil volvió a sonar, lo que agradecí, le acaricié la barbilla y me levanté a buscarlo. Era Louis, otra vez, antes de cogerlo, me paré a pensar si era lo mejor, hablar con él, después de todo.
-¡Hola! - dije con entusiasmo.
-¡Ladronzuela! ¡Como te he echado de menos! ¿Que tal estás? ¿Alguna novedad? -su voz me reconfortó el haberle echo pasar un mal rato a Harry, no entendía porque.
-Muy bien, ¿como voy a tener novedades, si tu ya te lo sabes todo? ¿donde está Eleanor?
-Sí, ya sabes que yo lo sé todo, ¿os ha dado a todos por preguntar por ella? ¿nadie me va preguntar que tal estoy yo?-empecé a reír, y sentí que Harry me abrazaba por detrás, sintiéndome aún mas completa.
-Bueno, ¿y que tal estás tu? ¿como son los alemanes? ¿majos?
-Ahora ya no sirve, ladronzuela, bueno yo te llamaba para algo, pero se me acaba de olvidar.. haber...
-Lou, eres el mayor, pero tampoco lo eres tanto.
-Ah, ya me acordé, Eleanor y yo vamos a ir a Irlanda, aquí todo es muy aburrido, anoche hablé con Maura, así que está todo solucionado, hasta dentro de poco, ladronzuela.
Me colgó sin dejar que me despidiera, así que me giré y dejé el móvil en la cama, Harry me miraba preguntándome que qué me había dicho.
-Van a venir.
-¿Los dos? ¿O todos?
-Me ha dicho que los dos, pero igual hasta nos traen mas sorpresas.
Le dí un beso, pero noté que su expresión seguía siendo las misma que cuando me había dicho aquello, suspiré y empecé a plantear todo lo que iba a decir.
-Ven - dije cogiéndole de la mano y sentándolo en la cama, al lado mío -. yo.. yo no planeo el futuro, cielo, y si lo planease por supuesto que querría estar contigo, pero no lo sabemos, ni tu ni yo, ¿entiendes?
-Igual es más difícil para ti, ver lo que yo veo detrás de los días que paso contigo, y los días en que no te tengo - me cogió de la mano con fuerza - Durante el tiempo de no tenerte, te iba escribiendo una carta diariamente, pero las tiraba, las quemaba, las destruía, porque pensaba que no merecía la pena decirte lo importante que eres para mí, pero solo eran pensamientos, ahora me doy cuenta de que tenia que haberlas enviado.
-Me enviaste una, y con eso valió, sé que me quieres, y no pienses ni por un momento que yo no siento lo mismo.
-No lo pienso, pero... hay veces en las que me siento un estúpido por decirte como me siento al estar contigo, el decirte el futuro que quiero incluso, y tu respondes reacia, como si no tuviera importancia, y...
-Para..., sé que algunas veces no digo nada, pero por que tampoco sé que decir, ¿sabes? nunca he tenido una relación así, ya conoces a Mike, no es... no es como tú, tú eres genial, eres... eres la persona que más amo en esta vida, ¿no lo entiendes? sabes los miles de defectos que tengo, y uno de ellos es no saber actuar cuando debo, no saber responderte a las miles de cosas que...-empecé a llorar -, que me dices, porque nunca, en la vida, me lo han dicho.
Sus brazos cálidos se apoderaron de mi cuerpo, me aferré a él, no quería que me soltase, no quería que me viera llorar por lo que sentía, era una de mis debilidades. Y también, no quería que me viese llorar por lo que le iba a contar...
-Lo siento amor, no debí decirte nada, no quiero que te pongas así, soy un estúpido, joder.
-No - me separé de él dudosamente, y me limpié las lágrimas -, en algún momento teníamos que hablar de todo esto, y a parte - volví a llorar -, no te he sido sincera del todo, así que no es culpa tuya el que esté llorando.
