jueves, 27 de diciembre de 2012

Capitulo 48.

Todavía estaba oscuro, y no quise hacer mucho ruido. Bajé a la cocina y encendí la luz, me preparé un café con leche y empecé a volver al pasado de una manera más depresiva.
Cuando Harry y yo decidimos comprar aquella casa, fue más que nada por el hecho de mis idas y salidas hacía las ciudades que me indicaba el señor Quendeck, aquel apartamento ya no les servía de nada, y simplemente era un alquiler por las prontas entrevistas que tenían por el centro de la ciudad. Y poco a poco cada uno se fue comprando una casa propia, así que no fuimos menos, Harry yo empezamos a mirar a las afueras de la ciudad, mi casa la utilizábamos para almacenar los continuos papeles que el señor Quendeck y el detective acumulaban, prácticamente se había convertido en su despacho. Eleanor se dio un tiempo de desaparecida, aunque la llamaba todos los días para saber cómo estaba, Louis se lo tomó mucho peor y cuando por fin ella se decidió a volver el estado de ánimo de él cambió radicalmente, de estar metido en su habitación (de la casa dónde antes vivían los cinco) a salir todos los días con ella, hasta que, por supuesto, empezaron los viajes y las entrevistas al rededor del mundo... Aunque después de cinco años de vivir con Harry, yo me acostumbré a estar semanas sola, sin él. Por lo menos nos teníamos las unas a las otras. Niall estuvo saliendo con una chica que conoció en uno de sus conciertos, no tenia fama, y eso fue lo que me encantó de ella, era como yo. Una simple chica de la ciudad, aunque por lo menos ella era directioner algo que en su momento yo no fui. Zayn ya no tenía nada serio con Perrie, aunque estuvieron en una ida y venida muy extraña, según la prensa rosa y los programas de la tele, ella le había dejado por infidelidad, algo que yo no creí, y fui a hablar con él, quien me explicó que fue al revés. La verdad es que no me lo esperaba, ella parecía de verdad quererle... Aunque pareció ser todo una farsa...
Y en esos momentos ellos dos eran los que estaban solteros, una polémica entre las fans. A mí, me seguían odiando unas cuántas y otras pocas me admiraban. Las parejas más populares de entre los chicos, eran las de Danielle y Eleanor, lo envidiaba. Hubiera deseado poder ponerme a su altura, aunque nunca lo logré, algunos decían que estaba con él solo por la fama, ¿cómo iba a estar por la fama si antes ni sabía quiénes eran? Otros decían que todo era una mísera mentira, que yo solo era una amiga, bien, eso no me molestó, pero que añadieran a un sustantivo 'amiga' diversos adjetivos malsonantes, no era de mucho agrado.
Los pasos de Harry interrumpieron mis pensamientos.
-¿Otra vez? - dijo abrazándome por detrás y dándome un beso en el cuello.
-Otra vez - un suspiro acompañó mi respuesta - ¿te he despertado?
-No, simplemente echaba de menos tu cuerpo al lado del mío...
-Vaya... ¿Y como me remplazas en los viajes que haces?
-Bueno, Lou duerme conmigo, -rió - porque él también la echa en falta, ya sabes.
-Claro, claro, ¿hasta que hora tenemos?
-Pues - miró hacia el reloj que puso Louis en una pared del comedor -, el avión sale a las doce, así que tenemos tiempo, ¿quieres que te acompañe?
-No, si no era por eso, no te preocupes.
-¿Segura?
-Sí, segurísima, de todas formas van a ser malas noticias, ya me estoy acostumbrando, aunque ya sabes, no me voy a rendir.
-Sí, lo sé. Pero esta vez quiero acompañarte. Por algo te ha dicho que es de urgencia y...
-Ya saber como son sus "urgencias" - ironicé esa última palabra -, será porque le faltará alguna firma o algo así.
-Bueno - dijo sirviéndose una taza de café -, igualmente te voy a acompañar, sí o sí.
No pude contrariarle, en cualquier caso, sí que prefería que me acompañase. Me había acostumbrado a ir cada mañana a mi casa dónde estaban el señor Quendeck y el detective, y que me diesen las típicas noticias de 'estamos haciendo todo lo posible' o 'necesitamos tales papeles'. Por supuesto, para todo ello, necesitaba dinero. Por lo que tuve que vender la casa que teníamos en Irlanda, esa casa iba en herencia de mi hermano, pero antes que eso, prefería encontrarlo y ya en su momento si me lo hubiese pedido, le hubiera dado todo lo que me había gastado. No quise aceptar el dinero de Harry, ¿para qué? ¿Para qué tengan más razones y se hubieran metido más conmigo? Podía valerme por mí misma.
-Por cierto, ¿quién es Evelyn?
-¿Evelyn? ¿No querrás decir Caitlyn?
-No sé, Harry, la chica de Niall, o quién sea. El otro día que lo llamé me contestó ella y no me lo quiso pasar. Eso no pasaba cuando estaba con Claudia.
-Es que no te conoce, tenías que haberle dicho que eras mi novia.
-¿Qué quieres decir con eso? - no era muy normal que él y yo discutiéramos, pero de vez en cuando lo hacíamos - ¿Solo me consideran por salir contigo o qué?
-No me refería a eso, cielo, pero ella...
-Qué sí, ya te entendí.
Dejé la taza de café con leche medio llena y salí de la cocina, claro que sabía que se refería a que no me conocía, pero todavía me seguía afectando, en esos momentos, no ser alguien a parte de la novia de un componente de la banda más conocida en el mundo. Solo era una más, mientras que Eleanor ya se había convertido en una modelo profesional, y Danielle ya tenía un contrato permanente con una empresa de baile, mientras que yo seguía siendo aquella chica que ni siquiera tenía una carrera.
Subí a la habitación y abrí la única ventana que había, daba directamente al campo, era una casa a las afueras de la ciudad, el mejor sitio para vivir. Corrí las puertas del armario y ahí estaba, llevaba mucho tiempo sin ponérmelo, el collar de mi madre, estaba en la caja de dónde aquella vez Harry me regaló el collar que en ese instante lo llevaba puesto. Lo acaricié y volví a correr la misma puerta ocultando aquella parte del armario, saqué lo primero que vi, unos vaqueros y una camisa blanca con encaje por detrás, me puse unas botas, y salí de la habitación. Me crucé con él cuando me dirigía a la entrada.
-¿Te vas ya?
-¿Tú qué crees?
-Cinco minutos, ¿vale?
Subió a toda velocidad, y yo bajé con toda la parsimonia del mundo, llegué a la entrada y empecé a ponerme el abrigo, aunque todavía era finales de otoño el frío parecía de invierno. Me puse el gorro negro, el último regalo de mi padre... Cogí el móvil y para mi sorpresa tenía tres llamadas perdidas de esa noche. Me había acostumbrado a dejar el móvil en silencio y ponerlo en la pequeña cómoda que había en la entrada, por lo que habían veces en las no me enteraba de quién me llamaba o mandaba un mensaje.
Empecé a ver de quién eran las llamadas, todas desde el número fijo de mi casa. Y a los pocos segundo un mensaje de voz llegó a mi móvil. Maqué el número del buzón de voz y empecé a oír las palabras del señor Quendeck después de la voz de una operadora que me indicaba a que hora lo había mandado.
No me pude creer lo que oí, y el móvil se resbaló de mis manos, no pude ni pestañear, y me quedé inmóvil.
-Vale, ya estoy, nos vamos - seguí inmóvil, él se acercó a mi  para coger su abrigo, y se dio cuenta de mi asombro - ¡Eva! ¿Qué pasa?
No supe reaccionar, había deseado tanto recibir esas noticias, pero no pude reaccionar, hablé con un hilo de voz, resumiendo todo lo que me decía en aquel mensaje de voz.
-Los han encontrado.
Dije, todavía sin moverme.

