viernes, 31 de agosto de 2012

Capitulo 14.

Llevaba dos horas levantada, dando vueltas en la habitación, no oía señales de que alguien se hubiese levantado, y empecé a pensar que quizá Harry les haya dicho a todos como me comporté. Lo peor se me venía a la cabeza, quizá se habían ido mientras dormía, o seguro esperaban que bajara para decirme mil cosas a la cara. De los nervios, no sabía que hacer, así que empecé a mirar los dos únicos mensajes que tenía. El primero, como creía yo, era de Penny,
 "¡Eva! ¿Que tal estas? Hace mucho que no nos vemos, podríamos quedar algún día de estos, te puedes traer amigos, si quieres, Un beso"
Por supuesto, con amigos, quiso decir, trae a los chicos de One Direction, que los quiero conocer, y con "hace mucho que no nos vemos", quiso decir "hace mucho que no nos acordábamos de ti". El caso es que ni me moleste en responder, no sabría que decirle. El segundo mensaje, no era de ella, ni mucho menos, ni tampoco de Penny, era de Mike.
 "No se ni como empezar a dirigirme a ti, se que ni si quiera me merezco que me contestes, por eso no me esfuerzo en llamarte, pero quiero que sepas que siempre he estado pensando en ti, que desde que tus padres no están, es como si tu también te hubieras ido, nunca pase mejores momentos que contigo, y aunque haya sido un inútil y un estúpido y mucho más, te sigo queriendo, sigo queriendo que estés conmigo, sigo esperando que algún día me perdones, sigo soñando cada una de las noches con que no me mires con odio, si no con dulzura, como solías hacerlo. Te quiero y te querré siempre. Mike."
No supe ni cuando iba a acabar el mensaje, cada palabra que iba leyendo, era un bomba dentro de mi cabeza, cada palabra de culpa, de designación, de esperanzas, hizo que mi cabeza fuera otro mar de dudas. ¿De verdad se arrepentía tanto? ¿De verdad me quería cuando estuvo con Penny? Esas palabras... ¿eran ciertas? 
Apagué el móvil, y recogí todas mis cosas en la mochila, por lo menos tendría una escusa para volver a casa, los chicos que irían a echar, tenía que estar preparada para el remolino de insultos y aguantarme las ganas de llorar, al ver sus miradas de odio puestas en las mías. Cogí aire y bajé al salón, no había nadie, estaba completamente sola. 
-Ya te vale.
Entonces pensé "Ahora es cuando empieza", me giré con la cabeza mirando al suelo, y sentí como su mano cogió con cariño mi barbilla.
-Ladronzuela, te tenía una cama preparada en nuestra habitación, ¿donde has dormido?
Alivio, alivio fue lo que sentí al saber que no era una llamarada de ojos asesinos mirándome. Así que sonreí.
-En... en, en la habitación de las zanahorias.
-Pues esta noche duermes conmigo, ¡eh!
Asentí, y subí rápidamente a dejar la mochila. Me quité la chaqueta y me puse un pantalón de chándal gris que tenía para estar por casa, lo lleve como pijama, pero dormí con la ropa que llevaba del día anterior. Me até mi pelo en una coleta alta y bajé a prepararle el desayuno a los chicos, y a pensar en como iba a empezar a hablar con Harry, de alguna manera tenía que pedirle perdón, aunque no fue mi intención que se ofendiera. Mientras pasaba por el pasillo que me llevaría a las otras escaleras para bajar a la cocina, sentí como como dos manos se acomodaban en mi cintura, por la parte de la espalda.
-¿Hoy nos vas a cocinar otra paella? - era Niall, apoyando su cara en mi hombro.
-No sé, dependiendo de como te portes. - me dio un beso un beso en la mejilla y me adelantó.
Eran todos fantásticos conmigo, podría decir que era la vida que siempre deseé pero nunca conté con que ellos me la irían a cambiar. Un pensamiento hizo que la leve sonrisa que tenía se desvaneciera y que me quedará quita en la mitad de las escaleras, el mensaje de Mike. ¿Porque ahora? ¿Porque recientemente cuando estoy bien, se atreve a pedirme perdón? Tenía que mentalizarme en lo primero, ¿porque sentí unos celos repentinos al recordar los besos entre Eleanor y Louis?
Sacudí mi cabeza con fuerza haciendo que la coleta se soltara un poco. Pero bajé así igualmente. 
Empecé a escuchar una coneversación entre Loui, Zayn y Niall.
-...no creo que le guste - dijo Niall
-A parte, no conocerá a nadie-admitía Zayn
-De eso se trata, de que...
-Hola, chicos - interrumpí - ¿de que habláis?
-Louis estaba pensando en...
-En que nos vas a hacer para comer - interrumpe Louis a Niall
Yo solo sonreí, aunque sabía que no era de eso de lo que hablaban, obviamente, no era tonta. Me acerqué a  la nevera y vi una botella de leche, la cogí y eché la mitad en la única olla que vi. Niall, me acercó una tableta de chocolate, esas que son para hacer chocolate caliente, y se lo eché a la leche hirviendo.
-¿Queréis tostadas?
Ninguna respuesta, lo volví a decir más alto, para que me oyesen de donde estuvieran, pero seguían sin responder, salí de la cocina, y empecé a chillar otra vez.
-Que si quere...-me choqué con la persona que rondaba en mi cabeza, con la persona con quien tenía que aclarar las cosas que ocurrieron esa noche.
-Buenos días - su sonrisa me hizo perder el equilibrio.

lunes, 27 de agosto de 2012

Capitulo 13.

Subí las escaleras a toda prisa hasta llegar a la habitación de las zanahorias, no quise encontrarmelo, e ahí la explicación de por qué iba tan acelerada. Me tumbé en el suelo, apoyando mi torso y mi cabeza en uno de los puf, mis ojos empezaron a desahogarse, creí que nunca saldrían esas malgastadas lágrimas. Todavía recordaba lo fría que había sido con Harry, pero de alguna forma, llevé toda la razón.
"...-Yo creo que si, escucha, Amelia no es nada mío - empezó a acercarse -, simplemente... paso, o sea quiero decir...
-Harry, cállate de una vez - reí -, no me tienes que dar explicaciones de nada, ambos somos mayorcitos y... a parte tu y yo no somos nada, ni lo seremos.
'Ni lo seremos...' me repetí una y otra vez en ese momento, ¿de verdad quería algo con él?
-Pero, yo quiero que seamos algo, algo más que simple conocidos, más que simple amigos.- me cogió de la mano.
Evité cualquier contacto de miradas, por lo que me fijé en su mano, en su mano que tocaba la mía de una forma muy dulce.
-De la manera que te comportas dudo mucho que lo quieras de verdad - empezó a entrelazar sus dedos con los míos, sentí escalofríos por lo que aparté mi mano con fuerza.-, deberías ir a la cama, es muy tarde.
Di media vuelta intentando parecer tranquila e incómoda con su presencia, pero estuve totalmente nerviosa y bastante contenta de que estuviera conmigo. Él simplemente se sentó en la mesa que anexionaba la cocina con el comedor, intenté no parecer muy perturbada por su presencia, aunque con cada movimiento suyo, lo miraba por el rabillo del ojo. Quise que sintiese que no me importaba que estuviese ahí, aunque cada dos por tres se me resbalaba algún cubierto o algún plato, pero los cogía casi al vuelo, por lo que no se rompió nada, pero él se rió cada vez que me pasaba aquello. Sonreí cada vez que oí su suave risa, pero el no se dio cuenta de mi sonrisa cada vez que lo oía.
Obviamente en ese momento, deseé dejar la cocina como estaba y terminar lo que empezamos la primera vez con él, en aquella habitación, mis constantes empezaron a acelerarse cada vez que pensaba en acercarme a él, y partirle la boca en un beso, y que hasta el día siguiente no se separasen, pero todo acababa cuando me salpicaba alguna gota de agua, o cuando me daba con la encimera al levantarme de poner el lavavajillas. 
-¿Has terminado ya? - sin darme cuenta ya estaba a mi lado -, empiezo a aburrirme.
-Pues vete - dije amable, al fin y al cabo, era su casa - no me importa estar sola.
-Oh claro, esa historia ya me la sé, deja un poco eso, y ven conmigo - puso su mano en mi espalda y me atrajo hasta él, no me pude resistir.
Me llevó al salón y me sentó en uno de los sofás y el se tumbó poniendo su cabeza sobre mis piernas. Me acordé de que esa mañana me puse de esa misma manera, en mi casa, con Louis. En ese momento me venían todas las imágenes que había pasado con él, no lo entendí, se suponía que el que Harry estuviese con esa chica me había hecho enfadar, entonces se suponía que quien me "gustaba" por decirlo de alguna manera era él, ¿no? ¿Por qué en ese momento me vino una imagen de Louis besando a Eleanor, y sentí muchos más celos que cuándo vi lo de aquella chica con Harry?
Entre tantas dudas, me puse seria, observé a Harry, imaginé a Louis. ¿Por qué, en ese momento, eché de menos la presencia de Louis? ¿Por qué no besé a Harry si tantas ganas tuve minutos antes?
Su dulce voz, dijo mi nombre, desperté de aquel mar de dudas y lo aparte de mí con brusquedad, me levanté del sofá, no supe que me pasaba.
-¿Que pasa? Eva, no va pasar nada, tran...
-No, no es eso. - me separé de él como si de un leproso se tratase- Me tengo que ir, ahora.
-Vamos... ¿andando? Louis ni se va levantar a llevarte, y yo.. digamos que me gusta estar contigo.
Se empezó a acercar e interpuse mi brazo para que no lo hiciera más, no sabía que era lo que me pasaba, ¿no quería estar con él? ¿besarle? ¿sentirlo? ¿qué me pasaba?
-¡No te acerques! Esto me da asco, no lo entiendo.
Sí, me dio asco la situación en la que estaba, nunca me hubo pasado eso antes, ¿dos chicos en mi cabeza? ¿de qué iba esa historia? Esas palabras salieron de mi boca, pero no las quise decir, solo las pensé en voz alta, ya no pude dar marcha atrás, sin quererlo lo hube ofendido.
-Tampoco hace falta que hables así - dio media vuelta.
-¡No, espera! No, no me refería a ti, espera...
No me dio tiempo a explicarme, ya había desaparecido por las escaleras..."
Seguía llorando, cogí la mochila que había llevado y saqué el cargador del móvil, lo enchufé donde estyvo conectada la tele. Al encenderlo las vibraciones que me informaron de todos quienes me habían llamado cambió mi gesto al de sorpresa. Mi tía me había llamado tropecientas veces y tenía dos mensajes de número desconocidos, suponía que eran de Reneé y Penny. Llamé a mi tía sin pensarlo dos veces.
-¿Dónde estas? - dijo adormilada.
-En casa de unos amigos, ¿que ha pasado?
-He tenido que volver a casa, Bill tiene piojos así que he tenido que ir a buscarlo, estoy en casa, con los dos.
-Voy ahora, espe...
-No, tu te quedas ahí, la señora de la casa me ha dado el fin de semana de vacaciones, un milagro - dijo suspirando -, ¿cuanto tiempo pretendías quedarte?
-El fin de semana, pero iré mañana por la mañana.
-Eva, si vienes antes del lunes por la mañana, te hago comer los restos babeados que deja tu hermana de la comida, ¿de acuerdo?
-Vale, pero tampoco hacía falta exagerar.
-Bueno, ya nos veremos, y tranquila, desconecta un poco anda.
Me colgó sin despedirse, aquel gesto por parte de mi tía me extrañó, ya que a ella nunca le gustó eso de que saliera de casa sin mis hermanos. Se lo tomaba muy a pecho, siempre me recordaba que tenía responsabilidades, incluso antes de que mis padres murieran ella siempre me criticó, con que salia mucho, a mis padres y tanto a ellos como a mí nos molestaba. Fue muy extraño que cediera a que me quedase en la casa de los chicos... Aunque en esos momentos tuve muchas ganas de marcharme, ya que a la mañana siguiente tenía que aclarar las cosas, e iba a ser un tanto extraño.

domingo, 26 de agosto de 2012

Capitulo 12.

