domingo, 26 de agosto de 2012

Capitulo 12.

Por dentro me hablé a mi misma con calma, los nervios se me habían alterado, mantuve la calma como pude. Él abrió los ojos en mitad del beso y me vio, no sé como pudo ser tan rápido, pero en menos de dos segundos la chica estaba al otro lado del sofá, dejando su que algunas de sus mechas rubias le tapara la cara, y él no quitaba los ojos de los míos. Me acerqué a la chica, con toda la tranquilidad que poseía en ese momento.
-Hola - dije sonriendo- me llamo Eva, ¿y tú?
-Hola - se levantó del brusco empujón de Harry y lo miró con recelo- soy, soy Amelia.
-Encantada, ¿te quedas este fin de semana también?
-Oh no- cogió su bolso y una chaleco de pelo que se colocó sobre los hombros-,tengo que marcharme en seguida.
Le dio un beso en la mejilla a Harry, quien todavía me estaba mirando, ella me sonrió y se fue sin despedirse de nadie más, oí un "adiós" sarcástico proveniente de Louis. Hasrry se levantó del sofá, de manera que nuestras miradas estuvieron mucho más cercanas.
-Es muy bonita la casa, preciosa, de verdad, Louis pero, - miraba con profundidad los ojos de Harry, y me giré para continuar- ¿Voy a tener que limpiar todo esto?
-Bueno, si te apetece - empezamos a reír -, pero eso no es lo más bonito que te quería enseñar, ven - terminó cogiéndome de la muñeca.
Empezamos a subir las anchas escaleras, llegando a una planta mucho mas lujosa que la anterior, esta tenía otro salón, con una tele mas grande que la del apartamento con una Play Station al lado, tenía una alfombra blanca de pelusa, y el sofá era del mismo color, cruzamos aquel salón y nos adentramos en un pasillo, con la misma cantidad de puertas que tenía el del apartamento, la única diferencia, era que al final del pasillo, la casa se extendía mucho más, una escalera, de distancia corta, llevaba a lo que supuse, sería lo que vi a fuera, la parte que sobresalía en la casa. Cuando estuvimos por empezar a subirlas, empecé a agobiarme con la prisa con la que tiraba él de mi. 
-¿A dónde vamos?
-Ya lo verás.
Tiró otra vez de mi, y a regañadientes subimos las escaleras, no había puerta, por lo que lo vi al instante. Ahí estaba, era precioso. En una pared había una gran ventana, que iluminaba toda la habitación, en otra habían dibujado unas cuantas zanahorias, y en cada una había nombre escrito, con sus respectivas caras en la cabeza de estas. Estaban Louis, Zayn, Harry, Niall y Liam, y había otras tres que le seguían en la otra parte de la habitación, una mas grande, llevaba mi nombre, y el dibujo del móvil de Louis, la otra mediana llevaba el de mi hermano, con su "retrato", y la de mi hermana la mas pequeña, que resaltaban sus rizos dorados. Más que retratos, eran caricaturas, bastante trabajadas, me encantó en cuanto vi cada una de ellas, eran perfectas. También, no eran simplemente las paredes lo que impresionaba, a mí sí, pero la habitación estaba amueblada, unos 8 pufs de varios colores por el suelo, una tele no tan grande como la del segundo salón, pero más grande que la tengo yo. Todo el suelo llevaba encima una alfombra blanca de pelusa igual que la que había visto en la planta de abajo. Rodeé la habitación tocando cada una de las cosas, que me llamaban la atención, como una pequeña camita que había en una esquina, supuse que sería para Emma, y diversos juguetes que iban a encantar a Bill, empecé a reír entre lágrimas.
-No te ha gustado, ¿verdad? - me giré con cara de enfadada y salté a los brazos de Louis.
-¿No te das cuenta, de que nadie, nunca a hecho esto por mi? - me separe de él- Es la primera vez desde hace mucho que me hacen un regalo de esta manera, ¿por qué?
-Supongo que por que todos te hemos cogido cariño - dijo Niall entrando con Zayn y Liam.
Los abracé a los tres, y me quedé con el brazo rodeando a Liam.
-Es perfecto, muchas gracias, gracias a todos, de verdad - volví a sollozar, y a perder el habla.
-Oh, nuestra Eva se pone sensible, ¡ABRAZO COLECTIVO! - vaciló Louis.
Los cuatro empezaron a rodearme y darme besos en la mejilla y en la frente, nunca, durante ese año, había sentido tanto cariño. Empecé a aturdirme y me los quité de encima uno a uno con cariño, dejé de llorar y me puse a reír sin parar, me quité el abrigo, la bufanda y todo lo que me provocaba calor, lo dejé en uno de los puf junto con la mochila. Bajé a la planta principal, mientras ellos me hablaban y me hacían cosquillas por las escaleras, no pude pedir más.
Cuando estuve ya en el salón ya no estaba Harry ahí, supuse que se habría ido con Amelia, y no me preocupé, ya que, ante todo estaba feliz. Y no quise estropearme el día, me quité el tema de la cabeza, y me centré en todo lo que tenía limpiar. Cuando llegamos al salón ellos se quedaron ahí, mientras yo seguí caminando hasta la cocina.
-¿Dónde tenéis las cosas de limpieza? - dije un poco alto, para que me oyesen. 
-Se las lleva Natasha cuando termina de limpiar - me giré sorprendida de quién me hubo respondido - simplemente nos deja las escobas, entre tu y yo creo que no le gusta que utilicemos esas cosas -lo último lo dijo casi en un susurro, pero aún así la voz de Harry siempre me sonaba sexy.
No pude decir nada más, sus ojos pudieron conmigo, solo asentí, fui a recoger las escobas con las que hubieron jugado Niall, Liam y Zayn, y las puse en un rincón de la cocina. Lo único que pude hacer fue la comida, ya que las tres escobas estaban rotas, preparé lo que me había enseñado a hacer una vez mi padre, era un plato español y a mis hermanos no les gustaba por eso nunca lo hice, pero esa vez quise aceptarme un capricho. 
-Oh, Dios, te sale de lujo - dijo Niall, terminandose el segundo plato de paella.
-Es la segunda vez que cocino esto - empecé a sonrojar
-Yo creo que te vas a quedar con nosotros - dijeron Zayn y Niall a la vez.
Cuando todos terminaron, empecé a recoger la mesa, me ayudó Liam, quien me contó historias sobre su familia, y yo le conté varios historias que me dijo mi padre cuando era pequeña. 
El resto de la tarde fue muy peculiar, cada dos por tres imaginaba el llanto de mi hermana y me levantaba pensando que estaba ahí, por lo demás pase una de las mejores tardes, los chicos se rieron de mí todas las determinadas veces en las que me levanté, ya era casi por la noche y los chicos se fueron a la cama, yo no tuve sueño en ese momento, así que intenté limpiar lo que pude. Mientras daba vueltas por la cocina, me di cuenta de que uno de ellos, no se había ido.
-Tenemos que hablar, ¿no crees?
-Yo creo que no, Harry - le dije sonriendo.

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