martes, 25 de diciembre de 2012

Un pequeño informe :)

Quería comentaros que como ya había dicho que la novela está por acabarse, pues voy a ir corrigiendo uno a uno los capítulos que he ido subiendo, ya que como habéis podido comprobar mis faltas de ortografía son bastante comunes.. jejejejeje. Bueno, el caso es que he ido calculando cuántos capítulos quedan y bueno... Voy a ir extendiéndome todo lo que pueda, porque, para que mentir, ¡yo tampoco quiero que se acabe!
Igualmente estoy retorciéndome el cerebro con las ideas para el próximo fic que escriba, espero que os guste tanto como este. :D
OS QUIERO LECTORES ^^

Capitulo 47. (parte 2)

Me levanté de la cama, no podía seguir durmiendo, no tenía pesadillas, directamente, no soñaba nada. Eso era lo que más me molestaba: no soñar nada. Comprendía que no tenía una motivación de alegría, unos llantos que me despertasen a esa hora, las cinco de la mañana, pidiéndome el biberón, u oír mi nombre de la voz de mi hermano, gritando que habían payasos debajo de su cama. Nada. Intentaba calmarme pero me era imposible. No podía seguir adelante sin ellos, lo sabía yo, lo sabía Harry, lo sabían todos... Apenas salía, aunque Eleanor y Danielle siempre intentaron sacarme de nuestra casa, la de Harry y mía.