Por dentro me hablé a mi misma con calma, los nervios se me habían alterado, mantuve la calma como pude. Él abrió los ojos en mitad del beso y me vio, no sé como pudo ser tan rápido, pero en menos de dos segundos la chica estaba al otro lado del sofá, dejando su que algunas de sus mechas rubias le tapara la cara, y él no quitaba los ojos de los míos. Me acerqué a la chica, con toda la tranquilidad que poseía en ese momento.
-Hola - dije sonriendo- me llamo Eva, ¿y tú?
-Hola - se levantó del brusco empujón de Harry y lo miró con recelo- soy, soy Amelia.
-Encantada, ¿te quedas este fin de semana también?
-Oh no- cogió su bolso y una chaleco de pelo que se colocó sobre los hombros-,tengo que marcharme en seguida.
Le dio un beso en la mejilla a Harry, quien todavía me estaba mirando, ella me sonrió y se fue sin despedirse de nadie más, oí un "adiós" sarcástico proveniente de Louis. Hasrry se levantó del sofá, de manera que nuestras miradas estuvieron mucho más cercanas.
-Es muy bonita la casa, preciosa, de verdad, Louis pero, - miraba con profundidad los ojos de Harry, y me giré para continuar- ¿Voy a tener que limpiar todo esto?
-Bueno, si te apetece - empezamos a reír -, pero eso no es lo más bonito que te quería enseñar, ven - terminó cogiéndome de la muñeca.
Empezamos a subir las anchas escaleras, llegando a una planta mucho mas lujosa que la anterior, esta tenía otro salón, con una tele mas grande que la del apartamento con una Play Station al lado, tenía una alfombra blanca de pelusa, y el sofá era del mismo color, cruzamos aquel salón y nos adentramos en un pasillo, con la misma cantidad de puertas que tenía el del apartamento, la única diferencia, era que al final del pasillo, la casa se extendía mucho más, una escalera, de distancia corta, llevaba a lo que supuse, sería lo que vi a fuera, la parte que sobresalía en la casa. Cuando estuvimos por empezar a subirlas, empecé a agobiarme con la prisa con la que tiraba él de mi. 
-¿A dónde vamos?
-Ya lo verás.
Tiró otra vez de mi, y a regañadientes subimos las escaleras, no había puerta, por lo que lo vi al instante. Ahí estaba, era precioso. En una pared había una gran ventana, que iluminaba toda la habitación, en otra habían dibujado unas cuantas zanahorias, y en cada una había nombre escrito, con sus respectivas caras en la cabeza de estas. Estaban Louis, Zayn, Harry, Niall y Liam, y había otras tres que le seguían en la otra parte de la habitación, una mas grande, llevaba mi nombre, y el dibujo del móvil de Louis, la otra mediana llevaba el de mi hermano, con su "retrato", y la de mi hermana la mas pequeña, que resaltaban sus rizos dorados. Más que retratos, eran caricaturas, bastante trabajadas, me encantó en cuanto vi cada una de ellas, eran perfectas. También, no eran simplemente las paredes lo que impresionaba, a mí sí, pero la habitación estaba amueblada, unos 8 pufs de varios colores por el suelo, una tele no tan grande como la del segundo salón, pero más grande que la tengo yo. Todo el suelo llevaba encima una alfombra blanca de pelusa igual que la que había visto en la planta de abajo. Rodeé la habitación tocando cada una de las cosas, que me llamaban la atención, como una pequeña camita que había en una esquina, supuse que sería para Emma, y diversos juguetes que iban a encantar a Bill, empecé a reír entre lágrimas.
-No te ha gustado, ¿verdad? - me giré con cara de enfadada y salté a los brazos de Louis.
-¿No te das cuenta, de que nadie, nunca a hecho esto por mi? - me separe de él- Es la primera vez desde hace mucho que me hacen un regalo de esta manera, ¿por qué?
-Supongo que por que todos te hemos cogido cariño - dijo Niall entrando con Zayn y Liam.
Los abracé a los tres, y me quedé con el brazo rodeando a Liam.
-Es perfecto, muchas gracias, gracias a todos, de verdad - volví a sollozar, y a perder el habla.
-Oh, nuestra Eva se pone sensible, ¡ABRAZO COLECTIVO! - vaciló Louis.
Los cuatro empezaron a rodearme y darme besos en la mejilla y en la frente, nunca, durante ese año, había sentido tanto cariño. Empecé a aturdirme y me los quité de encima uno a uno con cariño, dejé de llorar y me puse a reír sin parar, me quité el abrigo, la bufanda y todo lo que me provocaba calor, lo dejé en uno de los puf junto con la mochila. Bajé a la planta principal, mientras ellos me hablaban y me hacían cosquillas por las escaleras, no pude pedir más.
Cuando estuve ya en el salón ya no estaba Harry ahí, supuse que se habría ido con Amelia, y no me preocupé, ya que, ante todo estaba feliz. Y no quise estropearme el día, me quité el tema de la cabeza, y me centré en todo lo que tenía limpiar. Cuando llegamos al salón ellos se quedaron ahí, mientras yo seguí caminando hasta la cocina.
-¿Dónde tenéis las cosas de limpieza? - dije un poco alto, para que me oyesen. 
-Se las lleva Natasha cuando termina de limpiar - me giré sorprendida de quién me hubo respondido - simplemente nos deja las escobas, entre tu y yo creo que no le gusta que utilicemos esas cosas -lo último lo dijo casi en un susurro, pero aún así la voz de Harry siempre me sonaba sexy.
No pude decir nada más, sus ojos pudieron conmigo, solo asentí, fui a recoger las escobas con las que hubieron jugado Niall, Liam y Zayn, y las puse en un rincón de la cocina. Lo único que pude hacer fue la comida, ya que las tres escobas estaban rotas, preparé lo que me había enseñado a hacer una vez mi padre, era un plato español y a mis hermanos no les gustaba por eso nunca lo hice, pero esa vez quise aceptarme un capricho. 
-Oh, Dios, te sale de lujo - dijo Niall, terminandose el segundo plato de paella.
-Es la segunda vez que cocino esto - empecé a sonrojar
-Yo creo que te vas a quedar con nosotros - dijeron Zayn y Niall a la vez.
Cuando todos terminaron, empecé a recoger la mesa, me ayudó Liam, quien me contó historias sobre su familia, y yo le conté varios historias que me dijo mi padre cuando era pequeña. 
El resto de la tarde fue muy peculiar, cada dos por tres imaginaba el llanto de mi hermana y me levantaba pensando que estaba ahí, por lo demás pase una de las mejores tardes, los chicos se rieron de mí todas las determinadas veces en las que me levanté, ya era casi por la noche y los chicos se fueron a la cama, yo no tuve sueño en ese momento, así que intenté limpiar lo que pude. Mientras daba vueltas por la cocina, me di cuenta de que uno de ellos, no se había ido.
-Tenemos que hablar, ¿no crees?
-Yo creo que no, Harry - le dije sonriendo.

viernes, 24 de agosto de 2012

Capítulo 11.

No fue el verlo lo que me causó más molestia, fue el recordar uno a uno los momentos que pase´con él, e incluso con ellas, con mis amigas. En el momento que me enteré de aquello, no mantuve una amistad muy unida con Penny, pero igualmente me dolió que hubiera sido con ella. Las ganas de tener visitas y de mantener conversaciones se me fueron apagando, por lo que la mayoría de las veces que iban los chicos les ponía alguna que otra escusa pero Louis nunca me creía, por lo que no me quedaba otra que dejarle entrar, un día que otro fue con Niall. Un fin de semana de aquel mes, recibí un mensaje de Eleanor que decia que no estaría en Londres durante dos semanas, no pude resistir no saber la razón así que la llamé a los dos minutos, y me explicó sus razones después empecé a contarle lo que me hubo pasado aquella noche.
-Nunca me has contado que fue lo que paso con ese tipo.
-Es que nunca me apetece hablar del tema, fue muy duro.
-Pero que hizo, ¿te engaño?
-Si, pero no fue eso lo que más me dolió, dicen que la amistad es lo primero, pero Penny nunca pensó igual, no sé, yo, sí, sí que estaba enamoradísima de él, pero me dolió que ella me diera la espalda de esa manera. ¿me entiendes?
-Oh, cielo, claro que te entiendo.Pero creo que yo hubiera actuado de una manera más bruta. Si me llego a enterar de que Lou me hace eso, vamos, su banda deja de tener un cantante.
.Empezamos a reír y eso me dio ánimo, ella en sí, era la mejor. Después de un rato de hablar me dijo que tenía que colgar que iba a subir al avión, nos despedimos con dos besos imaginarios que solo se escucharon en el micrófono del móvil, le agradecí que me escuchara y que hubiera hecho sonreír.
Suspiré mientras intentaba planear mi día, ya que mi hermano estaba en un mini-campamento de su colegio, y se iba a quedar todo ese fin de semana en una cabaña, y como mi tía seguía de interna en aquella casa preguntó a su jefa, la dueña de la casa, si podía llevarse a mi Emma con ella, lo cual ella aceptó, ya que se tenían mucho cariño, según mi tía. Su escusa fue "así tienes mas tiempo para ti", no fue muy normal en ella que me dejase un din de semana entero para mí, desde aquellos días después de mi depresión, nunca me había dejado si quiera un día entero. Se me pasó por la cabeza llamar a los chicos, pero no tenía ganas de nada, aunque en momentos dados, me dieron brincos en el corazón al imaginar que podría ver a Harry.
Lo único que hice durante esa mañana fue limpiar la casa a fondo, guardar el collar de mi madre, no quise sentirme mal por lo menos en aquel día, tumbarme en el sofá y encender la tele, por primera vez sin ver ninguno de los dibujos de Bill.
Mi paz se acabó cuando sonó mi móvil, y vi de quien era el número.
-¿Que quieres?
-Quiero aclarar las cosas Eva, por... -colgué.
No hube planeado nada, pero quise estar sola, una llamada suya no entraba en mis planes. A parte, después de lo que paso esa noche, no quise saber nada de él. 'Si a estas alturas me quiere pedir perdón la lleva clara.' pensé mientras cambiaba los diversos canales con contenido poco interesante. Volvían a mi mente flashes de todo lo que hube vivido con Mike, y aunque intenté sacármelas de la cabeza, seguían apareciendo. Sí, es lo que tiene que él sea mi primer amor.
Volvió a sonar mi móvil, lo cogí con más rabia y chillé.
-¡Que no me llames! ¿vale?
-Eh, eh, ladronzuela, que soy yo, ¿que pasa?
-Ah, hola, nada, ¿que tal?
-Pues mal, porque hace frío aquí fuera, ¿me abres?
-Voy.
No me esperaba que viniese, y aunque no me apeteciese estar con nadie, sabía que Louis me iba a subir la autoestima, en eso se parecía bastante a Eleanor. Abrí la puerta y me recibió con una dulce sonrisa y un abrazo, mientras fue subiendo empezó a quitarse zapatos, abrigo y bufanda. Yo iba detrás.
-Ponte cómodo, eh.
-¿Estas sola?
-Sí, tu novia me ha plantado...
-¿Y tus hermanos?
-Desperdigados por la ciudad, hasta el domingo, estoy sola, que triste.
-No, de triste nada, te vas a pasar el fin de semana en nuestra casa.
-¿Os habéis mudado?
-Por supuesto ladronzuela -se sentó en el sofá y apagó la tele - ese apartamento lo cogimos porque teníamos unas cosillas por esa zona, ahora te vendrás a nuestra casa, casa.
-No quiero,- me tumbé, apoyando la cabeza en las piernas de él- necesito estar sola.
-¿Que te pasa?
-Mejor no hablar - me levanté y me incorporé a su lado- ¿cuando nos vamos?
Sonrió, recogí unas mudas y las metí en una antigua mochila negra que usaba para ir a clase, cogí el cargador del móvil y una pequeña foto de mis hermanos. Cuando estuve a punto de salir de la habitación recordé que me faltaba ponerme algo, regresé a la cómoda y saqué el collar de mi madre con cuidado, lo observé durante unos segundos antes de ponérmelo, era precioso.
Él ya había salido de mi  casa cuando yo estaba lista, me aseguré de que todo estaba cerrado, las luces apagadas y salí de casa, doble seguro y escuché que Louis estaba tocando la bocina del coche para que me diese prisa. Me monté en el coche y arrancó en cuanto cerré la puerta, su velocidad iba aumentando cada vez más por lo que me puse el cinturón. El trayecto se hizo bastante corto, habían pasado unos 20 minutos de estar mirando una secuencia de casas medianas y casas grandes. Hasta que llegamos a la suya.
-Venga Lou, esa no puede ser vuestra casa.
-¿Qué? ¿Demasiado pequeña? - dijo irónicamente.
-Sí, pequeña sobre todo - bajé del coche y me puse la mochila en el hombro.
-Ya verás, por dentro es mucho mas bonita.
Por fuera era una casa completamente perfecta, la fachada era de un color crema con detalles rurales por los lado, supuse que sería dos pisos ya que habían dos filas de ventanas en horizontal. Aunque luego visualicé una parte que sobresalía, también parecía tener ventanas, 'Será el ático' pensé.
Por dentro... Sí, era preciosa, pero detrás de todo lo que había tirado por el suelo, 'Me tocará limpiar esto también' pensé mientras caminaba detrás de Louis, quién me dirigía al salón, donde vi que Niall, Liam y Zayn estaban jugando con tres palos de escoba. Pero mi mayor atención se entorno a Harry que estaba al fondo del salón, y no precisamente solo ni jugando con un palo de escoba. Tenía a una chica sentada en su regazo. Intentaba mantener la compostura, ya que, en esos momento, no éramos nada, más que simples conocidos o incluso amigos, pero pensaba que esa noche había significado algo...
Toda ilusión se fue de mi cabeza, cuando la besó.

