sábado, 24 de noviembre de 2012

Capitulo 40.

Durante el corto camino que había de la casa de la señora Kinddle a la mía, mi móvil sonó, sin despegar uno de mis brazos del sobre, lo saqué. 
-¿Si?
-¡Eva! ¿Donde estás? No se ni porque te llamo, no debería, después de lo que has.. Bueno da igual, ¿donde estas?
-¿Qué?¿Eleanor? 
-¿Quién crees que soy? ¿Harry? ¡¿Louis?! - dijo, mientras yo creía que estaba llorando.
-Lo siento, ¿has hablado con Harry? ¿esta bien? ¿donde esta él? 
-¿No crees que es tarde para preguntar por él?  - contuve las lágrimas, no era momento de llorar - Joder, lo siento, ¿vale? Pero yo también estoy dolida, escúchame, tienes que ir al apartamento de los chicos, el que estaba por el London Eye, ¿recuerdas?
-Sí, pero no puedo, me ha pasado algo, he.. acabo, acabo de perder a mis hermanos.
-¡¿QUÉ?! Oh, vamos ¿es una broma no? - en ese momento afirmé la razón de que estaba llorando - Si no tenían mas de seis años, si es una broma no...
-No, no, no, no están muertos, Eleanor - esa idea me dio un escalofrío -, mi tía se los ha llevado, no se donde están.
-No sé que es peor, la verdad, igualmente tienes que ir, ¿tenemos que aclarar las cosas no crees? - seguía llorando pero de manera más silenciosa -, y tengo que darte una cosa.
-¿Donde estás tu?
-Pues, de camino al apartamento, estoy con Liam y Zayn, ve lo antes posible, estaremos ahí, ¿vale?
Colgó antes de poder pedirle perdón de nuevo por lo de Louis, estaba fría, estaba enfadada, y rabiosa, como no, yo estaba igual por Amelia, estaba rabiosa, y con ganas de romperle la cara, '¿tiene ella ganas de pegarme?' pensé. Cerré los ojos con fuerza intentando aclararme, cuando los abrí Mike estaba delante, no pude mas y me lance a sus brazos, entre su cuerpo y el mío sosteníamos el sobre, su boca fabricaba ruidos que hacían que me tranquilizase, siseaba, me acariciaba el pelo. Me acordé de una vez que había discutido con mis padres, y salí de mi casa, llorando, fui a buscarlo, cuando lo vi, hizo lo mismo que en ese momento, me abrazó, siseó y me acarició el pelo, hubo un plus, porque eramos novios, y me besó, algo que no podía suceder en ese momento. 

No pude esperar más cuando llegué a casa, vi el reloj, eran ya las nueve y media, habíamos estado sentados en le entrada durante casi una hora, le había contado lo que pasó con Harry y con Louis, le conté todo, no comentó nada hasta el final, y solo dijo, mejor dicho, me repitió, 'Tu no perteneces a ese mundo, te lo dije', me planteé, mientras miraba la hora, que si de verdad tenía razón, Harry había sido lo mas maravilloso del mundo que me había pasado, él me he tratado como nadie, él supo comprenderme, pero yo le fallé, tanto a él como a todo el mundo, fallé en mis actos, fallé a mis hermanos...
Una carta, solo eso, nada más, y en ella no había direcciones de donde estaba, no había nada mas que razones por las que me había quitado a mis hermanos, razones en las que tenía razón, no habían mas de doscientas palabras, no se había molestado en decirme algo referente a ellos, solo un "estarán mejor sin ti", esa parte fue la que me hizo estallar.
"Te vas sin ningún motivo, no me das una mísera explicación, solo el hecho de que tus hermanos están con ese chico, ¿te piensas que ellos te iban a esperar? No eres más que una niña engreída, que piensa en si misma, ellos no merecen esperar que te recuperes, te paso una vez, te fuiste, y volviste al recapacitar en ello, en perderlos, pero ahora ni te planteaste volver a perderlos, porque solo pensaba en ti, esto se acabó, ellos estarán mejor sin ti, sin esperar nada de ti, porque eso es lo que les das, NADA. No tienes que saber donde estoy ni donde están ellos, a fin de cuentas están a mi custodia. Espero que madures, sin ellos. Adiós, Eva.
Laura Dayle."

Tiré el trozo de papel al suelo, con rabia, no lloraba pero sentía mi cuerpo caliente, tenía ganas de gritar, de pegar, de romper algo, así que fui a la habitación de mis hermanos, abrí los armarios vacíos, y empecé a golpear mis brazos y mis manos contra la madera rígida, rompí una puerta y después la otra, las estantería se quedaron en pedazos de madera, mis piernas también se accionaron y empecé a dar patadas a todos los lugares posibles. Quité de encima lo único que cubría la cama de mi hermano, una sábana blanca, la arranqué, el colchón cayó al suelo, la cuna de mi hermana se tambaleó un momento y me tiré al suelo, crucé las piernas y apoyé los codos en las rodillas y mi cabeza en mis manos. El siseo de Mike volvió a empezar y sentí que se ponía a la misma altura que yo, sus brazos me rodearon, mi cara se apoyó en su pecho y mi manos se pegaron a su cuello, como si solo él me sostuviera.
Me cogió en brazos y me llevó a la cama, me tumbó y me tapo, un beso en la frente e hizo ademán de irse, pero le cogí la muñeca y lo atraje hacía mi.
-Por favor.
Él asintió, su cuerpo estaba al lado mio, los dos de perfil, sin mirarnos, su brazo rodeaba mi cintura, y el edredón nos tapaba hasta la misma altura, yo cogí su mano y la acaricié, hasta quedarme dormida.

Los golpes en la puerta me hicieron abrir los ojos y levantarme rápidamente de la cama, me giré para verlo, estaba sentado en la cama, igual de exhausto que yo, le hice el sigo de que se quedará ahí, daba la impresión de que la puerta se iba a romper con el sonido de los golpes. Pero su voz me hizo entender todo. Harry, Harry estaba llamando a mi puerta.

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