"...Cuando retomamos el rumbo a la casa de los chicos, me sentía más serena, aunque no tuvo ningún sentido el haberle besado. Sí, me sentí muchísimo más culpable de lo que era, pero de todas formas, entre él y yo ya no habrían más inconformidades en cuanto a nuestros sentimientos. Él amaba a Eleanor y yo... yo, no sabía ni por qué dudaba al responder si amaba o no a Harry. ¡La respuesta estaba clara! ¿no?
Con las piernas temblándome esperé detrás de Louis, para que abriese la puerta. Tenía que hablar con ella sí o sí, las cosas con su novio ya las había aclarado, solo me quedaba ella. Y me iba a costar mucho más...
-¿Quién eres? - su grito provenía del piso de arriba, también se oyeron pasos.
-Cielo...
-¿Tú? - vestía con un pijama algo infantil - ¿que quieres aho...? Anda, pero si has venido tú también..
-Eleanor, quiero hablar contigo, por favor, no...
-Bien, perfecto, ¿de qué quieres hablar conmigo? ¿os habéis declarado amor y me lo venís a contar? ¿o qué pasa ahora? - su tono irónico me hizo daño.
-Por favor, ella no tiene la culpa de nada, habla con ella, por favor.
Minutos de silencio en los que las miradas de Louis y Eleanor no se separaron, pensé que quizá ese momento de hablar era de ellos, y se me pasó por la cabeza salir de la casa. Hasta que él retiró la mirada, algo que creí, la molestó.
-Yo ya me voy,  - me hablaba en un tono muy bajo - si pasa cualquier cosa, llámame, a mí o a quién sea, pero creo que igual te vendría mejor pasar la noche aquí.
Asentí, me dio un beso en la mejilla, y se acercó a Eleanor, para darle otro, aunque ésta le retiro la cara, y en ese momento me miraba a mí. Salió de la casa cerrando la puerta con fuerza, el ruido del motor del coche  no nos inmutó ni a mi ni a ella. Seguíamos mirándonos, y yo ya no sabía que hacer, apartar la mirada hubiera sido un signo de culpabilidad, que era como me sentía, y mantenerla de desafío, algo que no quería. Así que hice lo primero. Miré hacia el suelo, después mi manos y empecé a hablar.
-Mira... Sé que me odias, sé que te tenía que haber contado todo lo que había pasado, pero de una manera u de otra no ha sido tan grave..
-¿No ha sido tan grave? Por favor, Eva, mi novio, ¡mi novio! te había dicho que si yo no hubiera existido ni el tuyo tampoco, hubierais estado juntos, ¿como se toma una eso?
-Pero, no me refiero a eso Eleanor, al principio yo ni te conocía. Yo... yo sentí algo desconocido cuando lo vi por primera vez, después supe que estabas tú. Y me aparte totalmente, entonces él...
-Él te dijo aquello y tu volviste a sentir cosas por él, ¿me equivoco?
-Sí, te equivocas. - subí el tono - No volví a sentir nada, porque nunca sentí algo. Admití que sí, que si ni tú ni Harry estuvierais, y lo hubiera conocido, sí que estaría con él, ¿que mal hubo en decir eso?
-¿Que qué mal? Joder, Eva. ¿No te entra en la cabeza que con haberlo admitido, con, con si quiera haber escuchado las palabras que te decía ya me estabas traicionando? Eras mi amiga, y mira, si para ti el que sean solo palabras y nada más, signifiquen poco, no merece la pena que sigas disculpándote o lo que quiera que estés haciendo aquí.
-¡Me estoy disculpando! ¿Qué hago aquí entonces? ¿Restregarte que él prefirió en su momento estar conmigo? ¡Pues no! Eleanor, él te ama. Yo... Yo no soy nada de él ni nunca lo seré. ¿No lo entiendes?
-Si me amase, no te habría dicho nada a ti. Si mi amase de verdad, no estaríamos en un hilo. ¿Sabes? Cuando te conocí, me diste una confianza inconfundible. Me mostraste algo que nadie nunca lo hizo. Y ahora me entero de que por poco mi novio me pone los cuernos contigo, por favor, Eva, ¿cómo me lo tomo? Dímelo, ¿cómo?
Me quité el abrigo y me adentré en la casa. Dejé mis cosas en el sofá mas próximo, me senté en el y seguí hablando.
-De todas formas... Aunque nunca logres perdonarme, por lo menos perdónale a él.
-¿En serio? - se sentó al lado mío -, ¿pretendes que le perdone a él, siendo quién te condujo a todo esto?
-En parte no solo fue él, y lo sabes. La culpa se reparte- "Harry, te echo de menos, necesito un abrazo tuyo" pensaba mientras seguía hablando -, nadie es perfecto Eleanor, y si encuentras a alguien así, ¡por Dios! Será el que mas defectos tenga. Pero a pesar de todo lo que ha pasado, él se ha dado cuenta, aunque ya lo sabía, de que te ama, te ama mucho...
-No me refiero a la perfección o a la imperfección. Solo digo que todo esto me hace daño. Sé que lo que te paso a ti con Mike, fue distinto, él si te puso los cuernos, y bien puestos.. - reímos las dos -, pero a mi nunca me ha pasado algo así, no se como tomármelo y así es la única forma que encuentro de sentirme a gusto...
-¿Cómo? ¿Insultándonos? ¿Echándonos en cara todo lo que ha pasado? Cielo, yo te quiero, pero una llega en el punto en el que no aguanta, y tengo problemas mayores en los que ocuparme, lo sabes.
-Sí... Y lo siento, pero ahora mismo, no se como actuar... Lo siento - se levantó del sofá y subió las escaleras.
Apoyé los codos en mis rodillas y mi cabeza reposaba en mis manos. No paraba de darle vueltas a todo, mis hermanos, Harry, Eleanor, Louis... Mike. Me acordé de que tenía que llamarle cuando llegará a casa, algo que no pasó en esos dos días, cogí el móvil y marqué su número.
-Hola - dije sin esperar a que él hablase.
-Anda, por fin me llamas.
-Lo siento, no he pasado por casa, y...
-No, sí ya lo sé. Estoy con Harry, ¿querías algo aparte de ponerle celoso?
-Bueno, saber como estás, y.. ¿estás con él?
-Sí, preciosa - su voz me cambió el ánimo.
-¿Qué haces con Mike? ¿Dónde estáis? ¿Qué ha pasado?
-Bueno amor, en todo caso te tendría que preguntar yo, que haces llamándole a él y no a mí.
-Es que él... Bueno a ver, él..
-Anda Harry, no la pongas nerviosa - oí la voz de Mike de fondo. Risas de ambos.
-¿Dónde estás? - me preguntó Harry.
-Pues.. en vuestra casa.
-¿Estas...?
-Sí, te iba llamar luego - mentí -, para decirte que no voy a dormir contigo, que me quedo aquí.
-Pero...¿has hablado con ella?
Le conté lo que había pasado, menos lo del beso con Louis, eso prefería decírselo en persona, no sabía cómo se lo podía tomar. Después de recibir la conformidad de Harry me despedí de ambos y colgué. ¿Que harían ellos dos juntos? ¿De que hablarían? ¿Por qué Harry no me contó que había quedado con él?
Dudas, dudas y más dudas. Al parecer, en esos instantes no era yo la única que tenía algún secreto.
Me levanté del sofá y subí las escaleras, no con la intención de volver a buscarla, solo quería ir a la habitación de las zanahorias. Me apetecía ver los retratos de mis hermanos, quería, aunque solo sea en pintura, verlos. Subí lo más deprisa posible, no quería encontrármela, ella me había dicho lo que pensaba sobre mí, sobre el tema, sobre todo. Y lo que menos quería era volver a oírlo.
Seguí como la primera vez, las paredes, pintadas de los mismo colores, ningún rastro de tiempo, nada. Todo igual, las caricaturas de mis hermanos seguían ahí tan vivas, tan reales... Con mi mano delineé los dibujos intentado evitar derramar lágrimas, recordé la primera vez que fui allí, cuando empecé a salir con Harry, cuando lo sentí por primera vez. Cuanto mas recordaba, mi llanto se prolongaba más fuerte, no quería alarmarla, no quería que subiese y que me dijera un "te perdono" por lástima. Me limpié las lágrimas y me senté en uno de los pufs. Miraba por la ventana, buscando en mi cerebro algo que me llevase a mis hermanos, le había entregado todo lo que tenía sobre mis hermanos al señor Quendeck. Solo me quedaba pensar en acumular más pistas...
-Recuerdo la vez que estuvimos en aquel pub - rió -, tu ex no hizo nada para que nos cayese bien la verdad.
La presencia de Eleanor me sorprendió, y a la vez me incomodó.
-Mike es distinto de todos, según lo que me has contado, pero ¿sabes? él te quiere incluso más que Harry - la miré algo extrañada, nuestros ojos se cruzaron -, haber no me malinterpretes, pero se le nota, se nota que todo lo que hace por ti, lo hace porque... porque te ama, Eva.
-¿Y a que viene todo eso?
Me levanté del puf, enfadada con ella y conmigo misma, recordar los sentimiento hacia Mike no me sentaba bien, ya era complicado el asimilar que me constaba afirmar que amaba a Harry, y en ese momento ni si quiera sabía por qué.
-Sé que tienes dudas y...
-¿Dudas? ¿Perdón? Que te quede claro - mi dedo índice la amenazaba -, yo.. yo amo a Harry, y que me haya pasado eso con tu novio, ex novio lo que sea, no quiere decir lo contrario, ¿entiendes? - no aguanté más aquella tensión y salí de la habitación, echándole un último vistazo a las caricaturas de mis hermanos.
"Ha sido mala idea venir" pensaba.
-¡Eva! - gritó ella desde la habitación, corriendo hacia mí - Lo siento, Eva, pero es lo que creo, vale, entiendo que tu ames a Harry y todo lo que quieras, pero no me niegues que no tienes dudas.
-¿Sobre qué? - dije todavía sin mirarla - ¿Sobre lo que siento por Mike, por Louis? Ya lo tengo claro, gracias.
-No quiero perderte...
Me giré rápidamente, y vi que, de la misma manera en la que lloré yo en la habitación por los recuerdos de mis hermanos, ella estaba llorando de una manera desesperada intentando hacerme cambiar de opinión y no dejarla sola.
-El, no me vas a perder, pero de esta manera no vas a solucionar nada. Si tan convencida estás tú de que tengo dudas, créeme, yo estoy aún más convencida de que Louis te ama, ¿vale?
Varios abrazos y muchos más "lo siento" aclararon nuestras disputas. Llamamos a Danielle y a Perrie, para que pasen la noche ahí, con nosotras. Detrás de todas las risas y lloreras al ver películas románticas, mi cabeza rondaba en la duda, de si era verdad que tenía dudas acerca de lo que sentía por Harry..."

viernes, 21 de diciembre de 2012

Capitulo 47. (parte 1)

Acaba de acabar de repasarme la brocha negra por la cara, no he visto nada de lo que me ha hecho, pero espero que sea bonito. Quiero estar preciosa para él. Me sonríe, como ha hecho durante la media hora que lleva maquillándome. Sé cuanto desea su boda, pero será pronto. Esperar a veces es bueno. Entre mi futuro marido y yo, pasó mucho, mucho tiempo después de que decidiéramos dar el gran paso. Miro el reloj, son las once y media de la mañana, la boda empieza en una hora, bueno en realidad en media hora, pero entre que llegan los escasos invitados, se mira el último retoque a la Iglesia, la pianista se coloca justo en el momento en el que se supone que yo saldré. Seguro que entre que pasa todo aquello, la boda se retrasará por lo menos esa media hora que he calculado.
-¿Es mal momento para que sea yo quien te pida matrimonio? - dice una voz que hace mucho que no oigo, me giro y lo veo.