Capitulo 10.

No dormí nada aquella noche, Harry y yo nos pasamos la noche hablando de nosotros, empezábamos a conocernos, y para que mentir, me gustó mucho conocerle. Hablábamos bastante bajo porque mi hermano dormía en la otra cama. Solo nos mirábamos, ni si quiera nos dimos un mísero beso. Aunque mi cuerpo pidiera a gritos estar mucho mas cerca de él, estuve quieta y tranquila simplemente con su mirada en mí.
Finalmente fue él quién se durmió, justo a las 7 de la mañana. Me levanté y me vestí con lo de aquella noche, no me calcé porque no quise hacer mucho ruido, salí de la habitación  y fui al salón, Niall todavía seguía en el sofá, y vi el biberón entre sus brazos, lo que me recordó que mi hermana no había llorado en toda esa noche. De cuclillas volví al pasillo que daba a las habitaciones y abrí la primera puerta, en la que aquella mañana hubo una subida de temperatura con Harry. Cuando estuvo totalmente abierta, vi a Liam abrazado a una almohada y mi hermana a su lado, sentada, muy despierta, me hizo reír que cuando me vio, se agarró a la mano de Liam, quien no se enteró de nada. La cogí en brazos despacio si hacer mucho ruido y la llevé al salón, la dejé en el suelo, llevaba el pijama pero el parqué no parecía muy sucio.
Empezó a jugar ella sola, no se oían más que sus insonoras risas y mis pasos hacia la cocina, les preparé el desayuno, tenían mucha comida en esa nevera, y la utilicé prácticamente toda, me sentí como un agobio para ellos, y fue mi manera de recompensarles el haberme quedado aquella noche y que hayan cuidado de mis hermanos. Un desayuno británico, como lo llamaba mi padre. Cuando terminé, lo llevé todo a la mesa, vi que mi hermana estaba luchando contra el brazo de Niall para conseguir su biberón y de reojo vi la hora, las siete y media, si no me daba prisa no podría llevar a mi hermano al colegio. Fui a vestir a Bill que todavía dormía, con sigilo, no quería despertar a Harry, quien esta aún mas guapo durmiendo, le acomodé el pelo y le di un dulce beso en la frente.
A duras penas vestí a mi hermano, que no paró de darme patadas y de quejarse de que quería seguir durmiendo, pero por lo menos conseguí que estuviera vestido, Cogí las cosas de mi hermana y fui a vestirle también, dejando a Bill totalmente vestido pero todavía durmiendo.
Ya con todo listo, cogí a Bill en brazos y lo llevé hasta el comedor, dónde intenté peinarlo y ponerle el abrigo, lo mismo hice con mi hermana, me puse la mochila, que hube llevado con las cosas de mis hermanos al hombro, y abrí la puerta.
-¿A donde vas ladronzuela?
Dí un pequeño grito al asustarme su voz.
-A mi casa - susurré
Él se sirvió en un vaso, zumo de naranja que había hecho. Y me recordó que mis hermanos no habían desayunado, vi el reloj y eran las ocho de la mañana, él entraba a las nueve, aproveche la ventaja para darle un poco de huevos revueltos y un vaso de leche, a mi hermana le calenté un poco de leche en el biberón que logró quitar a Niall, cuando terminaron, revisé que tenía todo y mire a Louis que no me había quitado el ojo de encima.
-Ya nos veremos.- dije abriendo la puerta.
-Por supuesto que nos veremos.
Adiviné como pude la tecla de la planta baja, y presioné. El ascensor bajó bastante rápido, o esa fue mi impresión.

Durante las semanas siguientes me pasaron cosas que jamás hube imaginado, fue un cambio radical, totalmente. Cada día venía Louis con alguno de los chicos, con escusas tontas, no me molestaba, al contrario empezó a gustarme la compañía de aquellos chicos, aunque nunca fue con Harry. Le pregunté un par de días que dónde estaba él, porque no quería llamar la atención de Louis acerca de ese tema, seguramente me habría acechado a preguntas si hubiera insistido. Los fines de semana, se turnaron entre Danille con Liam o Eleanor, me hacían bastante compañía, y dejé de sentir tan vacía mi casa, ya se podía escuchar el ruido que le hacía falta. Mi casa parecía completa.
Pero una tarde, al regresar a casa después de recoger a mi hermano del colegio, lo vi otra vez, intenté dar media vuelta y salir de aquella calle, pero ya era tarde, me vió y su sonrisa extremadamente tentadora empezó a hablarme.
-¿No saludas, amorcito? - Mike se estaba acercando
-No soy tu amorcito.
-¡Hola Mike! - mi hermano saltó a sus brazos.
Las muchas veces que él había estado en mi casa, siempre se pasaba el día jugando con Bill, hasta que por fin se quedaba dormido y cambiaba de bando, al mío.
-Pero que mayor estás, ¿cuantos años tienes? ¿10? ¿20?
Empezaron a reír y no me quedó más remedio que dejarlo entrar. La verdad me recordó buenos momentos con él, los pocos buenos momentos que tuve con él. Jugó con Bill toda la tarde, cenó con nosotros, y espero a que se durmieran ambos, incluso le leyó el cuento a mi hermano, el cuento que hace dos semanas leyó Harry. Yo estaba recogiendo la mesa mientras hizo eso, simplemente oía como su voz relataba sucesos a suceso aquel cuento que le encantaba a mi hermano. Cuando oí total silencio, empecé a temblar, el miedo se apoderó de mí, de lo que él podía hacerme en cuanto dejó de hablarle a mi hermano.
-¿Tenemos tiempo para hablar ahora? - su voz ya no estaba en el otro lado de la pared, sino en la misma habitación que yo.
-Claro.
Miré hacia otro lado, intentando que se tomará mi respuesta como una ironía.
-¿Que ha pasado entre nosotros?
-Perfecto, mira, no quiero hablar de un "nosotros" ¿de acuerdo?-salí de la cocina- Nunca existió uno.
La tele estaba encendida, así que para tener alguna escusa de no escucharle, me iba a sentar en el sofá y verla, aunque eso no era muy típico en mí. Cuando estuve a la altura del sofá, él estaba detrás de mí.
-Sí, sí que hubo un nosotros,-me cogió de la mano, no como hacía dos semanas, si no con cariño. Como lo hacía cuando salíamos- Eva, se que cometí muchos errores, y quiero...
-Vete - susurré
-Eva por favor...
-¡Lárgate!
Veía en sus ojos culpabilidad, y de alguna manera tuve ganas de volver a estar como antes, pero no quería volver a sufrir de la misma forma. Lo odiaba, lo tenía que odiar. Al poco rato de tener nuestras miradas con bastante carga mental, se fue. No pude evitar llorar en cuanto oí el leve sonido de la puerta al cerrarse. Mi yo enamorada de él, habría salido corriendo y haberle plantado un beso en medio de la calle. Pero mi yo herido, se quedó ahí, sentada en el suelo, tocando una y otra vez la mano que él me había tocado.

martes, 21 de agosto de 2012

Capitulo 9.

El olor del ambiente me sonó, un repelente olor a porro y alcohol se apoderó de mi olfato y me dieron arcadas. Di media vuelta e intenté buscar a Danielle y Eleanor, pero empecé a ver borroso por la mezcla de olores y el efecto de lo que había bebido, no pude encontrarlas. Mi cabeza daba vueltas y vueltas en aquel tumulto de música, risas y personas, me mareé e intenté apartarme de aquel sitio, pero antes de que pudiera reaccionar, él me cogió del brazo con bastante fuerza.
-¿No quieres pasarlo bien, Eva? - su cara se apegó a la mía.
-¡Suéltame!- me zarandeé todo lo que pude, pero me fue imposible soltarme de él.
-Vamos, Eva, como los viejos tiempos-acercó su cuerpo al mío-, ¿o es que te has olvidado?
Los chicos que estaban con él, empezaron a reírse. Él solo se frotó contra mi cuerpo y me rodeó con sus brazos, con mucha fuerza, no pude hacer nada para separarme. Empecé a derramar algunas lágrimas, me hacía daño, cuando los otros dos me vieron, intentaron calmarlo pero fue imposible, hasta que las vi llegar...
-¡¿¡Qué haces?!? - Eleanor lo apartó de mí, con un puñetazo en la cara.
-El, no te pases... - se acercó a toda velocidad a mí, y vi como sus rizos rebotaban a cuanta más velocidad cogía.
-Puto cabrón.
-Anda, pero si tienes nuevas amigas - se tocó el ojo y volvió a sonreír.
Eleanor le dio una patada en la tibia y se calló al suelo. Me sequé las pocas lágrimas de mi cara y dejé de llorar, estaba muy nerviosa, después de todo lo que hubo pasado no quise verle, ni mucho menos en esa noche, porque fue la primera vez que salía a divertirme desde hacía mucho tiempo, y quise pasármelo bien. Sabía que ver esa mañana a Reneé y Penny, traería consecuencias. Danielle me llevo al baño, y empezó a preguntarme si me había echo algo, yo negaba con la cabeza, y les dije que necesitaba irme a casa. Se miraron entre ellas y asintieron, me sentí culpable por haberles arruinad la noche, pero no me sentía bien y los mareos y las arcadas fueron aumentando.
-Lo siento, de verdad. Pero me tengo que ir, cogeré un taxi o algo para recoger a mis hermanos, ¿vale? - dije cogiendo mi abrigo de la consiga- Quedaros, ya os he fastidiado bastante la noche.
-Ni hablar, nos vamos contigo.
-¿Y si ese tipo se vuelve a acercar?, no no, tranquila tenemos muchos días para salir. - dijo con una sonrisa Danielle.
Cogimos el primer taxi que vimos, y me acordé de todas las cosas que había vivido con él, con Mike. Prácticamente fue mi primer amor, por decirlo de alguna manera, lo conocí con Reneé. La primera noche que nuestros padres nos dejaron salir por la noche, teníamos 15 años, y nuestro horario de vuelta era bastante corto. A medianoche, nos dirigíamos a casa, y nos encontramos con él, y con otros chicos más, como siempre olía a porro y a alcohol, por lo que decidimos pasar de ellos lo mas rápido que pudimos. Por la mañana de ese día, llamaron a mi casa, y mi madre me pasó el teléfono enfadada, porque el qué llamaba dijo que tenía mi cartera.
-¿Si?
-¿Qué pasa, preciosa?
-¿Quién eres?
-Soy el chico de ayer, del que te escabullías con tu amiga.
-Vale, ya me acuerdo, ¿tienes algo mio, no?
-Si, podemos quedar, y te lo doy.
-Claro, ¿puedes ahora?
-Por supuesto, voy a buscarte, ¡sé donde vives!
Cuando me vi con él, me enamoré al momento. Tenía el pelo liso y era rubio, sus ojos se hundían en un profundo azul, pero se drogaba, y eso no me gustó. Empezamos a salir dos semanas después de conocerlo, fue muy rápido, lo reconozco, pero me pintó una vida con él bastante ficticia, una historia ficticia que a una la enamora... En los dos primeros meses discutíamos casi siempre porque fumaba y bebía mucho más de lo normal, pero hubo un tiempo en que lo dejó, pasaron seis meses de estar juntos, y lo hice con él, en aquel período de mi vida fue el momento más feliz sin comparación pero no todo fue de color de rosa, creí que me quería, y yo sabía que le quería, pero cuando cumplimos el año, me enteré de que me había engañado, con Penny. A ella la perdoné, pero a él... no pude ni verle después de que pasasen meses. Mi madre me apoyó en todo, cada vez que iba a mi casa, lo echaba a patadas. Ella estuvo conmigo cada momento, ssupo lo mal que lo estaba pasando, y dejó aun lado sus temas para, simplemente, consolarme. ¿Y que le dí yo? Un muerte fatal... Cuando murieron mis padres, se presentó al funeral, yo no le miré, él tampoco se acercó a mí, ni siquiera para darme el pésame, supuse que sabría que eso no me gustaba. Lo deje pasar, y con el tiempo lo olvidé, tanto a él como a mis "amigas".

