lunes, 20 de agosto de 2012

Capitulo 7.

Los besos se convirtieron de simples a apasionados, no podía parar aunque quería seguir, una parte de mi quería detener el momento, separarme de él, largarme de ese lugar. Pero sus besos se volvieron tan adictivos, sus manos me sujetaban con fuerza pero suavemente. Sus ojos me miraban intensamente cuando me quitaba la camiseta, su sonrisa después de cada beso, era bastante tentadora. "Para, Eva, para" me decía a mi misma una y otra vez, ¿de dónde había sacado tanta pasión?
Por un momento pude controlarme, me separe de él lo mas rápido que pude, y me metí debajo del escritorio, dónde estaba el ordenador.
-Lo siento - dije nerviosa y casi sin respiración -, de verdad, no puedo, yo, yo no soy así
Se levantó, y se sentó al lado mio, no estaba triste, me mostraba una sonrisa preciosa, que hizo que me exaltara más.
-No se que me ha pasado, apenas te conozco, y...-no pude seguir me puso el dedo índice en los labios.
-Tranquila, tenemos mucho tiempo para conocernos.
Sí, me tranquilizo, me ayudo a levantarme, me puse la camiseta con vergüenza y me quedé sentada al lado de él, encima de la cama. No sabía que decir, ni que hacer, estaba desconcertada.
Yo no era así, ¿por qué de la nada me había lanzado a él, si no le conocía de nada?
De repente me cogió de la mano, y con la otra acaricio mi barbilla haciendo que girase mi mirada hacia él.
-Empecemos de nuevo, ¿vale?
Asentí, y salimos de la habitación, me enseñó las otras tres puertas, otra de ellas tenía dos camas, la habitación seguía siendo grande. Empezamos a entrar en total confianza, yo reía sus bromas y le contaba historias sobre mis hermanos, las otras dos puertas eran baños, bueno un baño y el otro era como una especie de jacuzzi y sauna, cuando entramos ahí, el vapor de ello, hizo que me quedara sin aire, y salí corriendo. Me apoyé en una de las paredes y empecé a respirar entrecortadamente. Él salió mas despacio, riéndose de mí. Para mi torpeza volvimos a estar un distancia bastante corta, solo que yo evite total contacto físico con él, simplemente me miraba y sonreía y yo intentaba recuperar mi estado de respiración normal.
-Eva, ¿puedo comer aquí? - mi hermano me sorprendió todavía sin aire.
Asimilando la pregunta, negué con la cabeza y después respondí.
-¿Que? No, tenemos que ir a buscar a Emma a las dos y comemos en casa.
-Pero es que...
-No, punto.
Se fue enfurruñando, y dando pisadas bastante fuertes. Al rato fui con Harry al salón donde se suponía que estaban todos. Aunque solo estaban Louis y Niall con mi hermano.
-¿Y Eleanor? - pregunté
-Tenía que ir con Liam a buscar a Danielle, no se que ha pasado con unas chicas - dijo Louis.
-¿Y tú no la acompañas? -dijo Harry
-Harry, me quedaré contigo hasta que se acabe el mundo, ¿de acuerdo?
Empece a reír, y fui a ponerle los pantalones a mi hermano. Por lo menos Louis ya estaba decente a mi vista. Llevaba un camiseta roja, con rayas horizontales blancas, y unos pantalones negros al estilo pesquero, gracioso, pero bastante mejor que en boxers. Aunque mi hermano seguía enfadado por no haberle dado permiso a lo que me pidió, se dejó poner los pantalones y los zapatos, con el abrigo me costó más ya que decía que tenía calor, y era cierto, tenía la cara roja y algo húmeda, por lo que había estado con los chicos jugando.
-Te toca cocinar- me dijo Louis poniéndome un gorro blanco de cocinero.
-Oh, yo me voy a casa dentro de... - vi el reloj, eran las dos menos diez -¡Ya!
-¿Ahora? - asentí - ¿porque?
-Mi hermana sale en diez minutos de la guardería- dije poniéndome el abrigo y poniéndole a la fuerza el abrigo.
-Te acompañamos.-dijeron los tres a la vez.
-¡Claro! - mi tono irónico no lo tomaron en cuenta -  ¿sabéis cuantas chicas de mi edad van a buscar a sus hermanos a esa guardería? - se estaban poniendo los abrigos, ignorándome - La entrada se va colapsar, oh Dios.
-¡Vamos al DirectionCar! - dijo Louis poniendo voz de superhéroe.
Montamos en el ascensor, y Niall metió una llave en algún lugar del panel de botones y directamente se cerraron las puertas y bajó a alguna planta baja, ya que encima de las puertas del ascensor, en una pequeña pantalla, ponía un '-3'. Salimos de ahí, y cogiendo con fuerza la mano de mi hermano montamos en el coche, un coche que quizá mi padre hubiera matado por tener.
Sin esperarlo más Louis arrancó, pero de una manera muy lenta, incluso aburrida, con lo gracioso y divertido que parecía, en el coche era poco convincente. 
-¿Esto esta permitido?
-¡Calla, que te bajo!
Durante el camino mis piernas temblaban, mi hermano por el contrario miraba por la ventanilla y no paraba de hablar, le gustaba eso de viajar en coche.
Llegamos a la guardería a los 15 minutos, tarde, así que dejé a mi hermano con ellos y salí corriendo a buscar a Emma, para mi sorpresa detrás de mí estaba Louis siguiéndome, con mi gorro en la mano.
Cuatro chicas empezaron a gritar, y dos de ellas me eran demasiado familiares, eran mis antiguas amigas. Seguí paso firme, hacia la entrada de la guardería y Louis ya estaba a mi lado, me puso el gorro, y le sonreí. Aunque no de una manera cordial, quería que esas dos desaparecieran, el interés se reflejaba en sus caras, y yo no tenía ganas de hablar con ellas y aguantar una vez más sus tonos de ironía. 
-Joder.. - Reneé y Penny se estaban acercando.
-¿Que pasa? - dijo Louis
-Esas son unas antiguas amigas, dales lo que te pidan, pero que se vayan, por favor -supliqué a Louis, quién me pellizco una mejilla y me dio una palmada en el hombro.
Durante el camino, oí unos gritos agudos que aparte de sera de las otras chicas, también eran de aquellas dos antiguas amigas mías... No soporté la idea de encontrármelas, después de tanto tiempo... Me vinieron recuerdos en ese instante.
Cuanto más me acercaba a la entrada de la guardería, visualicé a mi hermana de pie con una pequeña mochilita a su espalda. La chica de siempre me la acercó y le sonreí, un último saludo y me fui. De todas formas pensaba quedarme un rato más para hacer tiempo y que esas dos se larguen, pero al tener ya a mi hermana en brazos se me olvidó que ellas seguían ahí, detrás de mi.
-¡Eva! - dijeron acercándose a mi
Puse la mejor sonrisa falsa que podía poner.
-Hey
-¡Cuanto tiempo! ¿Que tal estás? - me preguntó Reneé.
-Bien, ¿y vosotras? 
-De maravilla, acabamos de ver a Louis Tomlinson y...
-Bueno chicas me tengo que ir, ya nos veremos. Adiós - dije alejándome de ellas.
Subí al coche, y solo se me ocurrió una pregunta.
-¿Que te pidieron?
-Tu número.
-Ah...  - no caí en que esa información no la tenía él, ¿o sí? -Pero si tú no lo tienes, ¿verdad?
-Sí.
-¿¡Se lo has dado!?
-Sí.

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