El señor Quendeck, el marido de Amanda, fue quien llevo el caso de mis hermanos. Indagaba por aquí y por allá, él mismo contrató a un detective, por supuesto mi tía quedo directamente culpable. Se suponía que la custodia era mía, y ella no tuvo ningún derecho en marcharse con mis hermanos sabiendo que yo era la tutora de ellos. Eso era lo que me decía una y otra vez el señor Quendeck, me lo acabé creyendo, una pequeña parte de mí se lo acabó creyendo. Ya que yo seguía culpándome una y otra vez la causa de no tener a mis hermanos. El detective fue a los lugares mas obvios, al colegio de mi hermano, la guardería de mi hermana.. Pero nada, mi tía había ido ya antes a ocuparse de no dejar ningún rastro. Lo único que ambas directoras aportaron fueron los motivos que dio mi tía. 'Traslado por causa del trabajo'.

Una mañana, una mañana después de cinco años de no tener a mis hermanos entre mis brazos, desperté en la casa que Harry y yo habíamos comprado, en esa habitación tan acogedora que había decorado yo misma, junto con el sentido del humor de Louis. Eleanor también nos ayudó, después de todo, quería pasar mas tiempo con ella.
Las cosas entre Louis y yo se arreglaron al día siguiente de haber conocido al marido de Amanda.
"...Louis seguía sin mirarme, ni si quiera me hablaba, le pregunté a Liam donde estaba ella, y no me lo pensé ni dos segundo el ir a verla. Necesitaba hablar con ella, ya que en esos momentos estaba más calmada. Pero, no tenía coche, y no sabía ni que metro ni que bus pasaba por la casa de los chicos. Harry no estaba y Niall estaba durmiendo. No me quedaba más remedio...
-Eh... ¿po...podrías llevarme...? - no podía terminar la pregunta, ni si quiera se había percatado de que me dirigía a él -, ¿Louis?
-Dime - dijo estirando los brazos en los que tenía apoyada la cabeza -, dime, ¿qué pasa?
-Qué, si me puedes llevar a vuestra casa.
-Ah,  - dijo sin, todavía, mirarme -, supongo que no me queda otra.
Mientras se ponía el abrigo y una bufanda, yo estaba dándole al botón del ascensor para que llegara al último piso. '¿Y si Eleanor se toma mal que vaya con él?' 'Pero, tenemos que hablar, y si estamos los tres mejor... ¿se lo tomará mal?' no paraba de pensar aquello. Vi como Louis cerraba despacio la gran puerta blanca y se acercaba a mi, mirando el suelo, las manos en los bolsillos del abrigo, era como si yo no estuviera ahí esperándolo, si no, él solo. Me ignoraba completamente.
En cuanto estuvo a un metro de mí, el ascensor abrió sus puertas. Como siempre, esperé a que fuera él quien le diera al botón que nos llevaría a la planta baja.
No pensaba en hablarle, solo quería que me llevase. Aunque también tenía que pedirle perdón a él. No debí contar nada. Bueno, debí, pero también tenía que contar con él.
-¿Qué tal? - dije intentando no forzar una nítida conversación.
Mi pregunta quedo en el vacío, ya que no me respondió. No dije nada más, ni si quiera le miré hasta que llegamos al coche. Se puso el cinturón, y puso en marcha el motor, las manos agarraban fuerte el volante, intenté no hacerle caso y me puse el cinturón. Sin darme cuenta ya no estábamos moviendo, una curva por aquí y otra por allá, solo miraba la carretera, no me atreví a volver a preguntar o hacer algo que estropeará más la relación que había entre ambos. Aunque él tampoco se esforzaba por mejorarla.
No sabía donde estábamos, pero ese no era el camino que llevaba a la casa, estaba segura.
-Vale, entiendo que no me hables, que pases de mí y todo lo que quieras, pero ¿dónde estamos?
Giró de improvisto hacia un descampado, no había nadie por esa carretera, ni si quiera había gente en ese trozo vacío de campo. Entonces para, se quita el cinturón y sale del coche. Yo hago lo mismo después de reaccionar unos minutos de lo que acababa de pasar.
-¡Eh! - grité - ¿A donde te crees que vas?
-¿Qué pasa Eva? ¿Te gusta exagerar las cosas no?
"Si, tenía que pasar algún día" pensaba mientras analizaba lo que le iba a decir.
-¿Exagerar? ¿El qué exageré?
-¡Todo! He perdido a mi novia, ¡la he perdido! Por tus putas exageraciones.
-¿De que me estás hablando? No exageré nada, directamente, yo no le conté nada a ella. Fue Harry, ¡yo le conté la verdad a Harry, no inventé nada!
-Ya claro, Eva... - dijo acercándose a mí, y bajando el tono de su voz -, joder Eva, la he perdido, la he perdido porque soy idiota, tú no... tú no tienes la culpa de nada.
Estaba cogiéndome de una mano, y yo no la aparté, tenía la mirada puesta en el suelo y con delicadeza levanté su barbilla con la otra mano.
-La culpa es de los dos, - me sentía peor -, ella te perdonará, conmigo le costará algo más.
Sonreímos a la vez.
-¿Qué fue lo que paso? ¿Como empezó esto? -preguntó, dejándome totalmente en blanco.
No tuve ni la menor idea de que responder, solo sentí un impulso que me negué hacerlo. Pero las ganas y el misterio que sentí ganaron a mis negaciones.
Le besé.
No fui la única participe, ya que él cogió mi cuello con sus manos, dulcemente, mis labios y los suyos quedaron juntos durante un largo momento. Ahora puedo decir que sí, que sí que sentí cosas, pero no lo mismo que sentía con Harry. Sintiéndome mucho más culpable separé mi boca de la suya. Nuestras frentes se apoyaban una con la otra, esa conexión no la separamos.
-Debíamos saberlo algún día -dijo él en un susurro.
-¿Saber el qué?
-Saber, que es lo que sentimos el uno por el otro, porque siempre nos hemos confundido. - me cogió de la mano y me dirigía al coche - Espero no equivocarme, yo amo a Eleanor, y tú, tú... amas a Harry, ¿verdad?
La respuesta se me quedó en la garganta, no sabía si la respuesta iba a ser correcta, era un sí en toda regla, pero no entendía porque no me salía decirlo en voz alta, lo amaba, ¿no?
-Claro, no hace falta ni que lo diga - terminé diciendo.
Nos montamos en el coche y cambiamos de dirección, dimos la vuelta y empecé a reconocer los lugares, dejé de preocuparme..."

lunes, 17 de diciembre de 2012

Capitulo 46.