-¿Eva? ¿Estas bien? - Danielle interrumpió mis recuerdos.
-Sí, lo siento, estaba en otro mundo -sonreí amargamente.
-Pues vuelve, que hay que bajar del taxi.
Eleanor me abrió la puerta del taxi con una de esas sonrisas perfectas suyas.
Baje rápido del taxi, porque el conductor me estaba mirando raramente. En el Big Ben, ponía exactamente las tres y cuarto de la mañana, me acomodé la bufanda, y entramos al edificio, subimos por el ascensor y mientras dejaba que ellas se apañaran con el panel de botones, saqué de mí bolsillo las cincuenta libras que tenía. Le intenté convencer a Eleanor para darle la mitad de lo que había costado el taxi, pero su única respuesta fue qué la próxima vez, que la habría, pagaría yo.

En el salón solo estaban tres de los chicos. Niall tenía el biberón de mi hermana entre sus brazos, durmiendo en el sofá, Liam se lanzó a abrazar a Danielle, y Eleanor se sentó encima de Louis. Yo empecé a recoger las cosas de mi hermanos, y fui a buscar dónde estaban durmiendo. Entre primero en la habitación de las dos camas, una lámpara de color blanco iluminaba el suelo de la habitación, ahí estaba Bill, y también Harry que estaba sentado en un puf, leyendo uno de los cuentos de mi hermano.
-¿Así que te gustan esos cuentos? - pregunté en un tono muy bajo.
-Más me gustas tu, preciosa.
Le sonreí, y me acerqué a la cama en la que dormía mi hermano. Siseando para que no se despertara empecé a quitarle el edredón que lo cubría.
-¿Qué haces? - dijo mirándome de reojo.
-Me voy, tengo que ir a casa, mañana tengo muchas cosas que hacer.
-Déjalo- dijo cogiéndome de la muñeca y tirando de mía para estar entre sus piernas, encima del puf -, quédate esta noche, quédate conmigo.
Sonreí y me levanté, esa mirada suya y esa sonrisa con la que me lo pidió... no me pude resistir. Volví a tapar a mi hermano, y salí de la habitación. Tenía la intención de volver, pero a parte de que quise preguntarle a los chicos si no les importaba que me quedase, también quise hacerle esperar. Aunque cuando llegué al salón solo estaba Niall, Eleanor y Danielle se estaban yendo, se acercaron a mi en cuanto me vieron y me dieron un beso en la mejilla.
-¿A donde vais? - les pregunté cerrándome el abrigo.
-A casa.
-Entonces esperadme que voy con...
-No cielo, - me dijo Danielle sonríendo - parece ser, que alguien  ya te esta esperando ¿no?.
Miré hacia atrás y lo vi, dibujé un simple sonrisa, y las despedí, detrás de mí estaba Harry, apoyado en el arcón que separaba el salón del comedor, me acerqué, y le besé la mejilla.
-No haremos nada que ambos no queramos - dijo sonriéndome. 

lunes, 20 de agosto de 2012

Capitulo 8.

Mi reacción fue un tanto exagerada, veía como él me miraba de reojo por el retrovisor, se sintió culpable, aunque ni siquiera sabía las razones... El silencio se apoderó del coche, y los único que hablaban eran Niall y mi hermano, ya que Emma se había acurrucado en mis brazos y había quedado totalmente dormida.
-Lo siento, me dijiste que les diera lo...
-No importa Louis, de verdad -le interrumpí- tendré que apagar el móvil.
Saqué el móvil del bolsillo del abrigo y lo apagué, no me podía permitir el hablar con ellas, después de lo que había pasado entre nosotras, dudaba mucho que me llamasen sencillamente para saber como estaba, y el interés era una de las cosas que más odiaba.
-Y ¿que problema hay que sepan tu número? - preguntó Harry, que me rodeaba por el hombro disimuladamente.
Antes de que pudiera contestar, Louis lo hizo por mí. Supuse que por la explicación de esa mañana con respecto a mi respuesta de si mis amigas me hablaban de ellos, quedó claro la razón de por qué no quería que me llamasen.
-Ella no quiere saber nada de sus "antiguos amigos",-empezó a sonreír - ¡Porque ya nos tiene a nosotros! - dijo con énfasis.
Reí lo más que pude, para que no notase mi nerviosismo. Entendí que dijo aquello para no soltar el típico rollo de que no tenía amigos. Mis motivos eran muchísimo más superiores, a parte de cómo he dicho antes, me llamarían por el interés de conocerlos, también me hubieran acechado a preguntas, con respecto a Mike, algo que no deseaba. Recordé todo lo que pasó con él, y con ellas, sobre todo el daño que me hicieron ellas...

Esa noche salí con Eleanor y Danielle, ella era otra preciosidad, me moría de envidia, su pelo rizado le daba un toque de ternura, me encantaba su color de piel, que comparada con la mía, yo parecía una persona sin vida.
Ellas iban con unos vestidos preciosos, sencillos pero muy bonitos. Yo iba muchísimo más sencilla, unos vaqueros y una camiseta de color claro de hombro caído, ellas con tacones, yo con unas botas de color marrón, planas, eso de llevar tacones no era lo mío.
Como Eleanor dijo, los chicos se quedaron con mis hermanos, me costó animarme, porque nunca había dejado a mis hermanos con cinco chicos, pero a mi hermano les caía bien, y en cuanto a Emma, no paraba de reír con Liam.
-¿Quien es esta bebé tan guapa? - dijo Liam con voz aguda.
-Parece que Danielle tiene competencia -comentó Niall mientras jugaba con mi hermano.
-Amor-dijo Liam dirigiéndose a Danielle- yo quiero uno de estos.
Todos nos reímos, menos Liam, que adquirió una faceta seria después de haber comentado aquello. Harry, se acercó a despedirme, me acomodó la bufanda y me dio un dulce beso en la comisura de mis labios. Le sonreí y el me devolvió la sonrisa junto con una caricia en la mejilla. Louis le dio un fuerte beso a Eleanor, y le dijo algo al oído que no llegué a entender. Liam dejó a mi hermana, que se puso a llorar en cuanto se quedo en el sofá, y le dio unos besos desproporcionados a Danielle. Mi hermana seguía llorando al ver esa escena.
-¿Seguro que podréis?-me empezaron a mirar mal - Es que si no yo vengo antes y me voy a casa con...
-¡Venga, vayámonos!- Danielle tiró de mi brazo y fuimos acercándonos a la salida.
-Vamos, Eva, que no son tan irresponsables.
Un movimiento de despedida con la mano y salimos del apartamento. Seguía con la angustia de no pasar una noche con mis hermanos, cuando mis padres estaban sí que salía, pero desde que pasó aquello, nunca me había separado un momento de ellos.
Cogimos un par de taxis y nos dejo en un pub. Rebosaba la gente, supuse que eran de dinero, ya que todos vestían con ropas de diversas marcas, algo que en mi vestuario carecía. Las luces, eran increíbles, no podía creer que en esos dos días podía haber cambiado mi vida tan radicalmente. Nunca había entrado a un lugar así, no pasaba de las simples discotecas, y de repente, así, de golpe, me vino todo aquello encima, aunque todavía me depararían muchas más cosas que no sabía...
 Bebimos un par de vasos de un licor rosa, ni siquiera sabía lo que era, pero llevaba mucho tiempo sin probar una gota de alcohol, y algo de diversión me venía de maravilla. Aunque de vez en cuándo me ponía histérica por llamar a los chicos, para preguntarles que tal lo llevaban, pero ni una ni otra, me dejaron, así que a escondidas le mandé un mensaje a Louis, solo recibí un simple, '¡Apaga el móvil!' y sin saber lo que hacía por el efecto del alcohol, lo hice.
Bailé, bebí, grité e incluso canté alguna que otra canción que pusieron. No pude comparar esa noche con ninguna más, fue una gran noche, y eso que había salido con dos completas desconocidas, aunque en el fondo notaba que eso que empezaba siendo una primera salida se iba a convertir en algo fuerte y permanente.
En algunos momentos me venían las preguntas de "¿quien va llevar mañana a mi hermano al colegio?" o "¿quien va cocinar?" y me respondía "Un par de aspirinas y tendré que hacer como si no hubiera pasado".
Eleanor me presentó a varias amigas suyas, y lo mismo con Danielle. Quizá si yo hubiese ido a la Universidad también hubiera conocido a gente en aquel lugar.
Hubo un momento que me quedé sola, pero seguí bailando con quién me encontraba por el pub, habían un grupo de chicos, con quienes me choqué, les pedí perdón y me sonrieron, me quedé hablando con ellos. Como no encontré a las chicas, no tuve otra cosa mejor que hacer.
-Me llamo Eva - dije extendiendo la mano
Los tres chicos me mostraron una sonrisa, pero uno más que los otros dos. Podía notar en su ara algo que me sonaba, pero en ese momento no logré saber de dónde pude conocerlo.
-Yo soy Marco. - me dijo uno acercándose y dándome un beso en la mejilla.
-Yo James.
Otro beso en la mejilla.
-A mi ya me conoces. - su voz me desconcertó - ¿no me recuerdas? Soy Mike.
Mis palpitaciones se fueron acelerando en cuanto oí su voz. 

Capitulo 7.

