martes, 18 de septiembre de 2012

Capitulo 27.

-Date prisa, elige uno - todavía no sabía que decirle -, o bueno, dos, porque nos quedaremos hasta mañana, hoy es como...Un entrante- empezó a reír, yo solo le sonreí.
-Pu...pues, creo que me pondré unos vaqueros simples, eso es demasiado - me senté en el borde de la cama, y me empecé a secar el cuerpo -, aparte la fiesta es por la noche ¿no? Pues hasta entonces podré usar mis queridos pantalones largos - le sonreí.
-Bueno, vale, pero será mejor que traiga una maleta de esas de mano, porque en la mochila vas a arrugar todo esto - la vi salir de la habitación y me puse en pie.
-Lo siento - susurré.
No estaba Harry para quitarme el pesar de mis padres, no tenía con quién desahogarme, no tenía quien llene ese vacío que dejaron mis padres, y volví a recaer en mi culpabilidad, me volví a colocar el collar de mi madre, el cual lo había guardado junto con sus cosas, en esa cómoda que no me atrevía a tirar.
Me vestí lo más rápido que pude, y entró Eleanor con la maleta.
-¿A donde has ido?
-Ah, tenía una maleta en el coche de Lou, por si acaso- me guiño un ojo.
Metió con cuidado las prendas, lo que me extrañó fue que no escogió ningún par de zapatos, yo solo llevaba  las botas marrones y no creo que fuese casual llevar esas botas con la ropa que tenía Eleanor en esa maleta.
-Espera - dije cogiendo unas ballerinas color negro -, no voy a ir con estas botas.
-Tranquila, no te harán falta - salió por la puerta y yo detrás de ella.
Mi móvil, las llaves y una muda "normal", rondaban por mi mochila. Louis estaba jugando con Bill, sería algún tipo de pilla-pilla porque estaban corriendo uno detrás del otro, Emma estaba en el regazo de mi tía riendo y alzando los brazos cada vez que estos pasaban delante de ella. Me acerqué a mi tía y le dije que no se cuando iba a volver, me dijo que ya había comprado los billetes y que me dejaría dinero en la cocina para  que lo usara mientras ella no estaba, me despedí de mis hermanos, le abracé lo mas fuerte que pude, y ellos me llenaron de besos, casi me dan ganas de llorar, iba a estar 2 semanas separada de ellos, nunca había estado tan lejos de ellos, nunca. Igual ellos no me echarían tanto de menos como yo, y aunque mi tía fuese el único parecido a padres que tenía, no determinaba del todo que pudiese cuidarlos sola. Me daba algo de miedo, y me sentía algo culpable de dejarles "solos".
Al terminar de despedirme salí con ambos de mi casa, nos montamos en el coche de Louis, Eleanor iba delante yo iba sola, atrás. Veía como Eleanor le acariciaba le acariciaba la nuca, mientras él conducía, no sentía celos, sentía anhelo, anhelo por Harry, ¿porque no había ido con ellos? ¿porque ni si quiera me llamo? Aunque tampoco les había preguntado.
-¿Y Harry?
Eleanor me miró y me dedicó una sonrisa, pero ni una sola respuesta, sin darme cuenta el coche paró en frente de la casa de los chicos, no me apetecía volver ahí, pero si me daría la respuesta de donde estaría Harry, iría al fin del mundo. Baje del coche, y cogí la maleta de Eleanor, junto con mi mochila que estaban en el maletero. Cuando cerré la puerta del maletero, me quedé quieta, empecé a pensar en que le iba a decir  a Eleanor para no ponerme esa ropa, como podía explicarle lo que sentiría con eso puesto, deje la maleta y la mochila en el suelo, y vi que Louis y ella ya estaban dentro, así que apoyé mis manos en el coche, y empecé a desahogarme, lloré silenciosamente, pero muy desesperada, no quería defraudarla, no a ella, era de verdad una amiga, no como Penny o Reneé, ella no sería capaz de atreverse a ser infiel a mi amistad, no como hicieron ellas. 'Tengo que contarle todo, quizá así me entienda' pensé. Me limpié las lágrimas las mangas del abrigo, recordé que no había llevado el gorro negro que me regalo mi padre, y por estupidez, me salieron más lágrimas, volvía a quitármelas y cogí lo que había dejado en el suelo, suspire hondo y di media vuelta con los ojos cerrados para situarme.
Mi sorpresa fue, que el pelo rubio del chico que me podía sacar la mejor de mis sonrisas en cualquier momento estaba delante de mí, mirándome preocupado, volví a tirar las cosas al suelo y me abalancé sobre él, y le abracé lo más fuerte que pude, él también rodeo mi espalda con sus brazos, y me dio un beso en la mejilla.
-¿Que te pasa pequeña?
-Nada, tonterías mías, ¿que tal estas rubio? Me has olvidado...
-No seas boba - me dio otro beso en la frente -, hemos estado ocupados, y todo ha sido culpa de tu novio - cogió la maleta y se puso la mochila en el hombro -, la semana pasado teníamos bastante entrevistas, y Harold no se presento, con la escusa de...
-Espera, espera, ¿no se presento? A mi me decía que no teníais nada que hacer, por eso no le dije nada, a parte cada día que pasaba le decía que se fuera, nunca me hacia caso, joder.
-Eh, Eva, no te preocupes, estos días hemos estado a punta de hierro, ha hecho todo lo que nosotros en la semana, y hoy esta terminando, vendrá más tarde, lo malo es que las entrevistas las hace solo,- empezó a reír -, en algún momento te tocara a ti hacerlas.
-¿A mi? Ni se te ocurra, yo no pertenezco a ese mundo, a aparte no soy buena con las preguntas.
-No pertenecerás a este mundo, pero perteneces al mundo de Harry, y él hará todo lo posible para que te sientas cómoda en esto.
-No creo que a la gente le interese mi vida, no es muy interesante, ¿sabes? - habíamos llegado  ya a la puerta, y se detuvo.
-Puede que tengas razón, pero yo no lo creo porque...
-¡Preciosa! - Zayn me apretujo contra él y me beso la mano - ¿Porque no pasáis?
-Bueno Nialler, siempre nos interrumpen.
-Da igual, tenemos mucho tiempo para hablar - me guiño un ojo y entro con la maleta y la mochila.
Zayn me rodeó por los hombros y entramos, no quería entrar al salón, había visto a Eleanor sentada en las piernas de Louis, así que no quería ser la tercera en discordia, le quité la mochila a Niall, y me puse la maleta en el hombro, subí hacia la habitación donde había pasado la noche con Harry, abrí la puerta, deje las cosas en el suelo, y me acerque a la cama, las sábanas rojas se distinguían en la manta... blanca, no estaba la azul, esa manta que me hizo recordar a Louis. Me alegre de que no estuviese, me senté en el borde de ésta, y acaricié la suave manta, me quite las botas y me tumbe en la cama, de lado, intentando imaginarme que Harry ya estaba ahí, rodeándome la cintura con su mano. Y si, ahí estaba, sentí su cuerpo al lado mío, sus labios en mi cuello, y su  mano acariciando mi hombro.

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