Zayn estaba de pie mirando a través de aquel ventanal, Liam y Danielle estaban sentados juntos en el sofá, Niall en el suelo junto con Harry. Y Louis, Louis estaba en el comedor, con la cabeza apoyada en sus manos y los codos en la mesa. No me miró.
-Cielo, ¿vienes a preparar la cena conmigo? - me dijo Danielle levantándose del sofá y soltando la mano de Liam.
-No, espera - Zayn apartó la vista del apaisado Big Ben -, ponte algún abrigo, vamos a dar una vuelta.
No sabía que hacer, miré a Harry, quién me sonrió, y para mí valió como consentimiento. Fui a la habitación y me quité la camisa que llevaba, salí otra vez con el gorro en la mano, a buscar el abrigo que había dejado esa mañana en el comedor. Lo que me conllevaba a verme con Louis. Zayn ya estaba en la puerta, esperándome. Sin prestar mucha atención a la presencia de Louis cogí el abrigo sin mirarle y abrí la puerta dejando para mas tarde las aclaraciones con ellos.
Llamé al ascensor que no estaba en la planta, y mientras esperaba Zayn se puso a mi lado, era de noche, no sabía que pretendía hacer a esas horas, siendo jueves, no habría gente.
-¿Que tal estás? - dijo interrumpiendo mis pensamientos.
-¿Sobre qué? - no quería ser dura.
Había pasado más de un mes que no lo había visto y no me pude creer como no le había dado un abrazo todavía. Así que lo hice en ese momento, tire el gorro al suelo, sin querer, y rodeé mis brazos al rededor de su torso. El me respondió de la misma manera, su 'te he echado de menos, preciosa' recalcó mi emoción.
-Preciosa, siento mucho lo de tus hermanos, lamento no haber podido estar contigo antes...
-No importa, yo... yo no tuve que encerrarme en mí misma, debí de haber aceptado vuestra ayuda, no debí...
-Eh, no importa, ahora estamos todos, y te vamos a ayudar, ¿de acuerdo?
Asentí, pero no me separé de él, recordé que Danielle me había dicho que él quería hablar de algo conmigo, supuse que era sobre eso, así que no pregunté nada más.

A mi sorpresa, me llevó a una cafetería, bastante alejada del centro, fuimos en bus, no hubo mucha gente por lo que las chicas, las directioners no se volvieron tan locas al ver a Zayn. Él sonreía y se tomó una o dos fotos con dos chicas que estaban en el bus.
La cafetería era acogedora, típica de un pueblo, pero creo que no lo era. Un señor mayor de pelo blanco nos atendió, pedí un café solo y él, creo que lo mismo.
-¿Sabes para que te he traído? - preguntó él cuando el camarero se marchó.
-Pues... no, no lo sé, ¿por qué?
-¿Recuerdas que en uno de los muchos mensajes que te envié cuando estabas en casa, aislada, decía que tenía novia?
-¿Novia? ¿Ti..tienes novia?
-Claro, ya ves, un hombre guapo como yo, tiene que tener novia, ¿no lo crees?
Reí.
-Por supuesto, no digo lo contrario, pero, ¿que tiene que ver con este sitio?
-Pues no lo sé, me apetecía darle misterio al asunto, en seguida vendrá.
-Te gusta alarmarme, eh.
El camarero nos trajo lo que habíamos pedido, y se marchó. Mientras le daba vueltas al café, observaba que tipo de personas habían en aquel bar, unos señores que tosían demasiado veían algún tipo de deporte en la tele, un matrimonio estaban sentados en la barra, charlando. Pero cuando bajé la mirada me encontré con unos ojos muy conocidos, esa señora rubia del tren, aquella que me consoló cuando recordaba todos los momentos que pasé con mis padres, en ese trayecto que me depararía la perdida de mis hermanos.
Vi como me sonreía, hice lo mismo.
-Zayn, ahora vengo, ¿vale? -él asintió algo desconcertado.
Me acerqué lo más rápido que pude a aquella señora con una sonrisa en la cara, ella me seguí con la mirada y con la misma sonrisa. Se parecía tanto a mi madre, que incluso me dio miedo que me sonriera.
-¡Cielo! ¿Cómo tú por aquí? - le di un abrazo y un beso, finalizando con sentarme a su lado.
-He venido con un amigo, la verdad es que llegué hace poco de Mullingar, ¿y usted?
-Pues aquí, cielo, a mi marido le han conseguido un trabajo por aquí - su cara parecía de tristeza -, a mi me hubiera gustado quedarme en el campo - suspiró.
-Bueno, no se preocupe, seguro que pasarán las vacaciones por ahí.
-Y, ¿te llamabas Eva, cierto cielo?
-Sí, así me llaman.
-Pareces triste, Eva, mis casi 20 años de experiencia con mi hija, me dice que te pasa algo.
-No se preocupe, son proble...
-Amanda, cariño, ¿sabes qué caso me han otorgado? Te dije que no quería acept... Oh, perdonad, no quería interrumpir.
-Oh, no se preocupe, yo ya estaba por irme - dije - me ha alegrado mucho verla, Amanda - me sonrió -, encantada señor. Adiós.
Les dediqué una última sonrisa y di media vuelta. Una chica rubia con una piel demasiado blanca, más incluso que la mía, estaba sentada al lado de Zayn, supuse que era su novia, y no me equivoqué. Ambos estaban de espaldas por lo que no me vieron llegar. Sonreí para mi misma, veía como él le daba besos por la mejilla y la comisura de los labios.
-Hola chicos - dije sentándome en la única silla libre.
-Amor, esta es Eva, es la novia de Harry.
-Encantada - dije ofreciéndole mi mano para determinar la presentación.
Ella no me la recibió, se levantó y me dio un abrazo y un beso en la mejilla. Me sorprendió, no era del todo normal que un par de desconocidos se saludaran de aquella manera. De todos modos, no era del todo desconocida, sonreí.
-Zayn me ha contado lo de tus hermanos, - puso su mano sobre la mía - tranquila, te vamos a ayudar.
Tenía una sonrisa preciosa.
-Muchas gracias, de verdad, no sé como agradecer todo lo que hacen todos por mí, no me..
-Oh Eva, cállate - me dijo él tirándome una bola de papel -, haber, dinos que es lo que sabes y tienes.
Mientras les contaba todo lo que tenía y sabía, la custodia, la herencia, las supuestas pistas, ellos me atendían con mucha agudeza, no se querían perder nada. En algún momento empecé a sentir hasta vergüenza de que solo hablara yo, no sabía el nombre de la chica y la miraba y hablaba como si hubiera sido Danielle o Eleanor. Cuando terminé, sentí que me quitaba un peso de encima. Sin dudarlo un segundo pregunté lo siguiente.
-Oye, siento no habértelo preguntado antes, pero, ¿como te llamas? - Zayn rió.
-Tranquila, ella tampoco sabía nada de One Direction cuando nos conoció por primera vez.
-Eh, ¿a que te refieres? - dije tirándole la misma bola de papel - tu.. tu ¿tu también eres cantante? ¿actriz?
Su sonrisa me parecía muy bonita.
-Me llamo Perrie, estoy en un grupo de música, Little Mix, ¿te suena?
-No... Lo siento, de verdad, no soy de escuchar música.
-Sí, ella prefiere preparar biberones y esas... - el recuerdo me hizo entristecer -, ¡lo siento! - chilló - de verdad, a veces me paso, lo siento.
-No importa Zayn, ahora solo tenemos que...
-Disculpa, cielo,  - la señora rubia casi gemela de mi madre estaba acercándose a nuestra mesa.
-Dígame Amanda, ¿pasa algo?
Zayn y Perrie me miraban extrañados.
-Lamento mucho que hayamos escuchado así una conversación con noticias tan tristes, pero.. mi marido... Bueno, mi marido es abogado, él puede ayudarte.

jueves, 13 de diciembre de 2012

Capitulo 45.