Los besos se convirtieron de simples a apasionados, no podía parar aunque quería seguir, una parte de mi quería detener el momento, separarme de él, largarme de ese lugar. Pero sus besos se volvieron tan adictivos, sus manos me sujetaban con fuerza pero suavemente. Sus ojos me miraban intensamente cuando me quitaba la camiseta, su sonrisa después de cada beso, era bastante tentadora. "Para, Eva, para" me decía a mi misma una y otra vez, ¿de dónde había sacado tanta pasión?
Por un momento pude controlarme, me separe de él lo mas rápido que pude, y me metí debajo del escritorio, dónde estaba el ordenador.
-Lo siento - dije nerviosa y casi sin respiración -, de verdad, no puedo, yo, yo no soy así
Se levantó, y se sentó al lado mio, no estaba triste, me mostraba una sonrisa preciosa, que hizo que me exaltara más.
-No se que me ha pasado, apenas te conozco, y...-no pude seguir me puso el dedo índice en los labios.
-Tranquila, tenemos mucho tiempo para conocernos.
Sí, me tranquilizo, me ayudo a levantarme, me puse la camiseta con vergüenza y me quedé sentada al lado de él, encima de la cama. No sabía que decir, ni que hacer, estaba desconcertada.
Yo no era así, ¿por qué de la nada me había lanzado a él, si no le conocía de nada?
De repente me cogió de la mano, y con la otra acaricio mi barbilla haciendo que girase mi mirada hacia él.
-Empecemos de nuevo, ¿vale?
Asentí, y salimos de la habitación, me enseñó las otras tres puertas, otra de ellas tenía dos camas, la habitación seguía siendo grande. Empezamos a entrar en total confianza, yo reía sus bromas y le contaba historias sobre mis hermanos, las otras dos puertas eran baños, bueno un baño y el otro era como una especie de jacuzzi y sauna, cuando entramos ahí, el vapor de ello, hizo que me quedara sin aire, y salí corriendo. Me apoyé en una de las paredes y empecé a respirar entrecortadamente. Él salió mas despacio, riéndose de mí. Para mi torpeza volvimos a estar un distancia bastante corta, solo que yo evite total contacto físico con él, simplemente me miraba y sonreía y yo intentaba recuperar mi estado de respiración normal.
-Eva, ¿puedo comer aquí? - mi hermano me sorprendió todavía sin aire.
Asimilando la pregunta, negué con la cabeza y después respondí.
-¿Que? No, tenemos que ir a buscar a Emma a las dos y comemos en casa.
-Pero es que...
-No, punto.
Se fue enfurruñando, y dando pisadas bastante fuertes. Al rato fui con Harry al salón donde se suponía que estaban todos. Aunque solo estaban Louis y Niall con mi hermano.
-¿Y Eleanor? - pregunté
-Tenía que ir con Liam a buscar a Danielle, no se que ha pasado con unas chicas - dijo Louis.
-¿Y tú no la acompañas? -dijo Harry
-Harry, me quedaré contigo hasta que se acabe el mundo, ¿de acuerdo?
Empece a reír, y fui a ponerle los pantalones a mi hermano. Por lo menos Louis ya estaba decente a mi vista. Llevaba un camiseta roja, con rayas horizontales blancas, y unos pantalones negros al estilo pesquero, gracioso, pero bastante mejor que en boxers. Aunque mi hermano seguía enfadado por no haberle dado permiso a lo que me pidió, se dejó poner los pantalones y los zapatos, con el abrigo me costó más ya que decía que tenía calor, y era cierto, tenía la cara roja y algo húmeda, por lo que había estado con los chicos jugando.
-Te toca cocinar- me dijo Louis poniéndome un gorro blanco de cocinero.
-Oh, yo me voy a casa dentro de... - vi el reloj, eran las dos menos diez -¡Ya!
-¿Ahora? - asentí - ¿porque?
-Mi hermana sale en diez minutos de la guardería- dije poniéndome el abrigo y poniéndole a la fuerza el abrigo.
-Te acompañamos.-dijeron los tres a la vez.
-¡Claro! - mi tono irónico no lo tomaron en cuenta -  ¿sabéis cuantas chicas de mi edad van a buscar a sus hermanos a esa guardería? - se estaban poniendo los abrigos, ignorándome - La entrada se va colapsar, oh Dios.
-¡Vamos al DirectionCar! - dijo Louis poniendo voz de superhéroe.
Montamos en el ascensor, y Niall metió una llave en algún lugar del panel de botones y directamente se cerraron las puertas y bajó a alguna planta baja, ya que encima de las puertas del ascensor, en una pequeña pantalla, ponía un '-3'. Salimos de ahí, y cogiendo con fuerza la mano de mi hermano montamos en el coche, un coche que quizá mi padre hubiera matado por tener.
Sin esperarlo más Louis arrancó, pero de una manera muy lenta, incluso aburrida, con lo gracioso y divertido que parecía, en el coche era poco convincente. 
-¿Esto esta permitido?
-¡Calla, que te bajo!
Durante el camino mis piernas temblaban, mi hermano por el contrario miraba por la ventanilla y no paraba de hablar, le gustaba eso de viajar en coche.
Llegamos a la guardería a los 15 minutos, tarde, así que dejé a mi hermano con ellos y salí corriendo a buscar a Emma, para mi sorpresa detrás de mí estaba Louis siguiéndome, con mi gorro en la mano.
Cuatro chicas empezaron a gritar, y dos de ellas me eran demasiado familiares, eran mis antiguas amigas. Seguí paso firme, hacia la entrada de la guardería y Louis ya estaba a mi lado, me puso el gorro, y le sonreí. Aunque no de una manera cordial, quería que esas dos desaparecieran, el interés se reflejaba en sus caras, y yo no tenía ganas de hablar con ellas y aguantar una vez más sus tonos de ironía. 
-Joder.. - Reneé y Penny se estaban acercando.
-¿Que pasa? - dijo Louis
-Esas son unas antiguas amigas, dales lo que te pidan, pero que se vayan, por favor -supliqué a Louis, quién me pellizco una mejilla y me dio una palmada en el hombro.
Durante el camino, oí unos gritos agudos que aparte de sera de las otras chicas, también eran de aquellas dos antiguas amigas mías... No soporté la idea de encontrármelas, después de tanto tiempo... Me vinieron recuerdos en ese instante.
Cuanto más me acercaba a la entrada de la guardería, visualicé a mi hermana de pie con una pequeña mochilita a su espalda. La chica de siempre me la acercó y le sonreí, un último saludo y me fui. De todas formas pensaba quedarme un rato más para hacer tiempo y que esas dos se larguen, pero al tener ya a mi hermana en brazos se me olvidó que ellas seguían ahí, detrás de mi.
-¡Eva! - dijeron acercándose a mi
Puse la mejor sonrisa falsa que podía poner.
-Hey
-¡Cuanto tiempo! ¿Que tal estás? - me preguntó Reneé.
-Bien, ¿y vosotras? 
-De maravilla, acabamos de ver a Louis Tomlinson y...
-Bueno chicas me tengo que ir, ya nos veremos. Adiós - dije alejándome de ellas.
Subí al coche, y solo se me ocurrió una pregunta.
-¿Que te pidieron?
-Tu número.
-Ah...  - no caí en que esa información no la tenía él, ¿o sí? -Pero si tú no lo tienes, ¿verdad?
-Sí.
-¿¡Se lo has dado!?
-Sí.

domingo, 19 de agosto de 2012

Capitulo 6.

No es que fuera un sentimiento de atracción, pero me sentía segura con el, sobre todo después de haberme consolado de esa manera, que nadie lo había hecho. Tampoco sentía mucho por Louis, pero me entró un recelo al saber que ella era su novia. Una parte de mí, muy pequeña, estaba algo triste por que tuviese novia. Y otra, mucho mas grande, estaba encantada con conocer a Eleanor.
-Así que has pasado la noche con Louis, ¿no?
-Oh no, bueno sí pero no es lo que tu piensas - dije nerviosa.
-Tranquila, confío en él, y ahora que te conozco, también en ti - estaba sonriendo.
Sentía envidia, envidia sana, por ella, al fin y al cabo ¿con quién mejor que ella podía estar Louis?
-¿Qué estudias? - me preguntó ella, haciendo que volviese a tierra.
-Bueno, leo algún libro de vez en cuando, pero deje de estudiar en cuanto... -no sabía si ella sabía lo de mis padres, pero decidí no decirle nada - tenía que quedarme con mis hermanos - terminé la frase con una sonrisa.
Supuse que sería la única vez que la vería, y contarle parte de mi historia no sería de mi acritud.
-Bueno, pues no hablemos de estudiar.- dijo llevándome otra vez al salón - Danielle debe de estar por llegar.
-¿Quién es Danielle?
-Estos no te tienen informada de nada , ¿eh? - sonreí - Es la novia de Liam, ella, tú y yo, vamos a salir esta noche.
-No, no, lo siento, me encantaría, de verdad, pero no puedo dejar a mis hermanos solos.
-¿Quien te a dicho que los vamos a dejar solos? - dijo mirando a los cuatro chicos.
-¿Con ellos? - asintió - Pero... ¿podrán?
-Oh, claro, les gustan los niños, y Danielle y yo, les obligaremos, tu tranquila.
Me acerque a Bill, y le puse la camiseta. Louis tenía una zanahoria en la boca, y Eleanor se la estaba quitando para besarle, ese momento me encanto, fue muy tierno. Al poco tiempo retiré la mirada, empecé a sonrojarme, y vi al chico rubio acercarse a mi.
-No se si me he presentado, soy Niall - dijo acercándose para darme un beso en la mejilla
-Yo Eva - dije sonriendo - ¿no eres de aquí verdad?
-No-empezo a reir - soy de Irlanda.
"Irlanda..." pensé, ahí pasábamos las navidades con mis padres. Teníamos una pequeña casa en Waterford. Yo había ido siempre con ellos, mi hermano solo dos veces, y mi hermana, no había ido nunca. Tampoco pensaba pisar esas tierras ya que me recordaría a ellos, mucho.
-¿De que parte? Yo iba Waterford con mis padres a pasar las navidades.
-Yo soy de Mullingar, de Westmeath - me cogió por la cintura, para llevarme al comedor - ¿y que hacíais por allí?
-Pues pasábamos las noches en...
-Niall, es mía, no me la quites - dijo el chico de pelo rizado.
Al principio esa frase me molestó, ¿a quién se suponía que pertenecía? Porque aún yo no lo sabía.
-¿No la podemos compartir? - el negó bastante serio - Pues tuya, entonces.
Yo empecé a reír, y sentí que mis mejillas empezaron a enrojecer y a sentir la falta de aire.
-Me a dicho Louis que todavía no sabes mi nombre -dijo ofreciéndome un vaso de agua.
-Si, es Larry, ¿no? - se rió
-No, es Harry - seguía riendo, se arreglo el pelo y me ofreció otra vez una bonita sonrisa.
Solo llevaba los pantalones esta vez, dejando su torso al descubierto, Louis era el único que seguía solo en boxers, y mi hermano lo complementaba con su camiseta. Seguían jugando, así que intente relajarme y no preocuparme por lo que podría hacer.
-Ven, te voy a enseñar la casa.
Me levanté, y me cogió de la mano, giré la cabeza, para ver si estaba Eleanor, quien me vio y me alzó el pulgar, entendía el significado, pero no era lo que estaba pensando.
Por el pasillo oscuro, de detrás del arcón, habían cuatro puertas. Una estaba medio abierta y con una luz sobresaliendo, entramos y vimos al chico de piel morena, tumbado en una de las tres camas que había, la habitación era enorme, tenían un ordenador encima del escritorio, y una ventana que adornaba toda la pared lateral de en frente de la puerta.
-Este es Zayn - dijo -, y no tendría que estar aquí.
-Que, ¿ya me echas para estar con tu amiguita? - dijo levantándose y dándome un beso en la mejilla con una sonrisa - Oh Harry, que triste estoy, me estas reemplazando - dijo teatralmente.
Salió, y cerró la puerta. Me senté, con confianza, en una de las camas. No sabía que hacer, pues no sabía porque me había llevado ahí, según el me iba a enseñar la casa ¿no?
Se acercó al ordenador, y empezó a teclear y a cliquear en algunas cosas, y después de un rato se giró a mirarme.
-Ven, quiero que nos veas cantar.
Me acerque lo mas que pude a él, estábamos hombro a hombro, y cada vez que me giraba para mirarlo la distancia era bastante corta, bastante insultante, me enseñó la canción que me puso Louis en mi casa, se llamaba "Moments", después me enseñó un videoclip de "One thing", se sonrojo cuando salió él y empecé a reír.
-Sales bastante bien . dije susurrando.
-¿Tu crees? - estaba acercándose a mi
Me quedé quieta, nuestras narices estaban rozando, sus manos se apoyaron en mis muslos, y sentí un escalofrío, empece a notar calor, y no sabía de dónde procedía. Ni si quiera respondí a su pregunta.
-¿Que estamos haciendo? - dije acercándome un poco más.
-Haremos lo que tu quieras - se acercó más a mi.
Me besó, cerré los ojos suavemente, cogí su cuello con mis manos, y lo tumbé en la cama dónde había estado el chico moreno. La temperatura aumentaba, aunque no sabía lo que hacía, ni lo que decía.
-Entonces tardaremos en salir.

sábado, 18 de agosto de 2012

Capitulo 5.