-¿Qué? ¿Que pasa? -su mirada ya no era tierna, su ceño estaba fruncido y apartó sus manos de mí.


Después de contarle todas y cada una de las cosas que me dijo Louis, y de todo lo que le había dicho yo, se quedó quieto, miraba a la nada, me acerqué a él, diciéndole que no quería hacerle daño, que mil veces preferiría estar con él, pero solo sirvió para que su brazo me apartará con fuerza de él y se marchara por la puerta, sin decirme nada. No lloré, yo también deje mi mirada a la nada, acurrucada en la cama, deseando que volviera, deseando que me perdonara, deseando mil cosas antes de estar ahí fría, sin nadie que me abrace, sin nadie que me dé besos, y pensando que quizá nunca los tenga.
Al cabo de dos horas, oí pasos en la puerta, me levanté de la cama lo más rápido posible, provocando un mareo, pero me dio igual, abrí la puerta esperando encontrarlo, pero no, no era él.
-No se que ha pasado, pero Harry se ha ido, no hace falta que me lo cuentes, pero creo que necesitas estar con alguien - la sonrisa de Niall me pudo convencer y me lancé a sus brazos.
-No creo que él quiera que te lo cuente... no me dejes sola esta noche, por favor, por favor.
-Ay, Eva, ¿aún te queda por aprender todo lo que te quiero? Coge tus cosas, te trasladas a mi habitación-me cogió por los hombros y me dio un beso en la frente, y se fue.
Con vaguedad  cogí el asa de la maleta, ya que no había sacado nada, la llevé al final del pasillo donde según mi intuición estaba su habitación. Iba a ser una noche muy larga.

Capitulo 35.

No me molestaba el hecho de hubiese estado con otra, me molestaba que hubiese sido con ella, porque ella no lo hacía con el fin de pasar un buen rato, lo hizo por maldad, porque sabía que a mi me iba a afectar, que me iba a doler... Sí, por supuesto que me dieron ganas de llorar, pero mi orgullo las reprimió, tuve que mostrar indiferencia, aunque las tazas rotas y el café caliente ardiéndome en los pies, ya me había delatado, me agaché acoger con cuidado los trozos de cristal y loza, mis pies descalzos estaban mojados, tanto de zumo como de café, me los sequé con el final de mis pantalones, y después de observar la rosa unos segundos, la aparté a medio metro de mí. Cuando estuve en pie, le sonreí.
-Pues no tuviste que pensártelo mucho.
-No es lo que tu piensas, de verdad no fue...
-No me importa - le interrumpí, mientras esquivaba su cuerpo y bajaba las escaleras.
Me causaba rabia ver la camiseta encima de todas las cosas, en la bandeja, me causaban ganas de buscarla y entregársela en mano, decirle que él era mío y que ella no era nada para él. Pero hubiera sido un tanto celosa y orgullosa, me dirigía a la cocina, sintiendo mis pies pegajosos, no sabía donde estaba, así que después de acabar en una habitación pequeña, llena de abrigos, y un baño, encontré la cocina. Era espaciosa, sueño de toda madre, quizá incluso mi madre la habría deseado algún día... Dejé la bandeja en la encimera, y apoyé mis manos en ella, empecé a pensar en sí había ido muy lejos en sacar conclusiones donde no las había, en teoría ese tiempo él y yo estábamos "separados"... Pero como decía antes, el hecho de que hubiera sido con ella, era lo que mas me molestaba. Cogí la camiseta y la doblé, la deje a un lado y puse a un lado lo trozos rotos con cuidado.
-Déjame entenderlo, él se levanta a las 8 de la mañana para ir a la floristería, y llegar a tiempo de hacerte el desayuno, ¿y tu se lo tiras?
-Ha sido un accidente - dije sonriendo.
-Bueno, igualmente al café le faltaba azúcar, no te has perdido mucho - la madre de Niall me apartó de la encimera con delicadeza.
-Lo siento, el suelo del piso de arriba esta algo manchado, lo limpio en seguida, pero no se..