Miré la hora en la tele, eran las cuatro y media de la tarde, no le tomé importancia.
Danielle me contó mil cosas sobre lo que había hecho y donde había estado esa semana, intenté olvidarme por un momento de todo lo que había pasado, pero me era imposible. Después de un rato ella se fue a la cocina a traer algo para tomar con el té, iban a acercarse las cinco, y el hambre resonaba en la habitación.
Jugaba con los botones de la camisa mientras la ausencia de Danielle se empezaba a notar. Mis pensamientos volaban, no me creía su relación de los hechos, 'Quizá Eleanor me perdone' pensé, pero esa idea se apartaba, tenía razones para odiarme. Por lo menos Penny cuando paso aquello, se apartó de mí, se apartó mucho antes de que pasara...
-Supongo que ya tenía esas intenciones...
Me dije mientras ponía y sacaba un botón del ojal. Yo ni siquiera mostré resignación cuando Louis me dijo todo eso en la entrada de su casa. Tenía que habérselo dicho, pero ¿le habría hecho mas daño? Si hubiera salido de mi boca, ¿le habría dolido mas? No lo sabía, y en esos instante de mi vida, ya era imposible volver atrás, y aún lo es. Me fijé en la tele, me aburría de esperarla, mi sorpresa fue que estaban hablando de mí y de los chicos.
"¿A que no adivinan cual es la pareja mas llamada en estos momentos? No señores, no es la 'desconocida' novia de James Blunt. El cantante Harry Styles, que pertenece a la más de que famosa banda One Direction, está saliendo con una chica que no pertenece a este mundo, ya que no es ninguna Caroline, ni ningún rumor cinematográfico. Esta chica, llamada Eva Dayle, ni siquiera es directioner, ¿será un insulto para las sinuosas fans de estos chicos que esté saliendo con ella? Más adelante os mostraremos unas entrevist..."
-No deberías ver eso - me dijo Danielle después de apagar la tele con el mando.
-Tiene razón...
-¿En qué? No son más que cotilleos tontos que se inventan sencillamente para ganar audiencia.
-Tú, Danielle, tú eres bailarina, Eleanor, ella es modelo, ella es directioner, ¿yo? Yo no soy nada, cada vez más me pregunto que hago aquí, ¿que se piensan? ¿que estoy aquí por la fama? Eso no lo puedo perm..
-¡Creo que os va gustar la cena! - la voz de Liam se apoderó del salón, y me resigné.
-¡Me la comeré yo toda si estáis puntuales!
"¡NIALL!" pensé, mi vergüenza volvía recorrer todo mi ser, a él no se lo había contado, en el coche solo me dijo que se arreglaría todo, pero no le conté nada, y el hecho de pensar en ese momento que se lo hubieran contado ellos, me hizo sentir peor. '¿Quién lo sabe?' me pregunté.
Me levanté lo más rápido del sofá y me encerré en la habitación en la que había dormido con Harry. Me interpuse entre la habitación y la puerta y me senté apoyando mi espalda en ella. No tenía ganas de llorar, sencillamente tenía vergüenza, no debía de estar ahí, no quería estar ahí, era la culpable de todo. Era la culpable de la desaparición de mis hermanos, era culpable de la discusión de Louis y Eleanor en su casa, era la culpable de que Harry desconfiase de mí, era la culpable de todo. Así me sentía en ese momento.

Me es inevitable derramar alguna lágrima al recordar todo aquello, pero ya no es de tristeza, si no de felicidad, de que ahora ya no me arrepiento de nada, de absolutamente nada. Bueno la verdad es que sí, podía haber sido mejor si no hubiera cometido algún que otro error.
La puerta de la habitación de detrás de la Iglesia se abre, me giró de inmediato y la veo, con un mediano neceser en la mano.
-¡Por fin! - digo sin siquiera saludarla.
-Vaya, estás preciosa, Eva - veo como se le cae una lágrima - joder, a mi me queda todavía un año...
-Sigo pensando que teníamos que haberlo celebrado juntas...
-Ya... Pero ya le conoces...  - pone el neceser encima del tocador y lo abre  -, bueno, ¿por donde empezamos?

Sin darme cuenta me quedé dormida en aquella postura, el cuello me dolía y la oscuridad entraba por todas las direcciones de la habitación, no quería salir, ni siquiera encender la luz. Oía las voces de todos menos la de Eleanor, 'Louis también está'  pensaba una y otra vez, ¿que podía hacer? Me levanté despacio a causa de mi dolor de cuello y más tarde descubrí el de espalda, encendí la luz y empecé a dar vueltas despacio a mi cuello. Nadie fue a buscarme, y no me molestó, me gustó. Sabían que necesitaba un tiempo sola, tenía que escoger bien las palabras para excusarme ante ellos, sobre todo ante Louis. ¿Que le podía decir? 'Le dije todo a Harry, porque no soportaba ocultarle algo, sí, eso le diré' pensé. Puse la mano en el pomo de la puerta y la retiré a los dos segundos, necesitaba un abrazo de Harry, necesitaba esa fuerza que me aportaba, pero no estaba, ¿y que podía hacer? No podía salir y llamarle, abrazarle y hablar. Hubiera sido raro.
Me mentalicé, intenté animarme de una manera autoritaria, intenté imaginarme a mi madre poniéndome una mano en el hombre, me la imaginé sin escuchar las típicas palabras que siempre oía cuando la veía en mi imaginación, 'me defraudaste', me alegré de no oír nada, simplemente la vi sonreír a través de mis párpados y cogí el pomo con decisión, abrí la puerta. Me quedaba el largo pasillo para llegar al salón, me quedaban unos poco metros para decir toda la verdad.
Mi pulso se volvía ha acelerar y me entraron sudores, las piernas me temblaban, iba a ser la primera vez que los iba a ver a todos, después de todo lo que había pasado, ¿que reacción tendrían? No lo iba a saber hasta que no pisara aquel salón.
No había ruido, solo murmuros de sus voces, entré en mas tensión, me acercaba paso a paso, cada uno mas que pequeño que el anterior. Tuve un nudo en la garganta, no aguantaba más, y los vi a todos sentado al rededor de la mesa. Fue entonces cuando me dije que ya no tenía nada que perder, Harry estaba conmigo, Danielle me había hecho razonar, y lo único que me quedaba era caer ante las acusaciones de Louis. Era la hora, era la hora de afrontar todos mis actos.
-Hola - dije muy bajo, pero demasiado audible para que todos se giraran y me miraran, algunos con sonrisas, otros sencillamente con los ojos.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Capitulo 44.