Emma estaba metiéndome el dedo en el ojo, cuando me desperté. Estaba tumbada en el sofá tapada con la manta verde, sola. Mi hermano estaba jugando con algunos juguetes y mi hermana seguía en pijama. Me puse de pie rápidamente, viendo que el suelo estaba barrido y fregado, las camas estaban hechas, y oía música en la cocina, música que no conocía. Vi el reloj, eran las nueve y media de la mañana.
-Bill, no has ido a clase.
-No me has llevado.
-¿Quien te ha vestido?
-Tu novio.
-¿Qué?
Fui a la cocina, y lo vi, limpiando la encimera, y fregando lo que supuse sería dónde habrían desayunado.
-¿Que haces tú aquí?
-Anoche no me dejaste ir, ladronzula, escucha escucha, este soy yo - dijo emocionado.
"Hants are silent, voices numb, tried to scream out my lungs , it makes this harder..."
Empezó a cantar, tenía una voz preciosa, la canción me sonaba, de algo, pero no lo recordaba, quizá la había escuchado en la radio.
-¿Quién eres Louis Tomlinson?
-Tu lo has dicho, ese soy.
-Pero- dije acercándome a la nevera para coger algo para desayunar - Tu amigo, Larry, Harry, cuando me acompañó, chica tras chica se le acercaba, cuando me vino a buscar el chico rubio, estaba algo cohibido por las chicas que rodeaban a alguien, y tu amigo ¿Liam? Me preguntó que si era cierto que no os conocía, ¿quienes sois?
Empezó a reír, yo no le encontré la gracia.
-Te acabo de enseñar una canción, ¿enserio no nos conoces? ¿tus amigas no te hablan de nosotros?
-No...no tengo... amigas -  dije poniéndome leche en un vaso.
-Somos One Direction, ladronzuela.
-¿Y eso es...? Espera... Tú... tú me... tú estuviste en Factor X ¿no?
Pregunté mientras recordaba que ese programa lo veían mis padres...
-Oh si. Desde ahí, somos One Direction.
-Entiendo, y ¿que haces aquí? Deberías estar bañándote en dinero, y disfrutando de tu fama - ironicé mis palabras.
Se me acerco algo serio, fue algo que me asusto, pero puse el vaso de leche entre los dos. Por si me hacia algo, tenía algo con qué defenderme.
-No somos ese tipo de gente - dijo susurrando - nosotros no nos lo tomamos como popularidad, como importancia al dinero, cantamos y tocamos porque nos gusta y si hemos llegado hasta tan alto ha sido, no por la fama, si no por las chicas y bueno.. chicos que nos han apoyado, no tenemos esa mente de estrella que varios piensan.
Dicho esto siguió limpiando y cantando. Yo seguía dónde estaba mirando al suelo, y sin saber que decir.
Salí de la cocina, y cogí a mi hermano.
-Nunca es tarde para ir al colegio.
-Pero ya están en el recreo, voy mañana.
-Pero si son apenas las 10... bueno si, tienes razón, pero tengo que llevar a Emma a la guardería, así que o vas al colegio o me acompañas.
-Si quieres me lo llevo a mi casa - dijo Louis - ¿ayer te divertiste no?
-¡¡Si!! Evaaa, porfa ¡déjame ir!
Mire a Louis con odio, y asentí. No quería que a parte de aguantar a Louis, aguantar el llanto de mi hermano si le hubiera dicho que no, cambié a mi hermana preparé su bolsa, y salimos los cuatro.
-¿Sabes cómo llegar no? - dijo Louis refiriéndose a mi.
-¿Tengo que ir hasta ahí?
-Sí, si no quieres que me quede con él - dijo poniendo cara de malo.
-Vale, no le des chocolate, ni un poco, se altera.
-Si, señora.
El camino a la guardería, se me hizo corto, la chica que cuidaba de mi hermana siempre me recibía con una sonrisa, bueno no siempre, los meses siguientes a mi depresión, cuando tenía que llevar yo a mi hermana, me recibía siempre seria y triste. Suponía que por lo de mis padres.
Sin darme cuenta ya estaba de camino a la casa de Louis. Cuando llegué a la puerta, no me acordaba del piso, y el recepcionista no tenía cara de decirme donde vivían, ya que podría pensar que era una fan histérica que quería verlos, pero vi a un chico de piel morena, parecía agradable, así que me acerqué a él con una sonrisa inocente.
-Disculpa - le dije algo tímida - ¿me puedes decir cuál es el piso de Louis Tomlinson?
-Mientras no nos aceches a preguntas, claro.
Sonreí, y subí con el al ascensor con los mil botones. No entendí muy bien aquello de las preguntas, pero no dije nada. Cuando llegamos, él se bajó conmigo, no sabía si decirle que se fuera o hacer que iba por otro lado. Al acercarnos a la puerta, salió el chico de pelo castaño claro y liso, me miró a mí y luego al otro chico.
-Zayn, ¿has traído las zanahorias?
-Sí, pero me he encontrado con un regalo para Eleanor, pregunta por Louis.
-Oh, si ya la conocemos, es la hermana del peque que tenemos dentro.
-Ya decía yo que me sonaba.
-¿Puedo pasar? -pregunté
Me hicieron sitio, y vi a mi hermano sin pantalones y sin camiseta, igual que el chico de rizos y Louis, me tapé los ojos con la bufanda blanca y entré despacio y dándoles la espalda. Oí que Liam y el chico de piel morena se reían. Y este último dijo algo así como "Vas Happening?" De repente oí la voz de una chica.
-¿Eres Eva?
-Si - dije tímidamente con la bufanda en la cara.
-Ven conmigo, ellos están siempre así.
Sentí como extendía la mano para coger la mía y me agarró. Me llevaba no sabía por dónde, así que me quité la bufanda de la cara y la vi, era preciosa, me sentí muy inferior a ella en cuánto a belleza.
-Soy Eleanor, la novia de Louis - dijo mientras me daba un beso en la mejilla y me mostraba otro carácter suyo perfecto, su sonrisa.
Lo único que hice fue sonreír, el chico que me había consolado toda la noche, tenía novia. El chico quien había despertado emociones que todavía desconocía, estaba saliendo con una chica perfectamente perfecta.

viernes, 17 de agosto de 2012

Capitulo 4.

La falta de experiencia en cuanto a compañías, me estaba jugando una mala pasada. De qué se suponía que podía hablarle, no tenía algo en mente, hacía mucho que no me relacionaba con nadie excepto con mi familia. Durante el camino lo único que hablamos fueron las respuestas de las preguntas de mi hermano. Poco se me ocurría a mi, no sabía si lo que pensaba en decirle estaba bien, y prefería quedarme callada. Por otro lado él tampoco puso de su parte, en algún momento me dijo que lo sentía por lo de mis padres, y yo solo le sonreía, intentando que pareciese un "no importa" pero después de eso, nada. Un pulcro silencio rodeó nuestro al rededor, algún grupo de chicas se le acercaban para tomarse fotos con él, pero yo no preguntaba, tendría sus razones, y yo no era muy preguntona en esos casos. Lo único que oía de refilón, eran "te quieros, te amos y estamos enamoradas de ti". A ver el chico era guapo, sus ojos eran preciosos, y el pelo rizado le hacía más encantador, pero yo no me fijaba en le físico de un chico, y ni mucho menos de no conocerlo de nada. No entendí nada de lo que pasaba mientras caminábamos hacia mi casa. Y, a parte, aunque lo hubiera conocido de antes, en esos momentos yo había dejado el tema amoroso en rincón muy apartado.
-Hemos llegado -  dije suspirando -, gracias por acompañarme -  intenté que no se me notasen las mejillas rojas, ya que era lo único que había dicho durante el camino, una simple despedida.
-No me ha importado, tranquila - dijo mostrándome otra de sus cualidades, una sonrisa perfecta.
Yo también sonreí tontamente y entre en casa con mi hermano.
Para mi sorpresa mi tía no estaba, y había una nota en la nevera,
"Lo siento Eva, me llamaron con urgencia del trabajo, Emma esta en la casa de la señora Kinddle, cuando recibí tu mensaje estaba ya saliendo, y no quise preocuparte, un beso"
Me asusté, la falta de mi hermana hizo que me alterara, salí corriendo a la casa de la señora Kinddle, aunque dudé unos segundos antes de abrir otra vez la puerta, pensé que igual el chico del pelo rizado seguiría ahí, pero no.
Desde dónde estaba yo, no veía ninguna luz encendida, me asusté aún más, tenía la  mano de mi hermano agarrada con fuerza, toqué la puerta bastante fuerte y nadie me abrió. Toque una vez más y la señora Kinddle apareció con una bata de color rosa que la tapaba hasta los tobillos, suspiré al recuperar algo de tranquilidad.
-¿Que pasa, hija?
-Lo siento, ¿mi hermana esta con usted?
-Si, hija, pero no hacía falta tanto alboroto, no me la iba a quedar. - dijo invitándome a entrar, después de ver la casa de Louis y los otros dos, esa casa se me hacía pequeña e incluso muy poco acogedora, lo que hizo que me sintiera despreciable - Esta dormidita, pero te dejo la manta para que la tapes por el camino.
La cogí, y en cuanto abrió un poco los ojos, dijo mi nombre, puse su cabeza en la depresión de mi cuello y la tapé entera con la manta verde que me había dado la señora Kinddle. Le di las gracias, cogí a mi hermano de la mano, y salí del pequeño y poco acogedor hogar de la señora.
Cuando entré en mi casa eran las nueve y media de la noche, así que tumbé a mi hermana en la cuna, le dí de cenar a Bill, y se durmió mientras le contaba un cuento sobre duendes y aliens, vamos, sus temas favoritos. Después fui a la cocina a limpiar todo lo que había ensuciado, y oí el sonido de mi móvil.
Fui corriendo a mi habitación para qué, tal música no despertara a mis hermanos. Pero no era mi móvil el que sonaba, sino el mismo que "según Louis" yo había cogido.
-Qué. - dije algo furiosa.
-Eh, ladronzuela, veo que Harry no ha podido quitarte el mal humor 
-¿Ahora quién ha robado el qué?
-Bueno yo no te he robado nada, te lo has dejado sin ninguna obligación.
-¿De qué hablas? - empezaba a oír mas voces al otro lado del teléfono, y me puse nerviosa.
-¿No sentías frío en la cabeza sin tu gorro?
No me había dado cuenta de que no llevaba puesto el gorro, se suponía que lo había dejado en el bolsillo del abrigo pero no estaba. Salí al balcón para poder hablar mas alto, aunque el frío me diera en ambos brazos.
-Pues ahora te toca a ti traérmelo a mi casa -  dije sobreponiéndome -, yo cumplí con tu móvil, ahora te toca a ti.
 -No se dónde vives, ladronzuela.
-Llámame Eva ¿si? Y sí, tu amigo Larry, sabe dónde vivo.
-Harry.
-Sí, Harry.
-Voy a coger el coche, voy ahora.
-¡¿Que?! ¿Ahora?
-Si, EVA, así que ponte guapa.
-No, ahora no, mis hermanos están durmiendo, y estoy sola.
Eso de estar sola era un plus demás, ya que vivía prácticamente sola con mis hermanos. El trabajo de mi tía no le permitía dormir aquí, conmigo. Era interna, así que no me importaba que viniese gente a visitarme, aunque en esos momentos la visita de Louis a mi casa, no me agradaba nada.
-Estoy a cinco minutos, adiooos  - dijo cantando la última palabra.
Me pusé una sudadera y la bufanda blanca, bajé a la puerta principal, dejando la puerta de la habitación de mis hermanos abierta por si se despertaban. Me quedé en la entrada esperando, y lo vi. Lo vi caminando, me había dicho que iba en coche ¿no? Me miró y me enseñó el gorro con vacilación, estaba riéndose, retiré la vista de él y esperé con mi mirada fija en el suelo de la entrada de mi casa. Cuándo estuvo en frente de mí, estaba esperando que le dejase entrar, en ese momento busqué sus ojos, para que solo con la mirada amenazarlo de que era un 'no' rotundo a entrar.
-¿No me vas a enseñar tu casa?
-No, dame lo mío, y te podrás ir.
- ¿Y si me voy sin dártelo?
En ese momento se dispuso a girarse, pero lo cogí con fuerza por el antebrazo, mi fuerza era indiferente a la de él, su brazo era corpulento, intenté no dejar de mirar sus ojos para que no notará mi sorpresa al tocar su músculo.
-Vaya, cuanta fuerza.
-Dámelo -  le dije susurrando entre dientes.
-Déjame pasar - dijo el de la misma forma.
Si quería perderlo de vista, tenía que dejarle entrar esperar a que me diese mi gorro y echarlo de mi casa. Algo muy trabajoso, sobre todo la parte en esperar a que me diese el gorro. Pero no me quedaba otra. Bajé la mirada de sus ojos, y me hice a un lado para que entrase. Subió las cortas escaleras y entró en la habitación de mis hermanos, para mi sorpresa no hizo ningún ruido, solo vi que acarició el cabello de mi hermana, amarillo con un rallo de sol, casi transparente. Yo me metí en la cocina para terminar de fregar todo lo que había recogido.
-¿ También eres ama de casa?
-Si, no estoy en tu misma categoría social, lo siento - dije sarcásticamente.
-No me refería a eso, Eva -  dijo ayudándome a enjabonar los dos únicos platos que había -  ¿vives sola?
-Si... bueno no, bueno no te importa.
Empezó a secar las ollas, y me aparté para observar como lo hacía. Le deje a él, el trabajo de mi día a día.
-A mi me gustaría vivir solo.
-Ya lo haces.
-Si, se podría decir que si - dijo riendo - pero aveces añoro el silencio.
-No es tan bueno como parece - dije mientras empezaba a recordar lo alegre que era mi casa cuando estaban mis padres.
-Si - se aclaró la garganta - supongo.
Salí de la cocina, dejándolo a él con las ollas y los platos. Fui al salón a recoger los juguetes de mis hermanos, y a barrer el estropicio que habían dejado. Cuando terminé el se acercó dónde yo estaba y se sentó en el sofá. 
-Deja eso - dijo invitándome a sentarme en el sofá con él, de alguna manera logró que descansara un poco.
Encendió la tele.
-¿Nunca ves las noticias o algo que no sean dibujos?
-Yo no veo la tele, la ven mis hermanos
En ese momento me entro nostalgia, nostalgia de no haber podido llorar lo suficiente esa mañana. Empecé a apretar mis ojos con mis puños para que no me saliera ninguna tonta lágrima.
-Ven - me dijo intentando que ponga mi cabeza en su pecho-, solo quiero entrar en confianza.
No pude aguantar más, apoyé mi cabeza en su pecho, intentando no mojar de lágrimas su camisa, que parecía ser bastante cara, la tela era suave, me gustó.
Y en ese momento, me sentí segura, segura con un completo extraño, pero me sentí bien.

