jueves, 29 de noviembre de 2012

Capitulo 41.

El corazón se me aceleró al oír sus gritos, gritaba mi nombre, detrás de cada golpe, detrás de cada patada a la puerta, oía mi nombre salir de su boca, lo que fue un alivio por momentos. Estaba a punto de bajar las escaleras para abrirle, pero Mike se aceleró a mi paso.
-¿Qué haces? Se va poner peor si te ve - le dije mientras le agarraba con fuerza por el codo.
-¿No lo notas? - estaba preocupado- Esta borracho Eva, a saber que quiere a estas horas.
-¿Qué hora es? 
-Son las doce, quédate ahí, voy yo.
Por el tono de sus palabras me dieron ganas de empujarle y contradecirle, abrir la puerta y lanzarme hacia Harry, pero volví a escuchar la manera en que Harry decía mi nombre, y si no era porque tenía la boca dormida, no tenía un acento sobrio. Fui bajando las escaleras una a una, mientras la mano de Mike abría la puerta, antes de que Harry cayera al suelo, Mike me miro con reseña, baje lo mas deprisa que pude, y puse su cabeza en mi regazo. Seguía gritando mi nombre, de algún modo me pareció tierno, aunque ese no era el momento de ver las cosas tiernas.
-¡Cierra la puerta! - dije a Mike mientras hacía entrar el cuerpo entero a Harry - Si se enteran de que está aquí y de estas formas, va tener problemas.
Mike lo levantó del suelo y lo subió a duras penas por las escaleras, yo iba detrás por si se resbalaba o si vomitaba. Recordé una vez en la que era yo quien llevaba a Mike a su casa, había bebido y fumado demasiado, y me llamó, me llamó a mi, y también gritaba mi nombre... 
Lo tumbó en el sofá con brusquedad y yo me senté en el suelo para estar a su altura, le acaricié la cara, y por un momento me gustó el hecho de que no me la apartara como hizo el día que le conté lo de Louis, pero las palabras que me dijo a continuación me hicieron mas daño.Las dijo en un susurro pero las entendí perfectamente, Mike no estaba, y creo que si las hubiera oído habría saltado a la defensiva, pero no estaba.
-No te valía conmigo, que tuviste que ir a por Louis y ahora a por él, ¿verdad? Eres un cualquiera, puta.
Me merecía las palabras, me merecía todas y cada una de las cosas que me dijo, pero me dolieron, y sí, me dieron ganas de echarle de mi casa, de pegarle una bofetada, pero no hubiera sido justo, sabía que lo decía por ira, sabía que lo decía porque no estaba en sus casillas, pero también sabía que eso era lo que pensaba de mi en aquel momento. 
-Toma - su presencia me asustó. -, dale esto, le ayudará, por la mañana estará mejor.
Me dio una taza con un contenido que olía bastante mal, pero no dude en dárselo, levanté su cabeza con cuidado, y puse sus labios sobre la taza, la alcé y trago sin oponer resistencia.
Dejé la taza en la mesilla del salón y me quedé en el suelo junto a él, cuando fui a cogerle la mano, vi que tenía los nudillos ensangrentados, los acaricié, mientras la culpabilidad corría por mi mente, mientras me hacía culpable de algo mas a parte de la muerte de mis padres, a parte de la pérdida de mis hermanos, en ese momento también tuve que cargar con su ira hacia mi, con su rencor y supuesto odio.

Mike insistió en quedarse, pero le convencí con que no sería una buena idea que si se despertase me viera con él, me dijo que si pasaba algo que lo llamase, no tuve esa necesidad. Durante toda la noche, estuve dando vueltas por toda la casa, no dormí, alguna vez se me cerraban los ojos, pero el hecho de tenerlo en el sofá me hacía despertar. De rato en rato me acercaba a ver si respiraba si se despertaba o si decía algo, pero solo dormía, y otra vez, el silencio se apoderó de mi casa, recorrí la habitación de mis hermanos, intentando arreglar lo imposible, lo único intacto era la cuna de mi hermana, y fue ahí donde la vi, era una cartulina de color rojo, el color favorito de mi hermano, su dificultosa letra era lo bastante visible para llamar mi atención, la cogí con rapidez, mientras, en mí, abrigaba alguna esperanza de saber donde encontrarlos.
"La tía dice que te has ido, no le creo, dice que vamos a casa de una amiga suya, ¿que me has comprado por mi cumpleaños? Te quiero Eva."
Sus escasas palabras hicieron que abriera los ojos, mi hermano me había dicho mas en un párrafo, que todas esas cajas llenas de papeles que no me decían nada sobre ellos. Según lo que mi tía había revelado, solo tenía contacto con una sola señora, y era la chica con la que trabajaba unos meses atrás de aquel tiempo. Recordé el día que fui por primera vez a la casa de los chicos, y que ella se llevo a Emma a casa de la señora donde trabajaba, según ella, solo se relacionaba con sus supuestas jefas. Era un principio, la idea de por fin poderlos encontrar me hizo sonreír, me hizo sonreír mas de cuando me enteré de que tenía su custodia. Repase una a una las letras escritas por mi hermano en aquella cartulina, la besé, la doblé y la guardé en el bolsillo del pantalón. 
Eran las tres de la mañana cuando vi las veinte llamadas perdidas de Eleanor y Liam, el móvil estaba fuera de mi alcance por lo que no le había prestado ninguna atención, cuando les iba a mandar un mensaje, Harry volvió a decir mi nombre, pero en un tono mas dulce, y ya no me susurró aquello nunca más.
Me acerqué a paso lento, no quería que se sobresaltase otra vez, volví a acariciarle los nudillos rojos y ensangrentados, abrió la mano y entrelacé mis dedos con los suyos, la solté con suavidad y cogí su cabeza con cuidado para poder sentarme en el sofá y colocarla en mi regazo. Al instante volví a cogerle la mano, todavía tenía los ojos cerrados, pero veía que intentaba despertar cada vez mas, y su mano apretaba la mía como si solo estábamos los dos, aunque era cierto, solo estábamos él y yo. 
-Perdóname - dije en un susurro, intentando, también, perdonarme a mi misma.
-¿Qué es una pareja sin discusiones? 
Su voz me dejaba perpleja, estaba medio adormilado, y no supe ni que responder, '¿Significa esto que me ha perdonado?' pensaba mientras él se iba incorporando, mientras se intentaba levantar con dificultad y se sentó a mi lado, sin soltar mi mano entrelazada con la suya. 
-¿Eh? Yo también te mentí, así que podemos estar igualados.
-¿Me...me has mentido? 
-Amelia... 
-Ah, pero eso ya me lo imaginaba, no es una mentira, tu y yo no estábamos juntos, y ella... bueno ella...
-Ella me contó lo de Louis... Y yo te lo dije, y me lo negaste.
-No te lo negué - dije en un susurro -, entre él y yo no hubo mas que palabras, nada más.
-Pero tu no... tu participaste en ellas, eso es a lo que me refiero, ambos cometimos errores, y aunque no podemos hacer esto nunca...
-¿El qué? - dije intentando que me mirase a la cara - Sí, no podemos hacer un intercambio de mentiras, eso no es una relación - mis ojos clamaban llorar -, también puedes seguir tu camino y yo el mío.
Su mirada se cruzó con la mía, después de días. 

1 comentario:

  1. Perfecto!!! me he gustado, que digo, me ha encntado/emocionado!!
    Desde aquí tu fan number one!

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