Tenía los ojos hinchados y rojos, me odié tanto en ese momento, odié la sensación de culpa, odié todo lo que había hecho. Me odié y punto.
-¿Qué pasa? ¿Ahora no quieres hablar? - me dijo mientras se acercaba a mi y le brotaban mas lágrimas - ¿Ya has gastado tus palabras con Louis? ¿Ahora no me vas a aclarar nada? ¿¡¿EH?!? ¿¡¿DI ALGO?!?
No me salían palabras, quería llorar como ella lo estaba haciendo, quería abrazarla pero no sabía que efecto iba a tener sobre ella mi tacto. Solo dije lo que durante ese día no paré de decir.
-Lo...lo lo siento - mis lágrimas caían silenciosamente -, en ningún momento quise hacerte daño, nunca pretendí que...
-¡¿Qué?! ¿Nunca pretendiste contármelo, contarme que si no me hubiera enterado de nada te lo hubieras follado? ¿Es eso?
-¡No! Eleanor, por favor, pégame si es lo que quieres, insúltame, seguro que lo necesitas, necesitas desahogarte, sé que lo que paso entre él y yo estuvo mal, pero ni él ni yo quisimos hacerte daño ni a ti ni a Harry, joder, échame la culpa de todo. A fin de cuentas fui yo quien debió pararlo.
Después de fruncir el ceño mientras me miraba, dio media vuelta y salió de la cocina, empecé a respirar muy deprisa y mi ánimo estaba demasiado abajo. Entre lo de mis hermanos y lo que había pasado en ese momento, empezaba a marearme. Despacio me acerqué a la nevera y cogí una botella de agua fría, me la bebí demasiado rápido, me limpié las lágrimas, pero no me sirvió de nada ya que salían más cada vez que pasaba mis dedos por mis ojos.
De fondo, ya no oía ni a Harry ni  Louis hablar cordialmente, si no a Eleanor gritar a Louis y golpes que supuse que también eran para él. No quería salir de ahí, mi miedo volvió a apoderarse de mi, y las lágrimas también, ya que no me permitían ver mas allá de las yemas de mis dedos que las quitaban una a una.
-Amor...- dijo mientras yo intentaba encontrarle entre mi vista borrosa -, eh tranquila, - siseó -, no llores, son las nueve, podemos ir a...
-No quiero salir - susurré apretándome a su pecho lo más fuerte que pude -, quiero encerrarme aquí, contigo.
-Eva... ¿tus hermanos? ¿ya lo has olvidado? Te necesitan...
-Si... pero ahora déjame descansar, descansar contigo, por favor.
-Vale, pero no en la cocina, vamos a la habitación, anda, que a ellos les queda mucho por hablar.
Asentí, y de la misma forma que Mike me había cogido en brazos la noche anterior, Harry también lo hizo, me besó la frente y sin darme cuenta ya estaba tumbada en la cama junto a él, que me siseaba un tanto torpe para que pudiera cerrar los ojos tranquilamente.
Después de soñar una y otra vez que encontraba a mis hermanos y que desaparecían como humo en cuanto quería abrazarlos, desperté sudada y con el pulso acelerado. Harry seguía tumbado a mi lado, me daba la espalda por lo que no sabía si estaba despierto o dormido. Me incliné un poco hacia él y comprobé que todavía seguía dormido.
Tenía frío y la chaqueta estaba en el comedor, tendría que salir de todas formas. En ese momento no se oía ningún ruido, estaba todo en silencio, excepto por el sonido de la tele, me dio miedo pensar que era ella que me estaba esperando, me dio miedo pensar que era Louis y que también estaba esperándome para preguntarme porque le había contado todo a Harry. En ese momento me dio miedo todo aquel que estuviera viendo la tele.
Me levanté despacio y cogí una camisa cualquiera que encontré en el armario. Abrí la puerta despacio, intentando que no se notara mi existencia, pero el delicado chirrido del pomo me delató. Los pasos eran ligeros así que me decanté por que era Eleanor, pero me equivoqué.
-Oh pequeña, tu y yo debemos hablar muy seriamente.
-¿Eh? ¿Dan...Danielle? - me lancé a sus brazos - ¿Donde estabas? - volví a llorar.
La verdad es que en esos momentos, para mí, todo significaba derramar alguna lágrima.
-Cielo, no he podido venir antes, tenía ensayos y cosas de esas, pero lo importante es que estoy aquí y ahora, tenemos que hablar...
Asentí, también tuve miedo de ella, y de la palabra "hablar".
-Louis y Eleanor se han ido a la casa, tenían que hablar en privado - me cogió de la muñeca y me llevó al salón - Liam y Niall se han ido algo para cenar, ¿has comido? - negué con la cabeza - bueno da igual, conociendo a Niall traerá medio supermercado - reí, bueno, sonreí -, ah, y Zayn estará por ahí dando alguna vuelta, que por cierto, él también tiene cosas que hablar contigo.
Una única pregunta cruzó mi cabeza.
-¿Estamos solos?
-¿Solos? - Harry estaba detrás de mi y me beso en la mejilla - Ahora estaréis solas.
Me guiño un ojo y se marchó con mi bufanda negra rodeándole el cuello.
La tele no me llamo ni la mas mísera atención, mi cabeza estaba en todas y cada una de las palabras que Danielle me diría.
-¿Que te han contado?-le dije intentando empezar la conversación.
-No se trata de lo que me hayan contado, yo, no sé nada, solo trozos de historia, nada en concreto, necesito tu parte.
-¿Mi parte? Supongo que soy igual o más culpable que Louis. Al principio solo parecían palabras, sin significar nada, y así tenía que haber sido. - suspiré lo más profundo, tenía que empezar por el principio - No voy a negar que en un principio, cuando no sabía nada de Eleanor, me hubiera gustado estar con él, ¡pero era imposible! Lo conocía de un único día o dos como mucho, y nada más empezar a conocerlo, supe que estaba con ella. Lo cual me alegro...
-No soy psicóloga, Eva, pero puedo.. ¿puedo opinar?
Asentí.
-Creo que fue eso lo que te llevo a acceder a sus palabras, porque... ¿solo hubo palabras no?
-Joder, ¡que sí! No soy capaz de eso. ¿Pero que os creéis todos? Soy humana, cometo errores, pero sé mis límites, y todo lo que paso con él, no fueron más que palabras... Y por esas estúpidas palabras, ella no me perdonará nunca.
-No pienses así, ella ahora está enfadada, está defraudada, ¿como te sentirías tu? Si Harry te hubiera hecho eso...
-No me pondría tan a la defensiva, ya me ha pasado, y de una manera muchísimo peor, dejaría marchar a Harry, si es lo que él querría. Pero me pongo en la posición de Eleanor, y siento que sí, que tiene razones para ponerse así, ella... ella lo ama... Y confiaba en mí.
Otra vez, la confianza hizo de mí una persona mucho más débil de lo que era.
-Ella ama a Louis tanto como tu a Harry, y bueno, tanto o menos - rió - como yo a Liam.
Fue un buen momento de descarga, me quité un ligero peso de encima, empecé a reír.
-Eleanor te perdonará, ya lo verás. Somos amigas, y ¿que son las amigas sin discusiones y peleas? Siempre vamos a tener nuestros momento malos, pero también existirán los buenos. Ella razonará y entenderá que tú no querías hacerle daño, ni a ella ni a Harry. Somos medianamente adultos, sabemos lo que queremos y sentimos, o por lo menos intentamos saberlo. Como tú dices, los humanos cometemos errores. Y ella es humana, se dará cuenta de que tú también, al igual que ella, lo estáis pasando mal.
La abracé lo más fuerte que pude, y pensé que solo me quedaba esperar su reacción. Pero durante esa espera no perdería el tiempo en buscar a mis hermanos.