Capitulo 3.

Pelo oscuro, ojos de color azul, y una sonrisa que mostraba confianza, pero no lo conocía, ¿por qué iba a contarle por que estaba llorando? En ese momento no me pareció de fiar, así que retiré mi  vista de la suya y fui a por mi hermano, lo cogí en brazos dedicándole una sonrisa al chico que estaba con él. y me dirigí a la puerta. Bill empezó a restregarse de entre mis brazos para poder bajarse, y yo hacía más fuerza para no ceder en su bajada. Cogí el mango de la puerta blanca, y empujé hacia adelante pretendiendo que se abriera, sin ninguna recompensa, ya que la puerta no se abrió. Bajé a mi hermano porque no podía abrirla. Golpeé mi hombro y brazo izquierdo intentando abrirla mediante mucha más fuerza, pero fue en vano.
-¿Es una broma no?
-Ninguna, ladronzuela - se levantó dirigiéndose a mi hermano -, hasta que no me digas porque llorabas, no te vas, perdón, no os vais.
Le quitó el abrigo a mi hermano y la bufanda, él salió corriendo, otra vez al sofá, dónde, en ese momento, el chico de pelo rizado estaba viendo la tele.
-Soy capaz de gritar -  le amenacé
-¿Tanto te cuesta serme sincera? - dijo volviendo a sentarse
Empecé a enrojecer de rabia, mis dientes casi rechinaban de la fuerza en que los apretaba.'¿Puedo salir por la ventana? Si, eres muy lista Eva, desde un décimo lo que sea, te vas a tirar ¿no?' pensaba mientras obligaba mi cerebro a tener ideas para poder salir de ahí.
Entre el pánico que tenía de que le pasase algo a mi hermano, y que su sonrisa cada vez me ponía más nerviosa, solo supe coger mi móvil con fuerza y sin esperar a que él se alarmara a que llamase a alguien, mandé un mensaje a mi tía diciéndole que no se preocupase, que iba a llegar un poco tarde.
-Esto va durar mucho, ¿no?
-Sí -  dijo con un tono de voz bastante ridículo -, aunque depende de en qué momento sueltes por esa boquita la razón de tus lágrimas.
Imité a mi hermano, y me quité el abrigo, me senté lo mas alejada que pude del tal Louis. Empecé a observar la casa. Si me quede perpleja con la puerta, que decir con lo que había dentro. Había una habitación, donde estaba mi hermano, con el sofá de colores y una mesita blanca en medio, la tele era mucho mas grande que la que tenía yo. Y en la habitación que estaba yo, suponía que era el comedor, ya que estaba sentada en una silla que se componía de varias iguales alrededor de una mesa rectangular, dónde había dejado mi abrigo. Empecé a observar todo, con detalle. Iba a ser la única vez que estaría en una casa como esa, ¿no? 'Tenía que soñar alguna vez para verla de nuevo' pensaba.
Mi vista no alcanzaba mas allá de donde estaba, había un pasillo detrás del arcón que separaba el salón del comedor.
-Bueno Louis, tu amiga no es de mucho hablar, eh. - dijo Liam
-En algún momento hablará, la torturaré si hace falta.
-Uno, no soy su amiga -  dije mirando a Liam -  y dos, no hace falta que me tortures, te diré porque lloraba.
-Oh, esto se pone interesante, venga miéntenos - dijo Louis
-Harry, ven que se dispone a hablar - chilló Liam, al chico que estaba con mi hermano.
Tenaía bastante claro que no iba a decir la verdad, supuse que como las chicas de mi edad sufren continuamente por amor, sería una buena escusa que proponer.
-No voy a mentir - dije seria -, llevaba un par de semanas con un chico que conocí en el colegio de mi hermano, era el hermano de un compañero del mio - seguía mientras los tres chicos, junto con mi hermano me miraban atentamente -  estuvo todo muy bien, hasta que ayer me enteré de que me puso los cuernos con una amiga mía, y fin de la historia. Lloraba porque lo echaba en falta, y porque me hizo daño, punto.
-¿Qué amiga? -  dijo mi hermano, y los tres asintieron cómo estando de acuerdo con la pregunta.
-A ti no te importa, Bill, y ahora nos vamos ¿no?
-No me lo creo -  dijo Liam
-Yo tampoco - dijeron el de rizos y Louis a la vez.
Resoplé, y cogí mi abrigo, llevando a mi hermano de la mano.
-Yo he cumplido, que lo creáis o no, no es cuestión mía -  estaba de pie, pero ellos ni se dieron la vuelta para abrirme la puerta - Ahora, abrid la puerta, por favor.
-¿Como te llamabas? - Preguntó Louis a mi hermano
-Bill, tengo 4 años, ¿y tu?
-Me llamo Louis y tengo 20 años - cuando terminó la frase, me quedé atónita.
"¿20 años? No los aparenta" pensé, incluso creí que tendría mi edad, pero no, me llevaba tres años en ese momento.
-Bueno, Bill de 4 años, ¿que has echo hoy? - le dijo mirándome a mí
-Pues he ido a...
-¡Bill cállate! - dije interrumpiéndole -No tienes que contarle nada.
-E aquí al delator, vamos Bill, ¿te gustan las zanahorias? -  dijo llevándose a mi hermano al pasillo de detrás del arcón.
-Espera, no te lo lleves - dije nerviosa - Te diré la verdad.
La idea de que se llevasen a mi hermano no me gustaba, preferiría mil veces contarle a un completo desconocido el por qué de mis lágrimas, nunca lo había hecho pero antes de perderlo de vista un momento, no me podía permitir esa angustia de no saber que podía hacer. Esa vez me senté en el sofá de colores, quería, por lo menos, estar cómoda para la primera vez que iba a contar con mi propia voz, que mis padres murieron, no iba decir que fue por mi culpa, porque estaba mi hermano delante. Así que empecé como cualquiera lo haría, directa al grano.
-Mis padres murieron hace un año, justo hoy, hace un año - mi hermano estaba en otro mundo lo que me pareció bien, no quería que escuchase una historia que ya sabía - un camión - dije entrecortadamente, sentí que mis ojos se ponían llorosos, así que mire hacia arriba - tuvieron una accidente cuando...
- No hace falta que sigas. - dijo Louis, revolviéndose el pelo, parecía nervioso y me miraba con pena, algo que no me gustaba.
-Ahora quiero hacerlo, me has, prácticamente, obligado y ahora quiero contarlo -dije mirándolo con rabia- habían salido a comprar, y un camión, de carga inflamable, se encontró con el coche de mi madre, no quedó rastro del conductor, que según la policía iba fumando - sin quererlo ya estaba llorando, pero intenté no alterar el sonido de mi voz. Los tres ya no me miraban atentos, si no con pena. -, y cuando estaba en el parque, mi hermano estaba con mi tía en el cementerio, lo siento, no suelo llorar nunca - quería tener un tono irónico, pero no lo conseguí -, ese era mi día.
Los tres se quedaron callados, yo me levanté del sofá, cogí mi chaqueta y llamé a mi hermano, Liam se levantó detrás de mí para abrirme la puerta, y salí sin despedirme. Entré en el ascensor, pero no sabía cual era el botón para ir a la primera planta. Así que decidí salir a buscar algunas escaleras, 'tendrán que tener'.
Pero una voz, poco familiar, dijo mi nombre, me giré.
-Espera, te acompaño - dijo el chico de pelo rizado, Harry.

jueves, 16 de agosto de 2012

Capitulo 2.

Las 6 de la tarde, decidí llevar a mi hermano al encuentro que iba a tener con el tipo del móvil. Cómo siempre, mi hermano quería ir simplemente para montarse en la noria, así que tuve que sacar algo de dinero de la hucha familiar. A mi tía le habían dado el día libre, así que se quedó con Emma. Me estuve cambiando de ropa unas mil veces, porque no quería parecer una chica necesitada de robar un móvil, a parte estuve, también, haciéndome un pequeño discurso de qué le iba a decir a cierta persona. Se me pasó el tiempo volando, y ya eran las 6:30, así que apuré un poco en mi mente lo que tenia pensado decirle, le puse una bufanda a mi hermano, y yo me puse el mismo gorro de aquella mañana, respiré hondo un par de veces antes de abrir la puerta de la casa y salimos.
Durante el camino Bill me contaba sobre su colegio y sobre qué  flores les habían llevado a mis padres, había mucha gente, bueno, gente no,chicas, y algún par de chicos, con pancartas con fotos de tipos que no conocía en ese momento. Se habían amontonado justo enfrente de la entrada al London Eye, así que, como eran menos diez, me quedé esperando a un lado. Supuse que "lo reconocería" según él.
-Tiene que haber algún tipo, que le pegue el nombre Louis, ¿ves a alguien?
-No, pero quiero un algodón de azúcar, ¿ me compras uno?
Me miró haciendo pucheros y me convenció, fuimos a un puesto de dulces que había cerca de dónde estábamos. Y mientras nos dirigíamos al mismo lugar, el alboroto de chicas empezó a chillar.