-Dentro de ese armario - dijo señalándome con la mirada, una puerta, suponía que era la despensa.
Me dirigí ahí y vi una especie de aspiradora, no sabía si se refería a eso, pero por lo que había dentro de aquel cuarto, no había otra cosa que se refiriese a limpieza.
-Va a vapor, es muy fácil usarla, cielo, la entenderás por el camino.
Una última sonrisa y se marchó mientras yo intentaba averiguar como se encendería. Cogí la parte del centro de el aspirador, y se desencajó sin problemas, era un aparato de mano dentro de uno que realmente sería de brazo, no entendía muy bien el funcionamiento, pero investigué mientras subía por las escaleras, hasta que el sonido de mi móvil me llamó la atención, subí con mas rapidez pero dejo de sonar, y era su voz quien reemplazo la música. Subí despacio, para enterarme con quien estaba hablando. No tenía porque sentirme mal, él era el que estaba hablando con un móvil que no era el suyo, y yo estaba escuchando conversaciones ajenas, todo tenía su enlace.
-No lo sé, pero tiene argumento, ¿esta ella contigo? - sus silencios se hacían eternos -, pues cuando llegue llámame, pero a mí, no a Eva.
Después de oír como dejaba mi móvil en el escritorio, encendí sin querer el pequeño aspirador, por disimular me agaché y empecé a limpiar aquel estropicio, al parecer aquella máquina incluso lo dejaba mas brillante de lo normal. Cuando sentí que se agachaba para estar a mi altura, la apagué, y le miré.
-¿Qué? -dije toscamente.
-Te prometo que no paso nada, solo hablamos y se quedo a dormir, pero no paso nada.
-Ya, bueno, tu y yo hablamos mucho entonces.
-Eva, por favor, créeme, solo hablamos.
Después de un breve razonamiento entre sus palabras y sus miradas, empecé a pensar que igual era yo la que sacaba las cosas de su lugar, me había repetido mil veces que durante ese tiempo no estábamos juntos, que tanto él como yo, podíamos hacer lo que nos diese la gana, e incluso razoné en que estaba diciéndome la verdad.
-Lo siento.
-Eh... No amor..., en todo caso debo disculparme yo, debí decírtelo desde un comienzo.
Me senté en el suelo, cruzando las piernas, y él hizo lo mismo, me recogió un mechón de pelo detrás de la oreja, y fue acariciándome la cara hasta llegar al cuello, donde se encontró con el collar que él me había regalado por mi cumpleaños. Cogí su mano antes de que la apartara de mi cuerpo, la acaricie y me acerque mas a él.
-¿Me prometes que no paso nada? - le dije casi en un susurro, mirándole.
-Te lo prometo.
Se fue acercando más y me besó, un lento y suave beso. Cuando nos separamos, ambos sonreímos y nos sonrojamos, parecía que nos hubiera dado vergüenza el hecho de besarnos, aunque lo habíamos hecho ya mil veces, ese beso fue uno de los besos mas especiales que tuve con él.
-¿Con quien hablabas? -pregunte al fin, quitándome todo sentimiento de vergüenza.
-Ah, lo siento, lo cogí sin querer, era Louis, quería saber como estabas.
-Vaya, pues lo llamaré luego.
En ese momento me vino a la cabeza la promesa que me hice de contarle todo lo que me había pasado con Louis, el día de mi cumpleaños. Al fin y al cabo se lo merecía, pero no sabia como empezar ese tipo de conversación, siempre habían sido a mi a quien le decían ese tipo de cosas, nunca era yo la que se tenía que excusar de cosas inapropiadas en una relación. No encontraba palabras para empezar, y creía que ese no era el momento, algo en lo que me equivoqué.
-¿Y eso que es? - me dijo sonriendo.
-Pues una especie de aparato que me gustaría tener en mi casa.
-¿En que casa? ¿En nuestra futura casa?