Chicos, he cambiado un poco este capitulo, ya que no me gustó mucho. Espero que os guste a vosotros, esta vez. Besos. 

domingo, 2 de diciembre de 2012

Capitulo 43.

El portal estaba vacío, no estaba el recepcionista de la primera vez que fui sola a aquel apartamento, todo había cambiado en esos cinco meses, todo había dado un giro enorme, ¿quién iba decir que iba a volver a ese apartamento cogida de la mano del chico a quien quería, o incluso amaba? ¿Quién me iba a explicar que mi tía me iba a quitar a mis hermanos? ¿Quién iba decir que Mike iba a cambiar... por mi?
Sentía miedo, miedo de lo que ya sabía, o imaginaba, que me iban a decir. No podía soportar la idea de también perder a Eleanor como amiga. No podía pensar en nada que no fueran todas las cosas que me dijo Louis, y sobre todo, no paraba de darme vueltas la idea de que Harry no confiaba en mí.
-Diecisiete.
-¿Qué?
-Que le des al diecisiete.
-Dale tu, que yo nunca he sabido como va este ascensor.
Oí una carcajada y me cruce de brazos, se acercó mucho a mi para darle al botón que nos llevaría a la gigantesca puerta blanca, en la cual estaría ella esperándome con ganas de pegarme o incluso insultarme, o eso era lo que yo creía.
-Cuando todo esto termine - dijo mientras seguía a corta distancia de mi -, me refiero a cuando encontremos a tus hermanos y podamos vivir en paz - me empujó hacia atrás con delicadeza, haciendo que su cuerpo y el mío se separaran solo por la ropa -, podríamos venir aquí, ¿sabes?
-¿Incluso a las siete de la mañana tienes ganas de tener sexo?
-Bueno, eso no es sexo, - se separó de mi y me acarició la mejilla  -, eso sería lo que realmente llaman hacer el amor.
Le miré con una sonrisa en la cara y las puertas del ascensor se abrieron. Salí yo primero, las manos me sudaban y mi respiración de aceleró junto con mis pulsaciones. Di media vuelta y me choqué con su cuerpo, no quería entrar, en ese momento me sentí muy cobarde, no quería afrontar la idea de perder a alguien más.
Él me abrazó y su calidez me hizo seguir adelante, como cuando fui a Irlanda a verlo, como cunado no me atreví a tocar la puerta, como cuando él salió y me abrazó, podría decir que ambos abrazos tuvieron el mismo significado, él era mi apoyo.
-Estoy yo, no te van a decir nada.
-Me van a decir lo que piensan de mí, y la verdad duele.
-La verdad es que aquí falta Louis para que explique su parte, tu no tienes que cargar con todo, la culpa se reparte.
Asentí después de coger las suficientes fuerzas para traspasar aquella puerta, respiré hondo y esperé a que Harry abriera la puerta.

Sigo sola, sigo mirándome al espejo, empiezo a tener esas típicas dudas del 'sí, quiero', como no tengo un padre que me lleve al altar, ella me llevará, o eso espero, porque desde ésta mañana que no la veo, me llevó el desayuno y estaba con él, desde aquello creo que están mas unidos. Pero el problema es que todavía no llega y me estoy poniendo un poco histérica, me tiene que maquillar y eso no es cosa de dos segundos. Sí, va ser la única y última vez que me maquille, al fin y al cabo, me voy a casar, no volveré a tener otro momento igual en la vida, o eso espero.

Por los ventanales se podía ver el amanecer, la luz sonrosada que sobresalía por las nubes, e iluminaba el Big Ben, habían tres tazas en la mesa, pero estaba desierto, fui a recogerlas, era lo menos que podía hacer. Me daba miedo encontrarme con ellos en la hora exacta en la que despertaran, lavé las tazas y seguía sorprendiéndome lo grande que era aquel piso, seguía gustándome aquel arcón en el que Harry me esperaba la noche que Eleanor y Danielle salimos. Danielle... desde que me llevo la carta de Harry no sabía nada de ella, ya había pasado una semana, pero se me había hecho una eternidad. Pensé en todas las cosas que habían pasado. En ese momento deseé llamarla y que hable conmigo, que me dé su opinión, de todo, de lo que piensa de mi. Suponía que estaría por ahí, ya que Liam también lo estaba.
-Creo que alguien está ahí - me dijo Harry en un susurro, mientras me señalaba el sofá de colores.
-Ve a ver.
Se quitó el abrigo y lo dejo encima de la mesa mientras iba hacia el sofá donde vi jugar a mi hermano con él. Oí como algo se rompía, salí lo mas rápido de la cocina y traspasé el arcón para ver que no solo habían usado tres tazas si no que había una cuarta. Louis estaba durmiendo en el sofá tapándose a medias con su abrigo e intentando ponerse en pie y visualizarnos. Tenía los ojos medio cerrados y vi como Harry suspiraba de mala gana y se iba a sentar al otro sofá. No sabía que decir, no sabía si seguir allí de pie, si seguir a Harry al otro sofá, si preguntarle a Louis como estaba, o si recoger los trozos de la taza del suelo. Opté por lo último.
Con cuidado fui llevando una a una los trozos de loza a mi mano. Ni uno ni otro hablaba y el silencio me ponía mas nerviosa, me levanté y con las mismas, sin decir nada, me dirigí a la cocina. Tiré aquello a la basura y para mi sorpresa ellos empezaron a hablar, de una manera cordial, sin gritos, ni si quiera sacaron el tema a flote, me enfadó que no hablaran de ello, 'Cuando los demás despierten no hablarán de como les ha ido el día, irán directos hacia mí, me acorralarán y todo se acabará' pensé mientras oía sus voces de fondo, hablaban de todo menos de lo que había pasado. Aunque sí, he de admitir que en ese momento tampoco me apetecía a mi hablar de eso, me apetecía retroceder en el tiempo y que nadie hubiera cometido ningún error, aunque eso sea lo menos común. 'De los errores se aprende' dicen, ¿no?
-Por fin - al oír su voz, alcé la cabeza lo más rápido que pude y me giré lo mas lento posible -, ahora vamos a hablar tu y yo.