Empezaba a hacer fresco, y le acomodé la bufanda a Bill para que le abrigara todo el pecho. Miré mi reloj, y ya eran las siete en punto.
Un chico con un abrigo marrón se estaba acercando a nosotros. Levanté a mi hermano en brazos. Y vi que me miraba descaradamente, tenía los ojos verdes y el pelo rubio, casi tan rubio como Emma. Por un momento me asusté, porque venía directamente hacia mi, iba bastante camuflado, una bufanda blanca rodeaba todo su cuello, hasta un poco mas arriba de su boca.
-¿Tu eres la del móvil? - me dijo mientras seguía acercándose a mí.
-¿Eres Louis?
- Si, osea no, pero sígueme, él esta por aquí.
Le seguí bastante cautelosa, estaba con mi hermano, no creía que fuera a hacerme nada. Cuando me di cuenta ya nos habíamos alejado bastante de la multitud de chicas. Pero se seguían oyendo sus gritos. Mi hermano me empezó a susurrar al oído que quería montarse en la noria, y le dije en voz alta que luego volveríamos, haciendo que el chico rubio girase un poco la cabeza. Bill empezó a  cantar canciones infantiles, y yo le seguí, sin darnos cuenta estábamos cantando muy alto, llamando la atención del chico y haciendo que se riera. Me empezaron a doler los brazos por estar tanto tiempo con mi hermano en brazos. Así que lo bajé y empezó a andar.
Habíamos llegado a un tipo de edificio, con una pinta de que debía costar muy caro vivir allí.
-Espera, ¿donde esta el chico del móvil?
-Arriba, tranquila solo hay que subir a...
-Yo no pienso subir, te lo doy a ti, si eso.
-Niall, Zayn esta solo en... Vaya, no pierdes el tiempo eh
Un chico de pelo castaño claro prácticamente liso y el flequillo hacia un lado, había aparecido de repente. Los dos estaban hablando y yo me percaté de cogerle fuerte la mano a Bill, mi desconfianza aumentaba según veía como hablaban, sin perder tiempo pregunté.
-¿Eres Louis? - dije un poco nerviosa
Sin razón alguna, se empezaron a reír, algo que me enfadó.
-¿Eres Eva no?
Asentí, sin saber porque sabía mi nombre. Y luego recordé habérselo dicho al tipo del móvil.
-El es Liam - moví la cabeza para que pareciera un saludo, pero se me acercó y me dio un beso en la mejilla  -, él te va llevar con Louis, yo tengo que irme.
Sin esperar una respuesta se fue corriendo por la dirección que habíamos venido. El otro chico, Liam, seguía mirándome, me incomodó.
-¿En serio no sabes quiénes somos?
Tras reconocer su cara, respondí.
-Oh sí, ya me acuerdo -  en la cara de Liam apareció una bonita sonrisa -, tú estabas con el que me cogió el gorro ¿no?
La sonrisa se le borró al terminar de contestarle, y me miró incrédulo.
-Vamos, que nos están esperando.
-Ya le he dicho a tu amigo que no voy a subir.
-Anda Eva, que no mordemos, es más -  dijo mirando a mi hermano -  tenemos algunos juguetes que te gustarán.
Eso hizo que mi hermano me volviera a mirar con una estúpida mueca, solo intentaba volver a poner la misma cara que cuando le hube comprado el algodón de azúcar: pucheros.
Subimos por un ascensor, que si no hubiera sido por que él presionó un botón, yo no sabría ni como usar ese panel de botones.
Cuando se abrieron las puertas sonó la típica música de los ascensores en las películas, el sonido hizó que me quedara un rato dentro del ascensor intentando averiguar de dónde salía, parecía una niña pequeña andando en círculos pequeños y mirando hacia arriba, dónde no encontré una respuesta a mi duda.
Creía que era la última planta, porque cuando salí no habían ni 4 ni 3 puertas, lo normal en un edificio de apartamentos, solo había una sola puerta, y no era una puerta normal, creo que del ancho de la cómoda de mi habitación, y la altura como el armario al que nunca llegaba a coger nada.
Mi hermano no se lo pensó dos veces y entro corriendo, yo detrás de él, para que no se metiera en líos, dejando atrás al tal Liam.
Cuando entre a esa... ¿mansión? Me puse a comparar mi casa con aquella cosa gigante. Mi casa era un cuarto de basura, comparado con lo que vi. Había unos cristales en una parte de la "mansión" envés de paredes, se veía la luna, la luna enfermiza, de un color amarillento. Y ahí estaba el Big Ben, con el reloj apuntando a las siete y cuarto.
-Llegas tarde a nuestra cita previa, señorita.
Me giré de golpe al oír la voz del tipo que tenía mi gorro, me lo quité enseguida y lo guardé en el bolsillo del abrigo, dejando mi pelo despeinado.
-Te vuelvo a decir, que me lo encontré en el suelo, no fue mi intención...
-Y yo te vuelvo a decir que no importa -  le interrumpí, y saqué su móvil de mi bolsillo del pantalón - , toma.
Empecé a buscar a mi hermano con la mirada, y lo vi en un sofá de colores que había mas adentro de la "mansión", estaba saltando feliz, con otro chico, de pelo rizado, me hizo gracia que sus rizos volaban al igual que la bufanda de mi hermano.
-Vaya, ladronzuela, ¿para que querías mi móvil?
-Estoy segura de que a eso puedes responder tú.
-Sí responderé, pero todo a su debido tiempo -  me indicó con los ojos que me sentara, y lo hice estaba cansada -  cuéntame tu primero, ¿porque llorabas?

miércoles, 15 de agosto de 2012

Capitulo 1.

Era por la mañana, cerca de las 5, oí a mi hermana llorar, y me fui a la cocina a prepararle el biberón, la acuné un poco y se durmió otra vez. Me encantaban sus rizos rubios, idénticos a los de mi madre, por otro lado mi hermano se parecía mas a mi padre, cómo yo. Cabello de color castaño y completamente liso, su nariz era igual de fina que la mía, y los tres compartíamos la misma tez blanquecina de mi madre.
Parte de mi sueño se había acabado así que decidí quedarme con ellos en la antigua mecedora de mi madre, viendo poco a poco como empezaba el día mas triste de mi vida. Había pasado ya un año desde que murieron mis padres, y ese día, era un día de culpabilidad.
Mi tía tenia nuestra custodia, ya que a mi me faltaban meses para cumplir los dieciocho, y estaba averiguando por medios desconocidos si en el momento de ser mayor de edad, podía pedir yo su custodia. Algo ilógico que me la diesen, ya que una chica, de casi 18 años, sin trabajo y con una única experiencia laboral, que era mas doméstica que otra cosa, se suponía no podía mantener a dos niños menores...
Los primero meses de la muerte de mis padres, no comí, no salí, ni si quiera quería ver a mis hermanos, me recordaban mucho a ellos, y me hacían sentir mucho mas culpable. Mi tía intentó animarme, pero no lo consiguió hasta que me hizo ver la realidad.
-¿Quieres, también, perder a tus hermanos?
-No - dije cayendo en qué había hablado sin quererlo.
- Bien, una respuesta - continúo ella de pie, con la misma mirada de conflicto que poseía-. Si no los quieres perder tienes que ayudarme, yo he conseguido dos trabajos a tiempo parcial, pero ¿sabes? alguien se tiene que quedar con ellos.
Ese fue el momento en que volví a la vida, por ellos, mis hermanos, ¿como no podía ver que en realidad me necesitaban? Qué habían perdido lo mismo que yo, que sin darme cuenta ellos también estaban sufriendo lo que yo sufría. Aunque claro, Bill tenia 3 años y Emma solo 1 año. Pero la falta siempre se hacía notar, ya no era mi madre la que iba en busca de mi hermana cuando lloraba, ya no era mi padre quién se sentaba en el sofá e insultaba a los jugadores del equipo contrario cuando veía el fútbol, ya no era yo la misma... Sí, mi casa se convirtió en auténtico cementerio.

Y esa mañana, teníamos que ir a otro cementerio, al cementerio de Highgate. Una misa, ¿para que queríamos una misa? ¿para recordar que están muertos? Eso no era de ninguna ayuda.
Eran ya las 7 de la mañana y fui a prepararle la ropa a mis hermanos, Bill tenia ya 4 años, aunque sus conocimientos y su comportamiento le hacía aparentar algún que otro año más, me decía que en el colegio le estaban enseñando todas las letras del abecedario. Y al final de todo, siempre me decía, que cuando supiera escribir muy bien, le escribiría una carta a papá y mamá. Eso siempre me hacia derramar alguna lágrima, pero tenia que ser valiente, no por mi, sino por ellos.

"Eres una inútil" Eso fue lo último que le dije a mi madre. Se suponía que me iba a coser una falda que me había comprado en una feria, pero no pudo con la tela, y se acabo descosiendo toda la parte de atrás, estaba tan enfadada que fueron las primeras palabras que se me cruzaron por la cabeza, la inútil era yo. Por la tarde quería darme la sorpresa de cogerme otra falda, y se fue con mi padre.
Lo único que nos dieron en el hospital, fue una bolsa de papel con la falda dentro, y el collar que le regale a mi madre por su cumpleaños, lo demás estaba quemado, junto con ellos. Intentaron curarle las quemaduras al instante, poniéndolos en hielo, y no se qué más cosas, pero ya era bastante tarde...
No lloré cuándo mi tía me abrazó con fuerza, diciéndome que ya nos las arreglaríamos, no lloré en su entierro, no lloré en los dos meses que estuve sin comer y sin hablar. Entre en shock, ¿y quién no? Fue mi culpa. Fue completamente mi culpa. Si no me habría quejado ella no habría cogido el coche, y no se habría estrellado contra ese maldito camión, no habría salido en llamas...
Cambié a mis hermanos adormilados, y cogimos un taxi hasta la iglesia donde se celebraba la misa de mis padres, acabado esto, mi tía se llevo a mis hermanos al cementerio.
-Tranquila, puedes irte, yo iré con ellos.
-Eva ¿porque no quieres venir?
-Bill, no es que no quiera ir -  me agaché para acomodarle la chaqueta negra que llevaba puesta - es que no...
-Tu hermana tiene que ir a hacer unas compras, ¿de acuerdo? Luego la vemos en casa.
Sonreí a mi tía, y me despedí de mis hermanos.
Caminé y caminé sin llevar ninguna dirección, estaba asimilando cuántos pésames me habían dado durante toda la mañana, cuántas miradas con lástimas me habían observado, 'un año, no me lo puedo creer' pensaba.
 Hasta que acabé en un parque, el parque dónde me llevaba mi padre a volar cometas, dónde me cogía en brazos para que la cometa estuviera a más altura. Nunca pudo llevar a mi hermanos, nunca podrá.
El abrigo negro que llevaba me mantenía caliente, pero quería sentarme en el césped, y el pantalón blanco lo pagaría caro si no me sentaba encima. Todavía llevaba la bufanda negra sobre el cuello, colgando por mi pecho, y el gorro que me compró mi padre, adornaba mi cabeza. Empecé a llorar desconsoladamente, ese fue mi momento de tristeza, no de culpa, si no, de haberme dado cuenta de que había pasado un año, de no tenerlos a mi lado, de no sentir sus caricias cuando las necesitaba, e incluso sus gritos cuando hacia algo mal.
Ni si quiera tenia amigos en ese momento, para compartir mi sufrimiento. Sus llamadas y sus continuas visitas después del funeral de mis padres, fueron escaseando, los perdí al mismo tiempo que perdí a mi padres, lo perdí todo con ellos, excepto mis hermanos, ellos eran lo único que me quedaba, lo único que me hacía no decaer en depresión.

De repente empezó hacer viento, helado, y deshice como pude la bufanda para taparme un poco los hombros. Entre mis desmesurados movimientos en intentar no pasar mucho frío, el viento se llevo mi gorro, me toqué la cabeza incrédula de que no estaba. y me levanté, sacudí la chaqueta y me la puse. Corrí por todo Waterlow, era bastante grande, todavía seguía con los ojos llorosos, y veía un poco borroso, pero lo reconocí,  reconocí mi gorro, reconocí su color, su textura, excepto a quién lo llevaba puesto.
Y fue entonces cuando los vi.
Me acerqué corriendo, me faltaba aire, y apoyé mis manos en mis rodillas para descansar antes de pedirle lo que era mio. Estaba justo detrás de los cinco, cuando uno se giro y me dijo.
-Tenemos una fan acechándonos
Todos se giraron y vieron mi falta de aire, no sentía vergüenza, ellos habían cogido mi gorro, ellos tenían que tener vergüenza ¿no?
-¡Dámelo!
-Creo que no es una fan, Liam
Me acerque al que tenia mi gorro, y se lo quite de golpe.
-¿Era tuyo? - ya me había dado la vuelta para cuando lo dijo - Lo siento estaba en el suelo.
- No importa - le dije sin mirar atrás.
Para mi sorpresa sentí que ponía su mano en mi hombro intentando pararme, pero quité su mano de mi espalda y seguí mi camino. Aunque aceleré el paso y estuvo al lado mio.
-Espera, en serio, lo siento.
- Que no importa, de verdad, ¿me vas a dejar?.
-¿Has llorado?
Le mire desconcertada, 'A ti que mas te da' pensé.
Seguí caminando aun mas rápido, casi corriendo. Hasta que lo perdí de vista. Empece a tranquilizarme y a limpiarme la cara con el gorro, me lo puse en la cabeza y me dirigí a casa.
Cuando llegué mis hermanos ya habían comido, ¿había pasado tanto tiempo?
Efectivamente, eran casi las dos de la tarde, cuatro horas de frió, cuatro horas para soltar mi nudo de la garganta, cuatro horas que iban a ser las únicas de ese año en las que podría llorar... O eso creía.
Me quité la chaqueta, y sentí en uno de los bolsillos algo más pesado que las llaves, lo cogí, era un móvil, bastante caro. Se me callo al suelo, y lo cogí rápidamente. 
-Esto no es mío. - me dije a mi misma.
Empezó a sonar, y no sabía si responder o no, al fin y al cabo no era mi móvil, pero estaba en mis manos, y nadie reclamaba por el, así que contesté.
-¿Si?
-Nombre
-¿Que?
-Tu nombre.
-Eva, ¿tu eres...?
-El propietario del móvil.
-Lo siento, lo acabo de encontrar en mi bolsillo, le juro que ni si quiera sabia que estaba ahí.
-A las 7 de la tarde en la entrada del London Eye, ¿podrás ir no?
- Si, claro, ¿como se llama?
- Louis, Louis Tomlinson. Me reconocerás, ¿de acuerdo?
Sin esperar respuesta, colgó.
-No te voy a reconocer, si no te conozco.